“…la insurgencia ciudadana que representa la Marea Rosa, no será una anécdota más”.
Guadalupe Acosta Naranjo, líder de Somos Mexico, partido político en formación.
Como todos sabemos, durante el pasado proceso electoral, la oposición a la 4T tuvo un desempeño bastante magro. En la elección presidencial quedaron muy, muy atrás con respecto a la votación que obtuvo nuestra actual presidenta Claudia Sheinbaum.
Y en lo que a las cámaras se refiere, se convirtieron en minorías tanto en el Senado como en la Camara de Diputad@s, en pocas palabras, resultaron un fracaso total, a pesar de que hubo un par de momentos en la campaña, en las que demostraron cierto músculo.
Esos momentos no fueron expresamente convocados por la coalición que apoyaba a la fallida candidata, señora X, la cual se denominaba Fuerza y Corazón por Mexico, no, esos momentos de fortaleza aparente, que alimentaron la ilusión de las oposiciones en conjunto con las encuestas falseadas de Masive Caller, fueron convocadas por una organización presuntamente ciudadana, el llamado Frente Cívico.
Este Frente Cívico, con el pretexto de la defensa del INE, convocó allá por el 2022, a lo que después se conoció como la Marea Rosa, en referencia a que sus asistentes portaban ropa de dicho color en solidaridad con un INE bajo el ataque del “dictador” Lopez. Y así se les quedo, la Marea Rosa.
Ya en la campaña presidencial, al ver que los partidos que conformaban el PRIAN-RD, plataforma política de la señora X, no lograban prender a la ciudadanía, se decidió recurrir a esta Marea Rosa, para tratar de elevar la moral de la oposición, especialmente en el último tramo del proceso, cuando las ocurrencias y limitaciones de su misma candidata no solo no ayudaban, sino que venían en detrimento de su propia campaña.
Efectivamente, hasta en dos ocasiones lograron una fuerte movilización, logrando casi llenar el zócalo, y “demostrar”, de esa manera que ese espacio geográfico no era propiedad exclusiva del partido y los aliados del presidente -como si lo fuera- sino que también lo era de la “ciudadanía”.
Hasta ahí todo muy bien para ellos, solo que hubo un par de situaciones que los lideres del Frente Cívico-Marea Rosa, no previeron; primero, llenar el zócalo no es lo mismo que llenar las urnas el día de la elección. Qué bueno que la oposición tenga capacidad de movilización, y se exprese masivamente, aunque eso contradiga su reclamo de vivir en un a dictadura, pero eso no es suficiente, hay que salir a votar.
Segundo, al disfrazar su movimiento de “ciudadano”, no se dieron, o no quisieron darse cuenta, de que en realidad no crecían, sino por el contrario, menguaban. Los asistentes a dichas concentraciones masivas no eran en realidad nuevos ciudadanos agregados a la militancia tradicional del PRIAN -porque el PRD en realidad nada o muy poco aportó- eran los mismos, solo que vestidos de rosa, cubriendo el pudor que sus propios colores les causaban.
Pasado el proceso, y exhibidos como la triste y precaria minoría que realmente son, siguen sin aprender de sus errores.
La cúpula de lo que fue el Frente Cívico-Marea Rosa, ahora pretende crear un “nuevo” partido político, el cual, de alcanzar su registro para las elecciones intermedias, llevaría el nombre de Somos México.
De entrada, los lideres de esta organización, tiene poco o nada de ciudadanos, son los políticos de siempre que ahora se avergüenzan de ejercer el oficio de la política. Y vea usted si no:
Emilio Álvarez Icaza, exsenador por el PRD; Enrique de la Madrid, exaspirante a la presidencia de la Republica por el PRI; Fernando Belaunzarán, exmilitante del PRD y el PAN; Edmundo Jacobo, exsecretario general del Instituto Nacional Electoral (INE); Gustavo Madero; exdirigente del PAN; Cecilia Soto, excandidata presidencial abanderada por el PT y como líder, Guadalupe Acosta Naranjo, exlíder del PRD;
Ahora bien, haber sido militantes de los partidos tradicionales no debería ser algo vergonzoso, a menos de que tuvieran algún trapo sucio que lavar, o una cola larga que se les pudiera pisar, pero eso es material para otra columna.
Por el momento aceptemos que dejaron a los partidos tradicionales del neoliberalismo, PRI, PAN y PRD, porque comprendieron que l@s verdader@s ciudadan@s, ya no creen en lo que esas organizaciones representan, y es esa la razón por la que ellos quieren formar una nueva organización que aproveche y de cause al caudal político obtenido por la Marea Rosa.
Patrañas, la Marea Rosa como tal, solo existió en la imaginación de sus lideres, y en la propaganda que trataron de hacer que la sociedad mexicana creyera. En realidad, dichas movilizaciones estuvieron siempre constituidas por militantes del PRI o del PAN -de los 10 chicharos del PRD ni hablar- vestidos con una camiseta rosa sobre sus verdaderos colores.
Para que Somos Mexico pueda realmente constituirse como partido, primero, y después mantener el registro, deberá hacerlo a costa de absorber la militancia de alguna de los otros dos partidos tradicionales.
Así lo hizo el PRD original, que poco a poco fue nutriéndose de militantes del PRI que veían como una tecnocracia oligárquica fue imponiendo el neoliberalismo, desplazando al poco Nacionalismo Revolucionario que subsistía a duras penas dentro del partido. Lo mismo ocurrió con Morena, que desfondó al PRD cuando este, de la mano de los chuchos, se convirtió en remora de un PRIAN neoliberal.
Nadie lo va a hacer, pero si alguien me lo preguntara, yo respondería que el partido que puede -y debería- ceder esa militancia, es el PRI. Partido del que ya nada queda más allá de un zurrón vacío y desgastado el cual, con mas cinismo que decoro, ahora se declara como padre de los programas sociales, como si a partir de los sexenios de Salinas y Zedillo no hubieran intentado desaparecerlos o privatizarlos.
Ciertamente que si el PRI cediera dicha militancia en aras de ayudar a mantener el registro de Somos Mexico, difícilmente ganarían algún puesto de importancia relativa en lo inmediato, pero si pudieran tener probabilidades de superar el porcentaje de votos necesario para trascender, y de ahí, poco a poco, picando piedra, crecer como un verdadero partido, tal como lo hizo el PRD.
Solo que lo anterior no va a ocurrir. Alito Moreno no va a soltar la ubre que el PRI representa, aun tan disminuido y desprestigiado como se encuentra en estos momentos; estasanguijuela va a ordeñar al vetusto organismo hasta que, entonces sí, nada quede de él.
¿Y Somos Mexico? Simplemente quedaran como otra mala anécdota más, aunque Acosta Naranjo crea lo contrario.
Es Cuanto
En Ciudad Juarez, a 11 de febrero del 2025

José Antonio Blanco
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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