Paola Llegó a su casa bufando de coraje… sentía un nudo de impotencia en el estómago, una sensación de impunidad casera le brotaba líquida por los ojos, no había sido elegida para el puesto por ser quien era, se lastimaba pensando que la inteligencia y la capacidad suplantarían los favores íntimos insinuantes que se dignó despreciar, los mismo que explicaban la ocupación y ascenso de una de sus compañeras sin talento ni virtudes.
Así se cubren las cuotas de género, casi por oportunismo pareciera se aprovecha las bondades legales que hoy nos otorgan sin distinción. “El solo hecho de ser mujer” el hecho que a veces basta a veces limita.
¡No, no juzgo a mis hermanas! Repensaba Paola tratando de comprender cómo es que en pleno siglo XXI fuese “víctima” de las circunstancias… tanto esfuerzo, tanto mérito socavado en una elección visceralmente física que obstaculizaba su desarrollo profesional.
Recordó las frases de su jefe cada vez que emprendía algo nuevo “No te adelantes, es muy aventurado, no hay presupuesto” … los regaños cuando algo no salía bien, “te falto prepararte”, y los elogios precarios en cada proyecto exitoso, a pesar de los buenos resultados. Paola encajaba por su desempeño, pero no cabía por sus ideas.
La paridad de género en las posiciones de gobierno y en la esfera privada es todavía un tema que se debate entre el deber ser y lo que hay. Existe un camino de acceso adornado espinas estructurales arraigadas en el pensamiento de la identidad sobre papel de las mujeres en la sociedad. Un modelo que siguen cosificando la autonomía y el liderazgo auténtico de las mujeres.
Para llegar a ascender hay que ser lo que esperan que seas, no quien realmente eres. Paola no había llegado por no compartir caricias, había sido limitada por tener sus propias formas y expresar un lenguaje de libertad que la convertía en peligrosa.
Eva se comió la manzana que no debía, Pandora abriendo la caja que no tenía que abrir, Lilty, Shophia y Maria Magdalena desafiaron la visión del sagrado femenino más allá de lo permitido.
Las mujeres que se atrevieron a desafiar sus contextos fueron y son consideradas peligrosas y controladoras, mientras aquellas que llegan al poder bajo la sombra y conservando los arquetipos del modelo masculino persisten como el prototipo de virtud.
Paola pensó que el siguiente 08 de marzo saldría a las calles a pintar una pared exhibiendo la injusticia que la había azotado a discreción. Lo haría y quizás visibilizaría un poco el tema.
La frustración que sentía desplomaba el poder que creía había construido, la autoimagen de mujer desafiante, luchadoras de las causas, la profesionista incansable una auto caída inevitable cuando los límites de una mujer son constantemente puestos a prueba.
Sintió que tal vez el problema no radicaba solamente en su jefe promiscuo, quizás el asunto se aligeraría modificando la actitud que debía asumir para que aquel episodio se convirtiera en una fuente de inspiración y no en una herida latente que le impidiera retomar su fuerza y poder.
Sin justificar lo injustificable Paola decidido ser Estoica ante la adversidad, asumió que estas filosofías milenarias no discriminaban la identidad de género y que podía aplicarlas como mujer, una mujer estoica y ante la libertad de pensar, decidido a hacerlo diferente.
Paola identificó su rabia interior, una herida ancestral que en ocasiones no entendía, pero que dolía ante cada descalabro, debía reconocer que su jefe no era el único ser humano hombre o mujer que actuaba bajo los sesgos de género, pelear con los prejuicios era una de sus batallas pero que no saldría bien librada con heridas sangrantes, sin herramientas para hacerle frente.
Inicio estableciendo una manifestación del Amor Fati, aceptando el presente incluyendo sus propias limitaciones y adversidades, reconoció sus talentos sin la necesidad de orientarlos a las expectativas sociales, inició una transformación personal tomando sus experiencias y asumiéndolas como lecciones de residencia, además se encargó de fortalecer su espíritu mediante la gestión y el respeto de sus emociones.
Se decidido a ser mas autónoma y menos manipulable, comprendió que ante todo su compromiso era con la vida en todas sus formas, y que ante ello el actuar de su jefe era una piedra en el camino no el final del destino.
Entendió que confiar en su propio valor y juicio serian las herramientas más importantes de su empoderamiento, que tenía el derecho de marcar sus límites, la valentía de desafiar las críticas y todo eso la constituía con amor… era auténtica.
Entendiendo que si no podía controlar ciertos desafíos o injusticias tampoco está obligada a ser sujeta de presiones y convencionalismo sociales. Ahora tiene equipo un personal fortalecido, la próxima sería más selectiva, más inteligente emocionalmente, más estoica menos víctima.

Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace y Vive Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.


