Ciudad Juárez es un gigante con pies encadenados. Una ciudad que late con la fuerza del trabajo de miles de mujeres y hombres que caminan cada día en la frontera más importante del país. Somos el motor industrial de México, la primera línea del comercio internacional, la puerta que conecta al país con el mercado más grande del mundo. Y, sin embargo, el régimen centralista nos trata como si fuésemos un pueblo sin voz, reduciendo nuestra grandeza a migajas que apenas alcanzan para sobrevivir.
Por cada peso que los juarenses entregamos a la federación, apenas nos devuelven míseros centavos. Aquí se generan miles de millones en impuestos, fruto de las maquilas, del transporte, de las aduanas, de la vida fronteriza. Y lo que regresa es un presupuesto raquítico que no alcanza para reparar las calles donde se desgastan nuestros obreros, ni para sostener hospitales que reciban con dignidad a nuestras familias. Mientras tanto, desde el centro del país nos miran como un cajero automático que jamás se queda sin fondos.
Los ejemplos son tan claros como dolorosos: el tráfico interminable de mercancías en los puentes internacionales se convierte en riqueza para el centro del país, pero no en inversión en infraestructura para Juárez; los impuestos de nuestras maquiladoras engrosan las arcas nacionales, pero no se reflejan en escuelas dignas para los hijos de quienes sostienen esa productividad; las aduanas recaudan cifras astronómicas, pero nuestra ciudad sigue siendo víctima de un abandono presupuestal imperdonable.
Frente a esta injusticia, no nos quedaremos callados. Hoy, en Ciudad Juárez, ya está en marcha un proceso histórico: la Consulta Pública por un Nuevo Trato para el Norte. Una oportunidad inédita para que los juarenses decidamos si este trato es justo, si queremos seguir siendo los olvidados de la federación o si es hora de exigir un nuevo camino. No se trata solo de un mecanismo electoral, sino de un acto de dignidad: de recuperar el derecho a opinar sobre nuestro futuro económico.
El Nuevo Trato para Nuestro Norte es una exigencia de justicia y de respeto. Para Ciudad Juárez significa que cada puente, cada maquila, cada aduana, cada jornada de trabajo bajo el sol del desierto se traduzca en oportunidades reales, en seguridad, en salud, en educación, en calles iluminadas y en presupuestos que estén a la altura del esfuerzo de nuestra gente. Significa que el dinero de los juarenses se quede en esta frontera.
Esta Consulta Pública que hemos impulsado ante el Instituto Estatal Electoral, abierta desde el 17 de septiembre hasta el 7 de octubre, es la oportunidad para que esta frontera mande un mensaje claro, de que no está dispuesta a seguir recogiendo migajas del suelo.
Ha llegado la hora de que Ciudad Juárez deje de cargar con las cadenas de un pacto fiscal injusto. Ha llegado la hora de escribir, con la voluntad de los juarenses, una nueva historia, un Nuevo Trato de dignidad y prosperidad para nuestro norte.
Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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