En cuanto el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que ningún servidor público debe ganar más que el presidente, conforme lo estipula la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, salieron a la luz pública las inconformidades de los Ministros, Magistrados y Jueces del Poder Judicial de la Federación, alegando que atenta contra sus derechos humanos, y concediendo entre ellos mismos la suspensión de la aplicación de la Ley de Remuneraciones recientemente reformada.
Era de esperarse esta reacción, pues es el poder que ha sido intocable durante décadas. Lo cierto es, que efectivamente existe corrupción tanto en algunas resoluciones a favor del gobierno en turno, como en las cuestionadas resoluciones en materia electoral, legalizando los fraudes. Por la forma en que se “heredan” los cargos y posiciones entre ellos mismos con familiares y allegados.
Los actos de corrupción son muy debatibles, por lo que respecta a resoluciones que favorecen a las instancias del propio gobierno federal. También sobre la honorabilidad de sus integrantes como lo establece la Ley del Poder Judicial. Aunque se considera todavía que los colegiados son más honestos, así como la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Tenemos ya algunos resultados de las investigaciones que realiza el Consejo de la Judicatura Federal, respecto al nepotismo que existe, encontrando casos como el de Magistrado de Durango HÉCTOR FLORES GUERRERO, que tiene en la nómina a catorce miembros de su familia en la nómina. El Consejo de la Judicatura Federal el año pasado, afirmó que más del cincuenta por ciento de los magistrados y jueces del Poder Judicial, tenían a por lo menos un familiar trabajando en la judicatura. Lo que sin duda son actos de corrupción.
El Presidente de la República no se equivoca al cuestionar que se lucra con el servicio público, o para enriquecerse a costa de una posición de gobierno, aprovechando en su beneficio personal, el poder que le otorga su investidura. Los demás servidores públicos como actuarios, secretarios proyectistas, secretarios de acuerdos, y encargados de otras actividades de los juzgados, no deben preocuparse por la baja a sus jefes inmediatos, pues sus sueldos deben seguir igual, porque seguramente son inferiores a los cien mil pesos mensuales.
Por otra parte, el pueblo en general se ha pronunciado a favor de esta medida. El pueblo es quien debe participar ejerciendo su poder, porque así lo establece la Constitución, el poder emana del pueblo y el pueblo está exigiendo justicia. Valor que dista mucho de los salarios mínimos establecidos por el gobierno, beneficiando con altos sueldos a la mayoría de sus burócratas, y a los de mayor jerarquía que gozan de una vida suntuosa.
Nuestro país está inmerso en la delincuencia por la pobreza e ignorancia. Los empleos están escasos y hasta profesionistas con maestría y doctorado, realizan actividades diversas para sostener a sus familias. La injustica viene desde arriba y el Poder Judicial ha consentido la injusticia social, cuando su deber es anteponer la justicia por encima del derecho.
El servicio público dejó de ser el principal aliado del pueblo y se convirtió en una dictadura, que desde el Ejecutivo derrama corrupción a manos llenas e insensibles del dolor humano. Por eso el Presidente AMLO es aclamado por la gente, porque se comporta como un verdadero servidor, bajo su conocido lema que retumba como látigo “por el bien de todos, primero los pobres”.
Hemos sido testigos del deterioro de las instituciones públicas. Personal en exceso en algunas dependencias, personal inexistente en nóminas, parientes y amigos de funcionarios ineptos en el cargo que ostentan, abuso de poder, robo de dinero de las arcas públicas, complicidad, licitaciones ilícitas, hostigamiento sexual, favoritismo, tráfico de influencias, compra de los medios de comunicación, fabricación de imagen y muchos delitos más, que han pasado por encima de los tres poderes, que también están contaminados por la corrupción.
Para avanzar en este tema de combatir los abusos de poder y la corrupción, hace falta mucho quehacer de todos los mexicanos. Sin embargo se siente en el ambiente la confianza en el primer servidor público de la nación, al Presidente Andrés Manuel López Obrador. Hasta Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, se muestra optimista y colaborador con el nuevo gobierno. Hay que seguir analizando el comportamiento de los diversos actores políticos y participar en las consultas públicas, para que se siga oyendo el clamor del pueblo.
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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