En esta ocasión, les presento este escrito que data de agosto del 2012. La fábula es un subgénero de la literatura, regularmente no muy apreciado y se tiene la falsa creencia de que son creaciones para niños. Su raíz etimológica es la misma que hablar, incluso decir fábulas es fabular, también de ahí se desprende la palabra, fabuloso.
FÁBULAS
Espero y deseo que les gusten las fábulas ¿Que son éstas? Son pequeñas historias en donde a los animales se les otorga capacidad de raciocinio y lenguaje, su carácter fabuloso es lo que da origen a su nombre. Éste género literario fue practicado originalmente en la antigua Grecia, siendo Esopo su mejor representante.
Decía que son relatos cortos con lineamientos morales, coronados con una “Moraleja” consejo o conclusión, que deja siempre una enseñanza. Muy recomendables para niños o adolescentes. Posiblemente en un afán de evadirme de la lacerante realidad política, social, económica de nuestro país, recuerdo 2 fábulas que dejaron una huella profunda en mi vida y deseo compartirlas con ustedes.
“El Águila Real y el Naturista”
Una familia de granjeros que vivían a la falda de una alta montaña, en cierta ocasión hallan abandonado en un nido de un risco, un huevo, un poco más grande de lo normal, llevándolo al gallinero de su propiedad para que fuese empollado por las gallinas cluecas y se lograse el producto. Al cabo de un tiempo, el ave producto de ese huevo, que evidentemente no era un pollo común, sale del cascarón. Siendo aceptado por la gallina y sus supuestos hermanos.
Empieza a crecer y se acentúan las diferencias entre ellos. Cierto día pasa por la región un conocido naturista, mismo que al ver a esa torpe ave pregunta ¿Que hace un águila real como pollo de gallinero? Lo toma en sus brazos y le hace saber su verdadero origen, a lo que el ave responde – Déjame donde estoy, lo que dices es mentira. Le dice el sabio – Ve tu mismo las diferencias tu tamaño, tu fortaleza, tu pico, tus garras, tus alas están diseñadas para volar. La negativa del “Supuesto” pollo es rotunda, desesperado el hombre lo sube a un promontorio de digamos 10 Mts. Le dice – Te voy a lanzar al aire todo lo que necesitas hacer es mover tus alas, lo lanza… y la testaruda ave no hace el menor intento por volar, más aún comprime sus alas dándose fuertes golpes en su caída, para luego reintegrarse al gallinero.
El naturista se va, pero regresa al cabo de un tiempo, se molesta al ver a aquella magnífica ave imitar de manera grotesca a sus hermanos. Ésta vez, lo sube más alto (30 Mts) con las mismas recomendaciones, sin embargo la muy cobarde sigue en las mismas, no hizo el menor esfuerzo, le dio miedo y rodó cuesta abajo, lastimándose ésta vez más severamente que la anterior. El hombre consternado se aleja.
Pasa un tiempo y cuando el naturista regresa habla por tercera y última vez con el águila ya joven, con todas las capacidades para volar a gran altura. Ésta vez con trabajo debido al peso del águila lo sube a la cima de la montaña con la advertencia – Si no mueves las alas y vuelas, te matas. Acto seguido lo lanza al vacío, por ese instinto de supervivencia que tenemos los seres vivos, el águila extiende sus poderosas alas y… ese solo hecho detiene su caída, empieza a moverlas y toma altura, gira y se solaza de su recién descubierta condición, da vuelta en redondo y ve allá abajo la granja y el gallinero donde siempre creyó pertenecer.
Moraleja: ¡MUEVAN SUS ALAS! Tenemos más capacidades de las que solemos reconocer, no sean pollos de gallinero… por elección.
“El Oso, el Cerdo y la Mona”
Hallábase en una feria de pueblo un oso bailando al compás del pandero de su dueño, cuando una mona que estaba de espectadora (La mona en éste caso tiene un rango superior al de los animales) le comenta “Oso, osito bailas muy mal, no sientes el ritmo y tus movimientos son torpes y sin gracia”. El oso se entristece pero, sigue bailando (El show debe continuar).
En eso, desde un trochil cercano, un regocijado cerdo le dice – Oso que bailarín tan formidable eres, danzante como tú no había visto en mi vida, ni veré jamás. Destruyendo ahora si, la moral del oso.
Moraleja: “Si, el sabio no aprueba ¡Malo» Si, el necio aplaude ¡Peor!”
Comentarios finales.- La primer fábula la he relatado a muchos grupos, donde más impactó fue con mis alumnos/hijos de una primaria rural en Saucillo Chih. Incluso se pusieron a batir sus bracitos simulando las alas del águila, también se las dije mis alumnos de preparatoria, creo que con impacto positivo.
La segunda es dedicada con mucho cariño para mis detractores ¡Que bueno que no están de acuerdo conmigo! Se las recomiendo a mis lectores cuando sean criticados en forma destructiva.
Libro recomendado de la semana
En esta ocasión se trata de, “En un beso la vida”, de la autora colombiana Rosaura Rodríguez. La apasionante historia de Mariana y Gabriel, una periodista de viajes y un reconocido y exitoso miembro de un organismo internacional, quienes se encuentran inesperadamente (para todos aquellos que creen en el destino) en diferentes partes del mundo. Hasta que se dan cuenta que nada es coincidencia y que son los protagonistas del más intenso de los amores, un amor esencial. Así comienza una gran y entrañable historia de amor que cada uno haya vivido nunca… Se juega mucho con el concepto amor esencial y con la teoría de que somos como ríos subterráneos que inesperadamente se encuentran, se unen y desembocan el el mar. Me gustó el manejo de esta autora al tema universal que es el amor, muy recomendable.
“Todas las antiguas historias, como decía uno de nuestros mejores ingenios, no son otra cosa que fábulas tácitamente aceptadas”
– VOLTAIRE
“Desde las alturas de la razón, la historia se parece a una fábula”
– Théodore Simon Jouffroy
“Digamos que existen dos tipos de mentes poéticas: una apta para inventar fábulas y otra dispuesta a creerlas”
– Galileo Galilei
Lic. en Economía por la UACJ. Me dedico al comercio como medio de subsistencia y al periodismo y crítica política como ejercicio lúdico. Soy un hombre de izquierda por naturaleza, cualquier cosa que ello signifique.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
