En México, 27 niños ingresan cada día a hospitales por violencia sexual. No es invento: lo documenta la organización Alumbra. Y se abren cerca de cien carpetas de investigación diarias por este delito. El verdadero horror está en lo que no se denuncia: 95% de los casos jamás llega a una autoridad. Eso es impunidad con nombre y apellido.
Un país donde los niños no están seguros ni en la escuela ni en la casa es un país en bancarrota moral. La frase encaja como puñalada: “El deterioro educacional tiene que ver más con la calidad familiar que con la calidad escolar”.
La escuela en ruinas
“La escuela pública o del gobierno está moral, social y educacionalmente en quiebra”. Sí, lo está. No porque falten pizarrones o pupitres, sino porque se dejó de lado lo esencial: la seguridad y la formación de los niños. Si un menor de 3 a 5 años puede describir abusos dentro de su preescolar, la quiebra ya no es educativa, es civilizatoria.
Los números son insoportables: una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños han sufrido abuso sexual en México. Y en 85% de los casos, el agresor es alguien cercano. Eso significa que el peligro no viene de afuera, sino de dentro del círculo íntimo.
Catálogos y buenas intenciones
La SEP, las asociaciones y los colectivos lanzan catálogos, cuadernillos, días nacionales de concientización. Se agradece. Pero el papel nunca ha protegido a un niño. Y seis de cada diez padres reconocen que no saben cómo detectar un abuso. El catálogo sirve, pero sin padres presentes y capacitados es letra muerta.
El silencio que asfixia
El problema no es sólo la magnitud de los abusos, sino el pacto de silencio que los rodea. Los niños callan porque no entienden o porque el agresor es alguien de confianza. Los padres callan por miedo, vergüenza o desconfianza en la justicia. Y las autoridades callan porque prefieren números bajos en sus informes que realidades altas en la conciencia pública.
Ese silencio es la coartada perfecta de los abusadores.
No basta con indignarse un 8 de septiembre en la “Jornada Nacional de Concientización”. Se necesitan padres que vuelvan a ser padres, escuelas que recuperen autoridad y gobiernos que entiendan que este tema no se maquilla con discursos, sino con acciones concretas.
Porque los niños no pueden esperar. Y porque si seguimos midiendo la educación en calificaciones y no en protección, el saldo será más generaciones mutiladas por dentro. Desde el alma. Así, El Meollo del Asunto.

Daniel E. Valles
Periodista y comentarista de radio y televisión. "El Meollo del Asunto" y "La Familia es Primero" son sus principales herramientas periodísticas que se publican en medios impresos y digitales en diversas geografías de habla hispana.
Ha sido merecedor de diversos reconocimientos como conferencista y premios de periodismo, entre ellos, la prestigiosa Columna de Plata, que otorga la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.


