El régimen centralista ha convertido a Ciudad Juárez en la paradoja del país: la frontera que más produce es, al mismo tiempo, la que menos recibe. La urbe que sostiene con su esfuerzo gran parte de la economía nacional es la ciudad más castigada por el pacto fiscal. Cada día miles de millones cruzan por sus aduanas, pero a sus calles no regresan más que migajas. Es el motor industrial y comercial de México, sin embargo, cada año en el presupuesto, al régimen centralista se le olvida Ciudad Juárez.
La explicación de esta injusticia se encuentra en un mecanismo que ha permanecido intocado durante más de cuatro décadas: el Pacto Fiscal. Este acuerdo establece que todos los impuestos federales recaudados en cada estado y municipio se concentran primero en la capital del país. Después, la Federación distribuye esos recursos a las entidades bajo una fórmula que se presenta como técnica, pero que en realidad es profundamente política. Lo que debería ser un sistema de equilibrio, de recompensa a quien genera, se ha convertido en una maquinaria de desigualdad y de castigo contra quienes más producen.
Ciudad Juárez es el caso más claro de este desajuste. La ciudad que sostiene al país con su actividad aduanera e industrial recibe apenas unos cuantos centavos por cada peso entregado a la Federación.
La vida en esta frontera lo revela mejor que cualquier estadística: hospitales saturados que no alcanzan para atender a miles de trabajadores y sus familias; carreteras y vialidades en ruinas, escuelas que hacen milagros con presupuestos insuficientes; colonias enteras que padecen la ausencia de servicios básicos. Todo esto en una ciudad que es el motor del comercio exterior de México.
Por ello, lo decimos claramente: Ciudad Juárez merece un Nuevo Trato, eso es lo que construimos con la consulta pública respecto al injusto pacto fiscal. Un ejercicio de participación ciudadana sin precedentes para que los juarenses expresen de manera libre si les parece justo el trato al norte en materia presupuestal y si este perverso Pacto Fiscal debe revisarse.
Este es el momento de construir un Nuevo Trato que reconozca la dignidad de la frontera, que garantice que cada peso entregado por los juarenses regrese en obras, en infraestructura, en escuelas y hospitales, en seguridad y calidad de vida.
Juárez no pide privilegios. Juárez exige justicia. Lo que aquí se genera aquí debe quedarse. No más migajas para la frontera que sostiene al país. Ciudad Juárez no puede seguir siendo la caja registradora de la nación mientras se le niega el pan de su propio esfuerzo. La historia nos ha enseñado que las naciones que castigan a sus fronteras terminan pagándolo muy caro. El régimen centralista debe reconocer a Ciudad Juárez con un Nuevo Trato o será recordado como el régimen que condenó a la frontera más noble y trabajadora de México a vivir en el abandono.
Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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