La hipótesis materialista ha contribuido grandemente al desarrollo de la ciencia y el conocimiento humano, encontrar el “cómo” de los fenómenos más que el “quien”, aporta mucho a la investigación y el desarrollo, lamentablemente para algunos el “cómo” ha ido borrando al “quien”, el pensar que solo somos materia y que todo termina con la muerte ha impactado en la filosofía y en la teología.
Pensar que todo se origina en la materia y termina en ella, nos lleva a un reduccionismo peligroso que deja en la sombra todo aquello que no se puede explicar, en la esperanza de algún día tenga la explicación materialista del fenómeno.
De igual forma atribuir todo a una voluntad divina sin investigar el “como” y considerar un destino manifiesto y predeterminado, así como un determinismo absoluto, es negar el máximo don del ser humano que es el libre albedrio, es negar la creatividad humana, es negar la coparticipación del hombre en la generación de la realidad.
Es por eso que la tesis dualista, cuerpo y alma, resulta mas sustentable que la tesis monista de ser solo materia, pero los empiristas piden evidencias y ahí quedamos un poco atrapados cuando se afirma que es el espíritu el que llega a un cuerpo y toma el control, al que se rebate con la afirmación de que es el cuerpo, particularmente el cerebro, el que genera las manifestaciones que adjudicamos al espíritu.
Y es que, al actuar, el cuerpo y el espíritu se manifiestan como uno solo, de ahí que se pueda argumentar, acudiendo a la física cuántica, que la conciencia genera realidad, esto es que el espíritu genera al cuerpo y por otro lado la tesis de que sea el cuerpo, particularmente el cerebro el que genere la actividad que atribuimos al espíritu.
Hay dos momentos donde los podríamos ver en forma separada cuerpo y espíritu, en la concepción y en la muerte, en la concepción ya lo hemos visto anteriormente y ahora sería interesante ver si se manifiesta la separación en la muerte, esto es, si el espíritu se separa del cuerpo o muere con él.
Mucho se ha escrito sobre la fenomenología de la muerte y aquellos que son regresados de la muerte han aportado datos muy interesantes sobre esta separación del cuerpo y el espíritu, entre ellos destaca el doctor Manuel Sans Segarra que ha dedicado su vida profesional al estudio de las experiencias cercanas a la muerte abreviado (ECM)
A través de los relatos de sus pacientes que regresan a la vida después de una muerte clínica, el doctor Segarra tuvo la certeza de que había algo más allá de la muerte, pero había que demostrarlo y a eso ha dedicado su vida ya que tiene la firme convicción de que la conciencia es una entidad separada que puede existir independiente del cuerpo físico.
Para su demostración ha acudido a la física cuántica, la psicología, la psiquiatría y la neurociencia argumentando que la conciencia puede estar entrelazada con la materia y energía, al tiempo de estar también entrelazada con otras formas de conciencia en el universo.
El doctor afirma que “el aceptar esta realidad puede tener un impacto profundo en nuestra comprensión de nosotros mismos y el mundo que nos rodea, ya que la muerte no sería ya el fin de nuestra existencia sino simplemente una transición a un estado diferente de conciencia”
La comprensión de este hecho no significa solamente un mejor manejo del duelo que experimentamos ante la ausencia de familiares y amigos que mueren, sino una resignificación del mundo en que vivimos ya que el mundo dejaría de ser una colección de objetos separados para transformarse en una red interconectada de conciencias.
Desde el modelo UMIM esto vendría a ser un entrelazamiento del mundo material, el mundo inmaterial y el espiritual que nos llevaría a encontrar un sentido más profundo de propósito y significado de nuestras vidas, ya que vivir no sería solamente una serie de eventos aleatorios y sin sentido, sino parte de un propósito más profundo que trasciende a esta experiencia física.
La conciencia como una facultad de la mente, nos permite percibir el entorno exterior, el interior de nuestro cuerpo y de nuestra memoria y esto puede ser detectado por la actividad neuronal dentro del cerebro, cada vez que se activa una neurona emite una señal electromagnética detectable por instrumentos electrónicos, en el momento de morir estas señales se apagan, no hay actividad cerebral, si la conciencia es generada por el cerebro la conciencia desaparece, si la conciencia es independiente del cerebro esta se separa simplemente del cerebro.
Los pacientes que “regresan” relatan esa experiencia que a grandes rasgos coinciden unos con otros, describen en estado de felicidad no experimentado jamás, un túnel donde en el fondo hay una luz hermosa, familiares esperándolos, algunos describen haberse visto en el quirófano, al cuerpo médico, incluso pasar a través del cuerpo de los doctores.
Personalmente tuve la oportunidad de platicar con dos amigos que han regresado de la muerte y coinciden con esta descripción, uno de ellos, contador de profesión, me comentaba que era una sensación de placer increíble “un orgasmo prolongado” decía y la pregunta obligada fue ¿Por qué regresaste? Y me contestó: vi a mi esposa e hija abrazadas a mi cuerpo llorando y gritando, mis parientes apuntaron hacia ellos dándome a entender que debía regresar.
El doctor comenta que esta experiencia queda grabada profundamente el la mente de los pacientes que lo recuerdan vívidamente el resto de sus días, experiencia de la conciencia sin actividad cerebral, de no ser así, estas vivencias debieron ser antes de la muerte o en el momento de regresar como algunos escépticos afirman, “Alucinaciones ad Mortem” sin embargo, las alucinaciones son acompañadas de una febril actividad neuronal cosa que no ocurren en estas experiencias, donde no hay ninguna actividad cerebral, las alucinaciones son radicalmente diferentes entre una persona y otra, estas experiencias ECM son muy similares entre sí, las alucinaciones se olvidan rápidamente y no tiene significancia importante en la vida de las personas, estas experiencias ECM marcan la vida de las personas, de ahí que difícilmente se puede afirmar que sean alucinaciones.
En sus estudios de física cuántica el doctor sugiere que una energía sutil acompaña a la supra conciencia en el momento de separarse del cuerpo, también está el hecho de la súbita pérdida de peso (unos cuantos gramos) en el momento de morir, de acuerdo a nuestro modelo UMIM esto significaría que en el mundo espiritual existe la energía y la masa, aunque en forma sutil entrelazada al mundo material y obviamente al mundo inmaterial.
Aquí lo inquietante es el hecho de que, si la energía y la masa existen en el mundo espiritual, aunque sea en forma sutil y si la masa y energía mantienen las propiedades que exhiben en el mundo material aparecería la entropía y sacudiría los cimientos de la teología, bueno de la teología moderna porque la egipcia si consideraba este fenómeno o al menos sus consecuencias.
Los estudios del doctor Segarra están basados en la experiencia empírica, son importantes, no cumplen con los requisitos del método científico como gran parte de los fenómenos que nos rodean, pero invitan a profundizar la investigación del mundo espiritual en busca del sentido a nuestras vidas y la comprensión de los universos que nos rodean.
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