Nueva York, ciudad importante e icónica de los Estados Unidos de América, tendrá a partir de enero próximo un alcalde que representa la antítesis del trumpismo: musulmán, “socialista democrático”, inmigrante, joven, outsider del partido demócrata, crítico del genocidio en Gaza, abanderado del “progresismo”…
Cuando el extremismo irracional de la administración Trump influye a lo largo del mundo estimulando con éxito posiciones políticas afines, dentro de los Estados Unidos de América un joven de 34 años nacido en Uganda junto con más de 100 mil voluntarios ha derrotado esta visión excluyente en la ciudad natal del presidente.
Al igual que Trump en su momento, Zohran Mamdani tuvo que sortear al establishment de su partido. Salió airoso en las primarias demócratas venciendo al “híper sionista” ex gobernador Andrew Cuomo.
Mamdani a principios de año era un desconocido legislador local del estado de Nueva York, integrante del DSA Socialistas Democráticos de América que aprovechó la ausencia de perfiles frescos y competitivos para hacerse de una candidatura por la que los neoyorkinos votan usualmente: la del partido demócrata.
Visto como parte del ala más izquierdista de los demócratas, Zohran despertó animadversión de los magnates y renteros neoyorkinos, naturalmente del presidente Trump, del MAGA, del sionismo y de Wall Street.
Cuomo, el rival de Zohran en las primarias demócratas, termino postulándose como candidato independiente y capturó apoyos de Trump y de grandes donantes demócratas y republicanos, así como del actual alcalde.
Pese a esto, la inercia contra políticos cuestionados y viejos como Cuomo, el alto costo de la vida, el reniego de una ciudad que dio origen al imperio Trump, los elevadísimos costos de alquileres y la amplia base progresista joven e intelectualrespondieron al trumpismo sintetizándose en una campaña eficaz y victoriosa.
Propuestas como transporte público gratuito y congelamiento de las tarifas de alquiler son señaladas como comunistas en una ciudad y país donde el acceso a vivienda es ya un privilegio para pocos.
Con la mayor participación ciudadana desde 1969, Zohran ganó cómodamente en una ciudad de inmigrantes a pesar de las amenazas de Trump respecto a recortes de fondos federales. Le espera un gran reto, mucho mayor que el haber ganado la elección.
“Soy joven, a pesar de mis esfuerzos por envejecer. Soy musulmán. Soy socialista democrático. Y lo más condenatorio de todo es que me niego a disculparme por nada de esto.”
Ya se ha echado a andar una campaña “anticomunista” desde la Casa Blanca. La pudiente “gerontocracia” del partido demócrata miraría siempre con recelo la propuesta “radical” del alcalde electo.
Habrá que ver si resulta o no el experimento del “socialismo democrático” en la ciudad de Nueva York, lo que vemos por ahora es un desafío directo y simbólico al trumpismo y a su intolerancia en su propia casa. Sea como sea, acontece una respuesta organizada a las formas autocráticas, plutocráticas y rancias de hacer Política, y claro, al altísimo costo de la vida estadounidense.
Zohran no puede ser presidente de los Estados Unidos pues no nació en ese país, tampoco proviene de la clase trabajadora humilde, pero su triunfo significa que ese país es grande por su diversidad y por su capacidad de transformación.
De muchos uno. Un inmigrante “progre” hijo de indios gobernando Nueva York es una buena noticia para la Democracia liberal del país más influyente de occidente porque implica capacidad de organización y cambio en la parte de la población estadounidense que no concuerda con la visión ultra conservadora del trumpismo.
“Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad.”
(1 Juan, 3:18)

Moisés Hernández Félix
Lic. en Administración Pública y Ciencia Política, candidato a Maestro en Administración en curso. Ha sido funcionario público federal y docente en nivel media básica y medio superior. Se especializa en gobernanza educativa y políticas públicas.
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