La Revocación de Mandato es en esencia, el instrumento jurídico que permitirá que la voluntad popular se imponga ante el Presidente de la República, que a pesar de haber sido elegido por mayoría, el pueblo le perdió la confianza.
Cuando estudiaba mi carrera de Licenciado en Derecho, una de mis materias favoritas el “Derecho Constitucional”, a través del Maestro Ignacio Burgoa, me daba respuestas respecto a la estructura Democrática del Estado que consiste en establecer la voluntad popular como base de la soberanía, bajo un sistema jurídico constitucional, con titulares del estado que sean elegidos por la ciudadanía en general que controle la actuación de los órganos estatales, la división o separación de los poderes y la justicia social.
El Maestro Burgoa, afirma que debe existir la supeditación del poder público al Derecho, en el que se establezca el procedimiento para anular los actos de autoridad que contravengan a la Constitución o la Ley y que debe encomendarse a órganos independientes de carácter judicial. El control judicial lo tenemos en el juicio de amparo cuyo control judicial se impone, a pesar de que sus autoridades procedan de la voluntad popular mayoritaria.
La Revocación de Mandato es en esencia, el instrumento jurídico que permitirá que la voluntad popular se imponga ante el Presidente de la República, que a pesar de haber sido elegido por mayoría, el pueblo le perdió la confianza.
Por primera vez en México, un presidente emanado de la voluntad popular promovió el instrumento que la ciudadanía ha solicitado durante décadas, para determinar la conclusión anticipada en la persona titular de la Presidencia de la República, a través del sufragio, mediante un procedimiento que inicia con la responsabilidad del órgano autónomo para organizar el procedimiento que corresponde al Instituto Nacional Electoral.
Jurídicamente procede la separación del cargo al Titular del Ejecutivo, cuando se cumpla con el requisito de obtener la mayoría de las personas inscritas en la lista nominal de electores, de cuando menos un cuarenta por ciento, más uno, para que, una vez que se dé a conocer el resultado de la votación, intervenga otro órgano autónomo, como lo es, el Tribunal Federal Electoral, a quien le corresponde ordenar la separación del cargo.
En la Constitución el poder emana del pueblo y debemos entender que el pueblo no son los militantes ni los “dueños” de los partidos políticos, sino todos los ciudadanos que vivimos en un Estado de Derecho, que participen a ejercer el derecho de votar para elegir al gobernante cada seis años.
La Revocación de Mandato será la primera vez que nos permita interrumpir a la mitad (tres años) del sexenio, para separarlo del cargo por la perdida de confianza que se le depositó en las urnas el día que fue elegido por mayoría. Así es que el “pueblo pone y el pueblo quita”, como bien ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, existe confusión por la falta de difusión correcta de lo que implica este derecho que otorga la Constitución y cuyo procedimiento establece que el INE organice y lleve a cabo la Revocación de Mandato, que, en este caso, será el domingo 10 de abril en toda la nación.
Los opositores del presidente AMLO han utilizado las redes sociales y medios de comunicación para desvirtuar este derecho ciudadano. Incluso mienten cuando afirman que se trata de una reelección. Tampoco es promocional de popularidad, sino todo lo contrario, es la mejor forma de juzgar por la ciudadanía, que permitirá al pueblo participar voluntaria y pacíficamente, mediante otro órgano autónomo como lo es el Tribunal Federal Electoral para que se cumpla la voluntad popular.
Desde luego que el partido político MORENA que creó el presidente de México AMLO, ha impulsado la Revocación de Mandato, porque sabe que el Titular del Ejecutivo goza de un nivel de aceptación nacional, con la aprobación de un setenta por ciento de la gente.
Si esto hubiese sido posible en el pasado inmediato anterior de los tres sexenios, en el proceso para ratificar o revocar a los tres últimos presidentes, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, seguramente el PAN y el PRI hubieran sido operadores para evitar que el pueblo participara en la Revocación de Mandato, pues a la mitad del sexenio ya estaban reprobados por la ciudadanía.
Por ello es importante valorar este gran logro democrático que permite utilizar el recurso legal que otorga la Constitución para poner y quitar al presidente en turno a la mitad de su periodo. En este derecho, intervienen los órganos autónomos obligados para intervenir en el procedimiento, los poderes que emanan del pueblo y que deben trabajar para el pueblo, como lo son el INE, el Legislativo y el Judicial.
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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