Miles de devotos abarrotan la Catedral y el centro histórico entre peregrinaciones, matachines y gastronomía mexicana.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Arturo Hernández) – Como cada 12 de diciembre, los juarenses se volcaron a las celebraciones en honor a la Virgen de Guadalupe, cuya devoción une a miles en una festividad cargada de fe, tradición y alegría. Desde tempranas horas, peregrinaciones provenientes de distintos puntos de la ciudad llenaron las calles principales rumbo a la Catedral, ubicada en el corazón del centro histórico.
La explanada de la Catedral fue el epicentro de esta festividad, rodeada de devotos, matachines y una gran cantidad de comerciantes que ofrecían desde alimentos típicos hasta recuerdos alusivos a la fecha. Al interior del templo, se llevaron a cabo servicios religiosos ininterrumpidos desde las primeras horas del día, destacando la Misa de Gallo y las mañanitas a la Virgen Morena, presididas por Monseñor José Guadalupe Torres, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez.
En el corredor de la avenida 16 de Septiembre, el ambiente era una mezcla de fervor religioso y convivencia popular. Familias enteras se detuvieron a degustar enchiladas, gorditas, tamales y champurrado, mientras otros adquirían veladoras, rosarios y figuras de la Virgen como recuerdo de esta significativa jornada.
“Desde que tengo memoria he venido el 12 de diciembre a honrar a la Virgencita, y en esta ocasión no podía ser la excepción”, expresó emocionada Juanita Saldaña, una de las miles de personas presentes. Por su parte, Blanca Domínguez, una devota que acudió a pedir por la salud de su hijo, destacó el carácter esperanzador de esta festividad. “Tengo mucha fe en la Virgen, sé que me escuchará”, comentó conmovida.
Los comerciantes, animados por la gran afluencia, no daban abasto atendiendo a los visitantes. “Pos mire, no nos la acabamos”, dijo María Pérez mientras rellenaba gorditas de picadillo para una larga fila de comensales.
La celebración continuará durante todo el día con servicios religiosos cada hora, iniciando desde las 8 de la mañana. Este operativo especial organizado por las autoridades municipales y eclesiásticas busca garantizar la seguridad de los asistentes y mantener el orden en una de las festividades más importantes para los católicos de la región.
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