¡Desgraciado el país, cuyo bienestar o desgracia dependan de ésta o aquella persona!
En días pasados compartíamos la tragedia nacional de estar polarizados, hablamos de las diferentes temáticas qué utiliza el presidente para colocar su agenda y entre ellas mencionamos la Reforma Electoral.
Es evidente que tal cómo está presentada no pasará aún cuando en esencia plantea correcciones urgentemente necesarias y hasta aclamadas por la ciudadanía desde tiempo inmemorial.
Todos estamos más o menos de acuerdo en la reducción de diputados y senadores, particularmente los plurinominales que en origen fueron establecidos para dar equilibrio y velar por los intereses de las minorías. Hoy ese escenario quedó atrás al estar incluidas, las minorías, en las decisiones nacionales y representadas a través de diversas instituciones políticas.
Hoy, los plurinominales representan al candidato del premio al soldado fiel al partido y al interés de la facción. Solo analícelo, muchos de los candidatos por los que usted vota nada tienen que ver con la política, pero llegan ahí, a la boleta, para darle impresión de una cara nueva mientras que el partido pone a su gallo o gallina en la posición cómoda de la pluri nominal.
Amén de lo anterior el deseo de la opinión pública ha sido ya por décadas la reducción en el número de diputados y senadores, no hay vuelta de hoja.
Hasta ahí vamos bien, luego está el tema del cambio de reglas y eliminar para el financiamiento de los partidos políticos, que en escencia también está en el deseo de la mayoría de los ciudadanos, sin embargo, pone en riesgo la democracia como tal.
Eliminar de golpe financiamiento a los partidos políticos dejaría al partido en el poder con exclusividad de financiamiento desde el estado y eso sí suena a dictadura. No es por ahí y el presidente lo sabe, pero avienta la bola para el que la quiera patear.
Otro tema álgido es la eliminación del INE y la creación del INEC.
Se entiende la aversión y hasta odio que el presidente pueda tener con la institución cuyas acciones parciales han sido del escarnio público, han sido declaradas por los actores y condenadas una y mil veces, pero jamás han atendido con la ley la gran cantidad de fraudes electorales.
Sin embargo, creo yo que Córdoba y/o Murayama no son el INE, no puedes eliminar una institución por el actuar de sus dirigentes.
La estructura ya está hecha y en esencia cómo está planteada es correcta, la maña de los líderes es lo que ha vulnerado el sistema qué sucederá una y otra vez porque somos una sociedad corrupta, aceptémoslo.
Ese es nuestro verdadero problema.
Lo que debemos hacer es corregir los errores no destruir para reconstruir eso nos hace perder tiempo y perder rumbo y así lo reconoció para mí sorpresa, este día el presidente.
Centralizar las elecciones en un solo instituto, no sé, pero en mi opinión debilita la soberanía de los estados por ello tienen su propio instituto estatal electoral. Qué es más caro, sí, pero es el deber ser.
Centralizar las elecciones es un error político, recuerde los tiempos en qué se anunciaba el candidato y ya sabía usted quien sería el próximo presidente.
Lo demás es lo de menos.
Mercadólogo por la UVM. Profesional del Marketing Digital y apasionado de las letras. Galardonado con la prestigiosa Columna de Plata de la APCJ por Columna en 2023. Es Editor General de ADN A Diario Network.
