Se mostró inconforme porque la Comisión Organizadora Nacional de la Elección declaró como candidato único a Marko Cortés, dirigente con licencia del mismo organismo político.
Ciudad de México (ADN / Staff) – Para anular el proceso para la elección de la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Gerardo Priego presentó documentos ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y ante la Comisión de Justicia.
Una de las quejas la interpuso ante la Comisión de Justicia del PAN contra el acuerdo de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (Conecen), que declara a Marko Cortés como candidato único.
Pero, argumentó Priego, que aún no se resuelven todos los señalamientos por irregularidades que se presentaron durante el proceso de registro.
Además, no ha sido exhaustivo en confirmar el cabal cumplimiento sobre el apoyo de la militancia; es decir, si las firmas corresponden a los militantes inscritos en el padrón o si se cumplen los porcentajes por estado, etcétera.
En segundo término, presentó una demanda para la protección de los derechos políticos electorales de los ciudadanos ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La querella es contra tres resoluciones que emitió la Comisión de Justicia del PAN, pues además de que se presentaron posteriores al acuerdo, no se hizo la investigación de forma correcta, se eliminaron actores de la denuncia, no se tomaron en cuentas las pruebas entregadas y no hubo un pronunciamiento sobre los actos anticipados de campaña.
En un video difundido en redes sociales, Priego señaló que no busca ir contra personas, sino mejorar el proceso interno y hacer que el partido sea una institución más congruente.
Mencionó que las elecciones deben ser libres, equitativas y confiables, condiciones que no se cumplieron en el proceso de registro que recién terminó el 14 de septiembre pasado.
También afirmó que el PAN debe ser un emblema democrático de libertad y de vanguardia y no un símbolo de soberbia y arrogancia que, en tiempos como estos, significa la invisibilidad de una oposición dócil y subordinada.
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Redacción ADN / Staff
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