Estamos hartos de discursos que prometen apoyar a las PYMES mientras se ahogan en trámites, impuestos y competencia desleal.
Estamos hartos de gobiernos que presumen crecimiento mientras seguimos comprando todo a China.
Estamos hartos de empresarios que hablan de amor a México, pero en la primera cotización se van por lo más barato, aunque venga de un contenedor a 15 mil kilómetros de distancia.
¿Sabes por qué no han crecido las PYMES en México?
Porque las castigamos, las asfixiamos con SAT, con IMSS, con inspecciones. Les vendemos la idea de “emprender” mientras las empujamos a la informalidad y si sobreviven, las condenamos a competir con productos chinos que entran más baratos de lo que cuesta aquí fabricar el empaque.
Mientras tanto, importamos sin freno.
Solo en 2024, México le compró a China más de 113 mil millones de dólares en electrónicos, plásticos, textiles, herramientas… ¡Hasta el acero que usamos viene de allá!
Nos hemos vuelto adictos a lo barato, a la inmediatez. A presumir marcas extranjeras mientras los talleres locales cierran.
Pero aquí está la verdad: Los aranceles que hoy nos preocupan, pueden ser el golpe de realidad que necesitábamos.
Cada vez que exportar se encarece, cada vez que un insumo chino se vuelve más caro, nace una oportunidad de producir aquí, de integrar PYMES locales, de generar empleo, de fortalecer nuestra economía.
Como ejemplo la gran oportunidad que no hemos explotado son los insumos totales usados por empresas IMMEX en los estados del norte que fue de 203,653.41 millones de dólares según los datos del INEGI. De ese total, solo 37,473.68 millones de dólares fueron comprados en México. ¿Qué te dicen esas cifras?
Pero no va a pasar solo con discursos, necesitamos una Ley de Proveeduría, u otra opción sería una Ley de pronto pago. No es posible que las empresas tractoras tarden más de 60 días en pagarte.
Una ley que:
Obligue al gobierno a comprar primero a las PYMES locales.
Obligue a las grandes empresas a integrar a proveedores nacionales en sus cadenas de valor.
Genere incentivos fiscales para quienes compren local.
Facilite financiamiento real y rápido para que las PYMES crezcan.
¿Crees que es imposible?
Corea del Sur lo hizo y hoy es potencia tecnológica, Alemania lo hizo y sus PYMES generan el 70% del empleo de calidad, Brasil lo hizo en su industria petrolera. ¿Por qué México no?
Este país no se construye comprando barato, se construye produciendo con calidad y con orgullo.
Basta de ser consumidores eternos de productos chinos mientras nuestras PYMES mueren, basta de querer precios bajos a costa de empleos locales, basta de discursos de “amor a México” si no estamos dispuestos a apostar por lo nuestro.
Los aranceles son el despertador, el nearshoring sigue siendo una oportunidad. El gobierno le tiene que entrar con créditos, y las empresas tractoras a desarrollar proveeduría.
Una Ley de Proveeduría es el paso que necesitamos para cambiar el destino de este país.
Si queremos un México grande, empecemos a producir aquí.
Si queremos un México fuerte, compremos aquí.
Si queremos un México próspero, luchemos por una Ley de Proveeduría ahora.
Porque de discursos, México ya tuvo suficientes.
Es hora de actuar.
