Maru Campos inicia obras en la carretera El Mirador-Dr. Belisario Domínguez, mejorando la movilidad de 70 mil habitantes del centro de Chihuahua.
Chihuahua, Chih. (ADN/Staff) – En una región donde la geografía desafiante a menudo limita el desarrollo social y económico, la gobernadora Maru Campos dio un paso significativo al anunciar el inicio de las obras de rehabilitación y modernización de la carretera El Mirador-Dr. Belisario Domínguez-San Francisco de Borja.
Este proyecto, que se extiende a lo largo de 96 kilómetros, es crucial para mejorar la movilidad y conectividad de más de 70 mil habitantes de la zona centro del estado de Chihuahua, una área que, a pesar de su riqueza cultural y natural, ha enfrentado históricas limitaciones en infraestructura.
Las obras comenzarán con la renivelación de la superficie de rodamiento, lo que implica un esfuerzo considerable en la recarpeteo asfáltico, pintura y la instalación de señalamientos.
Este tipo de mejoras son esenciales, ya que una carretera en mal estado no solo dificulta el transporte de personas y mercancías, sino que también afecta el acceso a servicios fundamentales como la educación y la salud.
En un estado donde la dispersión poblacional es alta, el transporte eficiente se convierte en un aliado integral para el desarrollo local.
Durante el acto de inauguración, la mandataria enfatizó la importancia de unir esfuerzos como comunidad chihuahuense, destacando que una infraestructura sólida es la base sobre la que se pueden construir oportunidades.
La frase “hay que seguir construyendo más de lo bueno”, además de ser un llamado al optimismo, subraya un enfoque proactivo en la administración actual, que busca no solo satisfacer necesidades inmediatas, sino también fomentar una cultura de progreso continuo.
Manuel Miramontes, director de la Secundaria Estatal “Tutuaca” No. 3088, hizo eco de este sentimiento al expresar el agradecimiento de los residentes de varios municipios, incluyendo Gran Morelos y Nonoava.
Su reconocimiento destaca la relevancia de la colaboración entre las autoridades y la comunidad, y cómo la atención gubernamental a los temas locales puede tener un impacto duradero.
Estas voces no solo representan el sentir de los habitantes; también reflejan un profundo deseo de desarrollo y conexión, que ha sido históricamente esquivo en regiones alejadas.
El contexto de estas obras no puede entenderse sin tener en cuenta la historia reciente de Chihuahua, donde diversas administraciones han luchado por mejorar la infraestructura vial en un estado que, aunque rico en recursos, ha presentado desafíos significativos en su desarrollo.
A lo largo de los años, el abandono de carreteras y caminos ha contribuido a la marginación de comunidades enteras, aumentando la brecha de oportunidades entre las zonas urbanas y rurales.
La apuesta por renovar esta carretera puede ser vista como un intento de corregir rumbos y cerrar esas brechas.
La importancia de contar con buenas carreteras se traduce directamente en la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, el éxito de tales proyectos no solo depende de la obra física, sino también de la continuación del compromiso político y social para mantener, gestionar y ampliar estas infraestructuras en el tiempo.
La interconexión de los pueblos y sus habitantes, así como el acceso a servicios básicos, son elementos clave para construir un futuro más equitativo y próspero en el Estado de Chihuahua.
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