En Ciudad Juárez se vive una paradoja que duele y confunde: el caso más delicado de presunto abuso infantil en guarderías en la historia reciente del país, y al mismo tiempo, el más silenciado desde el aparato institucional. Hay personas detenidas. Hay guarderías cerradas. Hay padres angustiados. Pxero no hay certeza. Ni para los unos, ni para los otros.
Este es una casi sin precedentes en el país. En ninguna otra ciudad se han abierto 71 carpetas de investigación por presuntos abusos en estancias infantiles. El caso de Juárez es inédito. Pero también es inusual por otra razón: ninguna de esas carpetas ha derivado —hasta el momento— en una condena. Y, sin embargo, hay personas detenidas, señaladas por su nombre en medios, encerradas sin una sentencia firme. ¿Y el principio de inocencia?
Tenemos autoridades que actúan, pero no comunican. No se trata de descalificar a la Fiscalía ni al IMSS. Las investigaciones están en curso, y deben seguir. Pero en este proceso ha faltado algo que hoy es tan importante como la justicia misma: la confianza. Y la confianza nace de la información clara, directa, a tiempo.
Los padres de familia no saben qué ha pasado. No saben si pueden volver a confiar en el sistema. Los empleados no saben si mañana también serán acusados. Y los concesionarios de guarderías han sido tratados como sospechosos antes que como aliados del servicio público.
Mientras se espera justicia, ya van para tres meses cerradas a los usuarios y los gastos no se detienen. Hay una injusticia cotidiana: guarderías cerradas, sin ingresos, pero con todos los gastos en marcha. Empleados a medio sueldo. Recibos que no dejan de llegar. Directores que siguen pagando renta, seguridad, mantenimiento, aunque sus puertas estén selladas.
Es una tragedia silenciosa. Una que no sale en el parte oficial, pero que carcome por dentro a decenas de familias trabajadoras que hicieron lo que el sistema les pidió: cumplir.
No basta con decir que se investiga. Se necesita decir cómo, con qué avances, con qué garantías. Porque en el silencio, germina la sospecha.
Este no es un llamado a cerrar el caso. Es un llamado a abrir la comunicación. A respetar el derecho de las familias a saber, a confiar, a dejar a sus hijos sin miedo.
El Estado no puede combatir el abuso infantil con incertidumbre institucional. Debe hacerlo con transparencia, equilibrio y humanidad. Porque si no se escucha a todos, la justicia no hablará con verdad. Así, El Meollo del Asunto.

Daniel E. Valles
Periodista y comentarista de radio y televisión. "El Meollo del Asunto" y "La Familia es Primero" son sus principales herramientas periodísticas que se publican en medios impresos y digitales en diversas geografías de habla hispana.
Ha sido merecedor de diversos reconocimientos como conferencista y premios de periodismo, entre ellos, la prestigiosa Columna de Plata, que otorga la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.


