¿Cómo se llega a este punto? ¿Qué ciudad tolera que los muertos sean tratados con menos dignidad que los escombros? ¿Qué gobierno mira hacia otro lado mientras los cuerpos se apilan por años, se tiran como bolsas de basura?
386 cuerpos apilados como si no fueran humanos. Como si no hubieran tenido madre, historia, amor. Como si doler no importara. El Crematorio Plenitud violó el último derecho de los muertos: el de ser tratados con dignidad. Se les negó el descanso, se les negó la verdad a sus familias. Se les negó todo, hasta la dignidad.
Ciudad Juárez es una frontera herida que no ha tenido respiro. Aquí han desaparecido mujeres por décadas sin que se haga justicia. Aquí se han encontrado cuerpos en desiertos, fosas comunes, masacres, escenas de terror, una tras otra pero ahora la pesadilla adopta un nuevo rostro: el del crematorio
No es un hecho aislado, no es un accidente, no es solo mala práctica de un comerciante. Es una cadena de horrores que se han perpetuado por la omisión, la corrupción y la complicidad de autoridades que callan, que encubren, que negocian con la muerte.
No es posible que un crematorio operara impunemente en condiciones de absoluta insalubridad, con cuerpos apilados como basura, sin que nadie lo advirtiera. ¿Dónde estaban los inspectores? ¿Dónde estaban los responsables de verificar permisos, de revisar instalaciones, de garantizar el trato digno a los fallecidos? Esta tragedia no ocurrió de la noche a la mañana: fue tolerada, ignorada, solapada por funcionarios que eligieron voltear la mirada. La omisión también es corrupción, y quienes permitieron este infierno deberán responder ante la justicia.
Ciudad Juárez no merece más silencio. Ciudad Juárez es una ciudad de mujeres y hombres valientes, que han sobrevivido a la violencia, al desprecio institucional, a los pactos de impunidad. Hoy, por la memoria y la dignidad de 386 familias, no podemos mirar inamovibles, que se abran los expedientes, que caigan los encubridores, que se arranque de raíz la podredumbre. Que haya al fin justicia, verdad y reparación del daño para cada familia defraudada en el peor de los momentos, para quienes les reabrieron una herida profunda, para quienes hoy no tienen ninguna certeza de dónde están sus seres queridos. Porque el respeto a los muertos es la última frontera de la civilización.
Como el primer servidor de los juarenses no puedo quedarme de brazos cruzados, no lo haré jamás. Desde el Congreso del Estado hemos impulsado con firmeza la iniciativa para tipificar el delito de “trato inhumano de cadáveres”, porque este acto no puede quedar impune. Porque nadie, absolutamente nadie, debe lucrar con el dolor ajeno, porque es impensable que quien lucre con la muerte no pueda ser condenado a una pena real, porque es un insulto a los juarenses pensar que los responsables de este crimen no pisen la cárcel y se escapen por las rendijas de una legislación blanda, que privilegia siempre al criminal.
Hemos dispuesto acompañamiento legal gratuito para quienes fueron víctimas de este horror. No permitiremos que la burocracia vuelva a pisotear a los dolientes. No descansaremos hasta que cada responsable —sea funcionario, empresario o servidor público— enfrente las consecuencias de su crimen.
Este no puede ser un capítulo más en la larga historia de impunidad que carga Ciudad Juárez. Si permitimos que el horror quede impune, entonces habremos renunciado como sociedad a toda humanidad. Por eso lo decimos con firmeza: no habrá olvido, no habrá perdón, no habrá descanso hasta que cada responsable —por acción o por omisión— pague por lo que permitió. Que Juárez no vuelva a ser la tierra donde los muertos se esconden y los culpables se protegen.

Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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