Activistas denuncian abandono estatal y falta de atención humanitaria para los afectados por los grupos criminales que operan en la zona y que, ha obligado a decenas de familias a buscar espacios más seguros.
Parral, Chih (ADN/Arturo Hernández) .- El activista Gabino Gómez, dio a conocer que, al menos siete familias provenientes de Guadalupe y Calvo, arribaron durante la semana a Parral, luego de abandonar su hogar y pertenencias, ante la ola de violencia que azota a la cabecera serrana y sus localidades.
Externó que, solicitaron una reunión con el Presidente Municipal, Salvador Calderón, con el objetivo de gestionar algún apoyo, principalmente alimentario, ya que es la principal carencia que actualmente enfrentan.
“Este tipo de atención correspondería al gobierno estatal, pero la respuesta ha sido prácticamente nula, y por eso decidimos tocar la puerta del Ayuntamiento de Parral”, dijo.
“Confiamos en la disposición que el alcalde Salvador Calderón ha mostrado públicamente”, abundó.
Subrayó que, desafortunadamente las familias llegan sin nada, por lo que la alimentación es prioritaria, y posteriormente un lugar donde quedarse, y al final, aguantar mientras resuelven su situación.
“Todos los desplazados que llegaron hoy a Presidencia Municipal son de Guadalupe y Calvo, donde los enfrentamientos entre grupos armados han escalado al uso de explosivos y drones, lo que ocasionado mayor terror entre los habitantes”, acentuó.
Aseveró que al menos 200 familias han llegado a Parral buscando ayuda, pero se teme que muchas más estén pasando desapercibidas.
“Son ciudadanos atrapados en una guerra ajena, y el abandono institucional agrava aún más su situación”, apuntó.
Por su parte, el Visitador de los Derechos Humanos en Parral, Juan Armando Portillo, reconoció que la violencia en la Sierra Tarahumara ha obligado a más de 150 familias a abandonar sus hogares en el municipio de Guadalupe y Calvo, en busca de seguridad en otros puntos del estado y del país.
Dijo que los desplazados han optado por trasladarse a municipios cercanos como Hidalgo del Parral y Chihuahua, así como a estados vecinos como Sonora y Sinaloa.
Portillo destacó que la ola de violencia que azota la región serrana ha generado un clima de incertidumbre y temor entre los habitantes, quienes han visto amenazada su tranquilidad debido a la presencia de grupos criminales.
Por esta razón, organismos de derechos humanos han insistido en la necesidad de establecer mecanismos de apoyo para las víctimas del desplazamiento forzado, incluyendo acceso a vivienda, empleo y educación para los niños y jóvenes que han tenido que interrumpir sus estudios, sin embargo, de momento no hay respuesta de parte de las autoridades.
(Blanca Arredondo)

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