Javier Corral Jurado anticipó la debacle panista en el Estado de Chihuahua. Fue un gobernante que, entre los muchos descalabros que sufrió su partido en el país, resultó bien librado al obtener una cantidad respetable -pero no suficiente- de legisladores que lo acompañarán en el poder legislativo de la entidad.
Tendrá una minoría en el Congreso estatal, pero de algo estamos seguros, Corral tiene la capacidad de adaptarse al remedo de izquierda mexicana que se ha convertido en una élite pragmática, amorfa y centavera.
El triunfo de Maru Campos como un refrendo electoral por el trabajo realizado en la alcaldía de Chihuahua, dio muestras claras de que el PAN está en las posibilidades de sostenerse pese a la discapacidad política que se recrudece por los altibajos en los que operan sus miembros.
Y así se describen ellos mismos: buenos oradores, excelentes exponentes de la doctrina, hábiles en el manejo de elecciones, trabajadores, pero poseedores de un fariseísmo al momento de gobernador.
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La siguiente meta del corralismo será la sucesión en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Se sustituirá a Ricardo Duarte Jáquez, el personaje que une a la administración panista con el villano favorito de Javier Corral.
El emisario del Estado para la sucesión en la Uacj es el pulcro secretario general de gobierno, César Jáuregui Robles. El segundo funcionario estatal de más alto rango visitó Ciudad Juárez hace unos días.
Se reunió en el restaurante Samborns, a la vista de todos, con el candidato a rector Ernesto Morán García. La lectura principal del encuentro fue el inminente destape oficial apoyando una causa que parece definida, pero que no se termina de planchar.
Horas después, Jáuregui Robles se reunió con el rector Duarte Jáquez para preparar la sucesión que corresponde decidir al gobernador en turno.
Esa necesaria intromisión estatal en la máxima casa de estudios, es una práctica natural de quien gobierna tratándose de una descentralizada que requiere de la necesaria intervención de quien está al frente del poder ejecutivo.
Y la intromisión se permite dadas las condiciones de volatilidad y vulnerabilidad que imperan en ese tipo de instituciones. El futuro político de la Uacj no se puede dejar a la deriva o intentar jugar a la democracia, en un lugar donde hay rojos, amarillos, verdes e infinidad de ‘mesías’.
La deseable autonomía, bajo las condiciones actuales de esa institución educativa, se convierte en buenos deseos pero en un valor imposible de aplicar en un ‘campus político’ que, en tiempos de crisis, es una auténtica torre de babel.
Y si de crisis se trata, en estos momentos la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez está en la antesala de un problema mayúsculo si no se aplica el músculo del poder estatal. El próximo 23 de julio saldrá a la luz pública la convocatoria para la elección de rector y el 20 de agosto, los 44 consejeros universitarios, estarán eligiendo a su nuevo líder académico y administrativo.
Y de nuevo se repite la historia y los buenos deseos. El análisis más cercano a una realidad imperante, es que mientras las universidades no maduren, serán los gobernantes los que sigan palomeando al rector en turno. Esa posición se mueve bajo el concepto de premio y castigo.
La lista de funcionarios universitarios que han levantado la mano se ha ido reduciendo, pues están convencidos de que si no tienen el aval del gobernador difícilmente se puede entrar a la competencia política.
Aferrarse a una posición de rector sin ser el elegido, puede enfermar de muerte a la universidad pues en el juego de premios y castigos, la osadía de imponerse, llevaría a toda la institución a un precipicio administrativo.
Y en esa posición suicida trabaja el rector Ricardo Duarte Jáquez. El hermano del exgobernador ha desestimado el poder del estado no obstante que fue testigo y beneficiario de ese poder en el tiempo de gloria que encabezó el llamado César de la Política.
Si alguien conoce esos recovecos, es el rector Duarte que, literalmente, sigue jugando al policía chino.
La indefinición es una mortal estrategia política en todos los rubros de la vida humana. Y allí se sienta Duarte; da el sí al gobernador y placea a los que él quiere que sean sus sucesores.
Los pasillos de rectoría y los patios de los Institutos han sido la plataforma para caminar junto al metrosexual Daniel Constandse Cortez que se ufana de no comprar los trajes en Burlington, ni recurrir a las baratas de JcPenney. Aldo Conti sería una ofensa para el médico dentista.
