El panorama político mexicano siempre ha sido dinámico. El año 2023 ha sido un año de mucho movimiento para la política de México, casi como si el país ya estuviera en campaña. También hemos presenciado desafíos, cambios y lealtades efímeras, muchas de estas últimas, por cierto. Entre la política local, estatal y federal, ha sido un año muy activo, peculiar y, en cierto sentido, poco objetivo. Y 2024 no será la excepción; este año que está por llegar promete ser crucial para la política mexicana, con alianzas necesarias y estrategias que sobrepasan nuestra imaginación.
Este año que termina ha estado marcado por tensiones políticas y sociales. La corrupción y la inseguridad siguen siendo problemas persistentes y, a pesar de que este gobierno ha implementado su estrategia de “abrazos, no balazos”, en más de una ocasión se ha visto que los abrazos han sido más para los delincuentes que para los ciudadanos de bien. En un país donde la violencia con el crimen organizado continúa como una amenaza para la estabilidad del país, donde hay daño colateral y víctimas, el inquilino de palacio se ha dedicado a desprestigiar y a volverlos adictos solo por el hecho de decirlo.
Hemos visto cómo la política se convierte cada vez más en un espectáculo carnavalesco, donde lo que se avecina parece más un concurso de canto o un certamen de belleza, y se valora poco la inteligencia. Está de moda ser influencer para aparecer en una boleta electoral, o donde el que grita más es el que gana. Sonrisas fingidas y lealtades compradas son la norma. Personajes que amanecen con una ideología distinta a la que tuvieron durante 20 años.
Cerramos el año con un estado en llamas, donde, digan lo que digan, es tierra de nadie. Día a día, la noticia son acribillados y desaparecidos, con personajes de la política estatal y federal que se han dedicado a hacer campaña, olvidando sus verdaderas funciones. Un par de exgobernadores están sufriendo el karma de sus acciones; uno ya cumplió, pagó y se arrepintió de lo hecho, y otro casi se orina en los pantalones cuando una sola persona reclama por todo el mal que hizo a sus trofeos políticos. A mi parecer, el gobernador más inservible que ha tenido nuestro gran estado. Y, como diría mi abuela, que siempre me acompaña en mis pensamientos cada vez que estoy escribiendo frente a mi computadora: “¡Te salió el tiro por la culata!”, Javier Corral.
Un 2023 donde los juarenses nos hemos quedado esperando un Juárez Bus funcional y una torre centinela, pero sobre todo un presidente municipal que realmente se interese por nuestra frontera y no solo en estar de socialité buscando una reelección. Una frontera golpeada por el problema migratorio, donde parece que nadie ve, ni siquiera actúan como observadores, a tal grado que hay muertos que piden ser escuchados y solo se encuentran con la poca empatía social y gubernamental. Donde claramente se ponen por delante los intereses personales a los que deberían ser principales.
Mientras México se prepara para 2024, el país está en una encrucijada; hoy se encuentra en un punto de inflexión. Las decisiones tomadas en este año podrían tener un impacto significativo en el futuro del país. Mirando hacia el futuro, 2024 promete ser un año crucial para México. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los candidatos ya están delineando sus plataformas y los votantes están evaluando sus opciones. Lo más interesante, y de lo que hasta cierto grado me hace sentir orgullosa, es que sea cual sea la decisión que tomen los mexicanos en 2024, por primera vez una mujer encabezará el poder ejecutivo en nuestro querido México.
Los temas que probablemente dominarán el discurso político en 2024 incluyen debates sobre cuál color es mejor que el otro, las equivocaciones de los conservadores o los errores del neoliberalismo, pero sin duda también en el mensaje de división y polarización que hemos recibido por ya cinco años.
Quizá haya sido demasiado severa al describir el 2023, pero realmente espero de todo corazón que el futuro de nuestro país sea para bien, para que México crezca y nos sintamos orgullosos de ser mexicanos en cualquier sentido. Me podría tomar no solo 600 palabras reflexionar y contar las cosas peores que hemos visto, escuchado e incluso vivido este año, pero como dicen por ahí: “Es lo que hay”.
Por último, y no menos importante, en este último artículo de 2023, querido lector, quiero desearles que tengan un fin de año extraordinario, que se sientan satisfechos de lo realizado este año que se termina y que el 2024 esté lleno de cosas mejores para todos. Agradezco a cada uno de ustedes por tomarse el tiempo de leer cada artículo escrito por esta servidora, a mi amigo David Gamboa por darme el espacio para expresarme sin limitaciones. ¡Feliz Año Nuevo!
Aldonza González Amador
Criminóloga y Empresaria Juarense
Actualmente Presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado de Chihuahua (ONMPRI) y Estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de la Rioja España.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
