De pronto ya cansa ver cómo en su afán de “ganar” votos, lo que queda de la oposición en México comete error tras error. Los ejemplos no hay que buscarlos, llegan solitos y de a montón. Ahí están los que cada vez que la presidenta logra acuerdos con el inestable e impredecible Trump, los minimizan; los clientes de medios tan hostiles hacia las y los mexicanos como Fox News que son usados para apoyar la narrativa de una debilidad que no existe, y que con ello terminan del lado del “bully” norteamericano; aquellos que con tal de salir del lodo en el que se encuentran, ensucian todo.
Desde inicios de año, las bravuconadas de Trump vinieron no solo a desestabilizar México sino al mundo. Las constantes amenazas de alza o imposición de impuestos al comercio con Estados Unidos generaban incertidumbre pues desde recursos hasta empleos, están en peligro con sólo imponer aranceles donde antes no existían. Ante esa situación, desde la primera llamada en febrero, la presidenta Sheinbaum logró el máximo resultado considerando la volatilidad de su homólogo estadounidense, quien impone las reglas del juego en el momento mismo que lo juega.
La capacidad que ha tenido la mandataria mexicana no ha sido sólo reconocida en México sino en el extranjero, con líderes mundiales que saben lo que es tratar con el bravucón, porque olvidan que no es lo mismo jugar con alguien que respeta las reglas del juego que con alguien que no solo no las respeta, las transgrede y las cambia una y otra vez.
La narrativa de la oposición busca que las personas crean que la la presidenta es incapaz, que México sea visto como un simple peón dentro del tablero, y fortalecen sus cuentos con vicisitudes como la cancelación por causas de fuerza mayor de la presencia de Trump con Sheinbaum en el marco del G-7, incluso llegaron a asegurar que Trump se fue porque tenía toda la intención de humillar a la mandataria mexicana. De esa pequeñez sus argumentos.
Esta semana se volvió a dar una conversación con Trump debido a que se terminaba el plazo para, ahora sí, imponer aranceles, y otra vez, eso no sucedió. Y que quede claro, no señaló que estos resultados se den sólo a la capacidad o propuestas de la presidenta, no, es que ella ya entendió el juego y las reglas de Trump, y lo cierto es que donde la oposición ve un peón, el mundo sabe que hay una dama en proceso de convertirse en reina. Esto sí es estrategia.
La otra forma de ser “oposición” que han encontrado es ocupar espacios en medios de comunicación internacionales abiertamente conservadores, pero no solo eso, son medios xenófobos. Ahí está la comentarista, la senador Telléz, haciéndole el juego a los lectores de noticias de este medio que no pierden oportunidad para agredir a las y los mexicanos, vituperando al gobierno mexicano sin concebir siquiera que es vilmente utilizada para otros fines, contrarios incluso al pueblo de México, aunque bueno, quizás sí lo sabe, pues está acostumbrada a ser el brazo armado de su jefe Salinas Pliego.
Y por último, esos que cuando se pone la lupa sobre sus actos, corruptelas y demás trucos, usan su mismo lodo para ensuciar al que vaya pasando y hasta el que ya no. Alito Moreno, personaje infame acusado de enriquecimiento ilícito y de proponer ideas que maten de hambre a quienes ejercen la profesión de periodismo, entre otras cosas.
Es más que obvio que las y los mexicanos no van a creer en personajes como estos, ni con estrategias en redes sociales “amables”, de esas que hasta llegan a dar risa porque sí creen que cambiando de máscara la gente va a volver a confiar en ellos, es que no han entendido nada. Ellos mismos son poco fiables, y las redes sociales no pueden cambiar eso; ahí está también levantando la mano como alumno destacado de Alito, Jorge Romero, presidente del PAN pero también líder del cartel inmobiliario.
La “estrategia” de la oposición es más bien incompetencia, poca credibilidad y buen manejo de redes sociales, y hasta ahí.
Lilia Aguilar Gil
Política y académica.
Maestra en Administración Pública por la Universidad de Harvard y en Gestión Pública por el Tecnológico de Monterrey. Ha contribuido en foros internacionales y enseñado en la Universidad de Harvard. Fundadora de la asociación civil LIBRE, se enfoca en el empoderamiento juvenil. Imparte clases en la UNAM y actualmente es Secretaria Técnica en la SSPC, habiendo sido titular en la Secretaría de Gobernación. Su carrera en el Congreso refleja su compromiso con la seguridad y las políticas sociales.
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