Constandse está convencido que suplirá a su padrino político; y el padrino se pasea como si su hermano gobernara en Palacio.
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La reunión entre el enviado de Javier Corral y Ricardo Duarte, concluyó en acuerdos tácitos, específicos. La cabeza del rector asentía toda insinuación llegada desde palacio. Y hasta un cigarro permitió Jáuregui que se fumara el descendiente de la estirpe Duarte, pues recientemente es lo único que frena sus ataques de ansiedad.
El secretario general de gobierno partió a la capital del Estado con una respuesta positiva de quien hoy gobierna la Universidad. El experimentado político recorrió las calles de Juárez observando la ciudad sucia y descuidada pero tapizada de publicad política.
¡Qué poca madre!, reflexionó el número dos de palacio, mientras emprendía el regreso a Chihuahua.
Hace seis años, el entonces rector Jorge Quintana hacía lo mismo para posicionar a Ricardo Duarte. La orden de palacio indicaba que el nuevo rector debería ser el mismísimo hermano del gobernador al que nadie le puso un pero.
En aquella sucesión se creó una terna con dos auténticos paleros. Los académicos, encargados de formar a los profesionistas juarenses, fingían una sucesión democrática; mentían a favor de los Duarte.
El César de la Política estaba listo para imponer a su hermano. No había motivo de duda, ni oposición alguna. Era porque era. El poder es para poder, se repetía a sí mismo el oriundo de Parral.
La estrategia de sucesión se ha complicado, porque está bajo la rigidez de los resultados políticos de la reciente elección del domingo 1 de julio. El fenómeno AMLO fue metido a la Uacj por los enamoradizos izquierdistas. Aprovecharon el triunfo nacional para poner a hervir las piedras del caldo con especies que el ‘Coronel’ de la obra de García Márquez utilizaba para hacer creer que el pan y la sal estaban en casa.
Y en esta oportunidad, se sumó a la lista de candidateables el maestro Carlos González, sin duda un buen prospecto pero sin apoyo político del Estado. El anuncio de su participación fue ampliamente difundido por el periódico El Heraldo y replicado en su filial en Juárez, El Mexicano.
González supo cobrar a los reporteros la cortesía que como subsecretario ofrendó, por órdenes de César Duarte. El beneficio fue exclusivo para los periodistas duartistas, afines a ese sexenio que recibieron pagos mensuales en nóminas confidenciales y que publicaron sus libros (versiones pasquineriles de la literatura de la ocurrencia) que fueron editados por el gobierno estatal y luego, con fondos duartistas, se llevaron a otros países …tiempos de gloria, no cabe duda.
Y por otro lado, fiel a su estilo bipolar, el secretario académico, Manuel Loera de la Rosa, traicionó su palabra y se subió al barco de la sucesión invocando al nuevo santo de la catedral del poder en México, el morenista López Obrador que, dicho sea de paso, ni tiempo tiene para mirar hacia una estructura tan pequeña como es la Uacj.
A Loera de la Rosa lo acompaña esa especial característica. Si se ubicara en la Biblia sería, sin duda alguna, el Judas Iscariote.
Fue así como los exrectores, Wilfrido Campbell Saavedra y Rubén Lau Rojo, tuvieron la ocurrencia de reunir, en la casa del segundo, al doctor Morán y a Manuel Loera.
El ambiente festivo reinaba en la casa de Lau Rojo, mientras el anfitrión y sus invitados observaban la derrota de la selección mexicana aquel fatídico miércoles, en el que los miembros del tri jugaron contra Suecia, quien les propino una goliza de tres a cero.
Mientras el chicharito lloraba la derrota y el pueblo le mentaba la madre a Osorio, Loera exigía en aquella cita a ciegas que Morán explicara la causa por la que quería hablar con él; el doctor pedía lo mismo, mientras los convocantes reconocían, como vulgares pilluelos, que ellos los habían llevado para acordar una sucesión en paz y matizada por los acuerdos.
La proeza de los jugadores de Corea del Sur, que nada tienen que ver con el ‘Chino Lau’ (ellos sí son decentes) concedía a México su pase a octavos de final, pero en la casa del exrector la posición de los convocados se radicalizaba sin que los anfitriones pudieran hacer algo para frenar el agrio debate entre los contendientes.
Molesto por los pusilánimes jugadores mexicanos que en lugar de salir a dar el corazón en la cancha, salieron a dar lástima, el doctor Morán abandonó la residencia Lau y emprendió su viaje de retorno a la campaña de rector, aplicando la pulcritud de un cirujano que está a punto de extraer la muela del juicio a uno de sus pacientes.
Y allí, tras de sí, el bipolar y los ex rectores que, dicho sea de paso, se llevan de piquete de cola, se quedaron en casa a dar seguimiento a los comentarios del Perro Bermúdez y a elucubrar la forma de subir al barco a Loera de la Rosa que trae a media universidad encima por la forma perversa y elitista como manejó los recursos del área académica para beneficiar a sus amigos y aduladores.
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Setenta y dos horas después de la jornada electoral, la defensa legal del candidato Independiente a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, Armando Cabada y el manejo oficioso que hace el Canal 44 de televisión para pelear el triunfo electoral de su patrón, abrió la sospecha de una nueva versión del ‘duartazo del 2016’ que llevó a la silla municipal al ahora alcalde y derribó al candidato priista, Teto Murguía.
Armando Cabada sospecha que una nueva versión del duartazo, que hace dos años lo benefició a él, se practicó el pasado 1 de julio con la venia del gobernador del Estado, Javier Corral.
‘El canal de las noticias’ unió la información filtrada en el 2017, adjudicada a Javier Corral durante un evento panista, en la cual el gobernador panista afirmaba que trabajaría por recuperar Ciudad Juárez en poder del gobierno Independiente.
La declaración no tiene nada de espectacular. No observo a un político de la talla de Corral ni a ningún político en el mundo, decir lo contrario.
Otro ingrediente utilizado por el Canal 44 es la declaración del líder del PRI en el Estado de Chihuahua, Omar Bazán. Transcurrido el proceso electoral, el priista dijo que “Javier Corral desinfló al PAN en Ciudad Juárez para apoyar a Morena”.
Bazán aseguró que los distritos donde el PAN estaba fuerte, fueron desinflados para permitir el triunfo de los candidatos de ‘Juntos Haremos Historia’ y que el objetico de Corral era que ganara González Mocken “y lo denuncié a su tiempo”, dijo Bazán quien quedará marcado como el peor dirigente del PRI en la historia de Chihuahua…además con la fuerte sospecha de que se auto robó 10 millones de pesos.
El análisis del ‘duartazo 2018’ incluye la declaración del gobernador del Estado, Javier Corral que, sonriente, avalaba el triunfo de González Mocken y reconocía que “el oficio político” del morenista modificará sustancialmente el estilo de gobernar en esta frontera. Le faltó decir que “estaríamos mejor con González Mocken”.
El rostro del gobernador no estaba marcado por la estrepitosa derrota del PAN que pondrá en aprietos a Javier Corral en el Congreso del Estado. Con una calma inusual, el gobernante sonreía ante las cámaras y hablaba del inminente triunfo de González Mocken. Destilaba una paz fuera de lo común. Parecía el abuelo platicando cuentos a los pasmosos nietos.
La declaración del gobernador es la consecución de un escarceo público sostenido con Armando Cabada; el alcalde sostuvo que el gobierno del Estado invirtió en el 2016 solo 18 millones de pesos en Ciudad Juárez.
La respuesta corralista a las declaraciones públicas hechas por el entonces candidato a la Presidencia Municipal, Armando Cabada Alvídrez, fueron concebidas como una falsedad. La secretaría de Hacienda de Gobierno del Estado reporta un gasto acumulado, destinado al municipio de Juárez, con cierre a diciembre del 2017, de 15 mil 663 millones 738 mil 648 pesos, en todos los rubros de la administración estatal.
El gobernador Javier Corral declaró que Armando Cabada, “me lisonjea en público y en privado me calumnia”.
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En la elección del 2016, el entonces gobernador del Estado, César Duarte preparó el camino para lograr neutralizar al candidato del PRI a la presidencia municipal, Héctor Murguía Lardizábal.
La versión de los priistas es que en esa elección se utilizaron alrededor de 10 millones de pesos para la compra de votos y la movilización de votantes con el fin de favorecer al Independiente Armando Cabada.
El contacto entre Cabada y el gobernador Duarte fue el entonces fiscal general del Estado, Jorge González Nicolás. Se daba el escopetazo a toda pretensión del dos veces alcalde de Juárez, Teto Murguía que intentaba por tercera ocasión gobernar el municipio.
El resultado fue la transferencia de 80 mil votos a favor de Armando Cabada que dieron el triunfo irrefutable al lector de noticias del Canal 44 y, por acuerdo cupular, el fiscal general del Estado y mediador de Duarte asumiría el cargo de Secretario de Seguridad Pública Municipal, decisión que fue vetada por el también electo gobernador Javier Corral Jurado.
A esa intromisión del gobernador del Estado se le llamó el ‘duartazo’ que, al mismo tiempo, sirvió para hundir al candidato al gobierno estatal, Enrique Serrano, imposición directa del tirano favorito del gobierno corralista. Allí empezó la pesadilla para el ex gobernador, pues se cumplió la premisa: “quien obra mal, se le pudre el tamal”.
En un editorial del expanista Francisco Ortiz Bello, ahora convertido en un analista político, revela anticipadamente lo que se esperaba en esta elección del 1 de julio del 2018.
El editorial salió publicado en 24 de junio del 2018 en el Diario de Juárez, unos días previos a la elección.
Ortiz Bello es uno de los periodistas más cercanos a Armando Cabada. Forma el dúo dinámico, como comparsa del director editorial de El Diario. El analista participa en la estación 860 Noticias que se ha caracterizado por acomodarse al calor de las administraciones que los nutren de recursos; el grupo de José Luis Boone Menchaca fue el encargado de promover las campañas políticas a la gubernatura de Ramón Galindo y Javier Corral, este último en su primera intención de llegar al gobierno estatal.
La estación giró instrucciones en 1998 para que el candidato del PRI al gobierno estatal, Patricio Martínez García no hablara en los micrófonos de las estaciones del grupo Boone Menchaca ya que los espacios estaban destinados para el candidato del PAN a la gubernatura.
Ortiz Bello escribió el 24 de junio: “Y ha quedado demostrado, con los hechos recientes, que Corral está dispuesto a hacer lo que sea para evitar el triunfo de Cabada. Literalmente lo que sea. Incluso violentar las disposiciones legales que regulan los procesos electorales desde su alta investidura como gobernador.
Pero no sólo eso, que en sí ya representa una grave falta, sino que también está dispuesto a usar el aparato de administración y procuración de justicia como instrumento para atemorizar, o de plano, inhabilitar candidatos. Todo el poder del Estado al servicio de una causa política, partidista y electorera.
¿Por qué afirmo lo anterior? Porque hay suficientes elementos, evidencias, que apuntan en ese sentido, ¿cuáles son? En días recientes, y por cierto de manera bastante oficiosa, la Fiscalía General del Estado dio entrada a dos denuncias interpuestas por diversos actores políticos. No perdamos de vista este elemento, la política y los partidos en medio de todo esto.
En una de ellas, interpuesta por el presidente del Comité Directivo Municipal del PAN en esta frontera, Lic. Sergio Madero Villanueva, en la que a resumidas cuentas se le acusa de favorecer a la empresa televisora de su familia, mediante un contrato o convenio de publicidad por más de 18 millones de pesos, violando con ello las disposiciones que impiden a los servidores públicos otorgar contratos o beneficios a familiares”.
Hoy empieza el conteo de votos en la Asamblea Municipal Electoral. Se analizarán mil 500 casillas electorales que, a juicio de Cabada, son bastante ‘sospechosas’.
La existencia de un fraude electoral en la pasada jornada electoral, es un insulto a la inteligencia. Un hecho de esta naturaleza confirmaría lo que ocurrió el día de la elección, que los representantes del Independiente abandonaron las casillas electorales o no acudieron a supervisar la elección.
Cabada no puede creer que en algunas casillas le pasó como aquella jocosa frase del Chavo del ocho “¡qué bruto, póngale cero!”. Los televidentes del canal de las noticias le han escrito en las redes y le han asegurado que le dieron su voto…pero olvida que hace dos años, Teto Murguía recibió el terrible revés del ‘cero’ en casillas donde el lector de noticias del 44 ganó de calle…y así las cosas; empieza el conteo.
Periodista y Analista Político.
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