Dos acontecimientos marcaron recientemente la vida de la senadora juarense Lilia Merodio Reza: el primero sucedió hace unos días en una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto. Se acercó al gobernante y le recriminó la actuación del ahora ex presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza al frente del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido.
Fue la única priista juarense que visiblemente emprendió una crítica a la figura de Ochoa Reza, a su tibieza para tomar decisiones políticas para fortalecer la estructura del partido.
La senadora se indignó por la imposición de candidatos en el Estado de Chihuahua que no garantizan el triunfo electoral y que se convertirían en un lastre para los que tienen pocas posibilidades de ganar.
El encuentro con el presidente de la república y las palabras de la senadora, evocaban la molestia de la política juarense. En la posibilidad de la cercanía con el primer priista del país, Lilia le espetó al oído: “presidente Peña, Ochoa Reza no tiene el perfil para dirigir el partido, por favor haga algo”. El presidente se quedó serio, únicamente movió la cabeza como una señal de que recibía la petición.
A unos días de este diálogo, la también candidata a diputada federal por el distrito 03, con cabecera en Ciudad Juárez, refiere que “ahora ven a Lilia Merodio como alguien que tenía razón y hasta me aplauden”.
Los yerros de Ochoa Reza incluyen la pésima elección de candidatos y candidatas en todo el país y a una falta de carácter para hacer frente a los lastres políticos que han fomentado la impunidad, como es el caso de César Duarte.
La senadora advierte que la lucha política debe de ser sin reserva, denunciar al gobierno de Armando Cabada sin miedo, porque ha sido un mal gobierno.
Refiere el caso del Juárez Iluminado y revela que las colonias son un foco de inseguridad. Las lámparas están encendidas de día y apagadas de noche.
“Qué no se engañe a los juarenses con ese intento de endeudar a Juárez con el programa Juárez Iluminado”, refiere la senadora en entrevista.
Desde su óptica, considera que la misión de denunciar la ‘mala administración de Cabada’ quedará en manos de Adriana Terrazas, la mujer que fue elegida por Ochoa Reza para pelear la presidencia municipal de Ciudad Juárez.
Y sin que lo externe, la senadora tiene sus reservas en relación a la figura de Terrazas, como un activo que jale votos a favor del PRI.
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El diálogo con la senadora Merodio se dio el día de la caída de Ochoa Reza. Fue entrevistada en el estudio central de Televisa Juárez por el periodista Héctor González…a la salida del programa, Lilia dialogó con este reportero sobre los temas centrales de su partido y sobre las diferencias que sostiene con Armando Cabada.
El encuentro en Televisa, en el programa grabado, versó en torno al segundo acontecimiento que marcó la interacción de Lilia Merodio en el escenario político.
De acuerdo a su propia versión, una “palabra que nunca dije”, fue la causa del despido de 13 personas cercanas a la senadora y que, desde hace años, prestaban sus servicios en la presidencia municipal.
Fueron corridos porque el alcalde recibió la información de que la senadora, una aliada en el amanecer de su gobierno, dijo que era un “analfabeta”.
¿Tú crees que yo voy a expresarme así de Armando?, pregunta aún incrédula por la decisión del alcalde.
Los despedidos ¿eran gente cercana a usted, senadora? Responde enérgicamente: “era gente que tenía años trabajando en la administración y algunos estaban por jubilarse. No era mi gente, eran empleados del ayuntamiento que yo conozco”.
La historia de la política se repite. Al principio de la administración, alentada por una relación personal e institucional con Armando Cabada, la senadora Merodio recomendó al alcalde a 13 empleados municipales pues, al igual que el resto de los burócratas, sentía que en cualquier momento podían ser despedidos.
Merodio Reza había concertado con la federación varios millones de pesos para renovar el terruño familiar “que se estaba cayendo”, refirió la senadora. Fue así que el Fovissste Chamizal recibió esa anhelada ‘mano de gato’.
En el proceso de remozamiento, intervino el ahora candidato al senado, José Reyes Baeza en su posición, primero como titular del Fovissste y posteriormente como director general del Issste.
Las fotografías evocaban el retorno del pluralismo y la sana convivencia política.
Los priistas recalcitrantes rechinaban los dientes al observar el apoyo de la senadora y de Reyes Baeza a favor del gobierno de Cabada.
Y para rematar, vinieron más obras para remozar parques públicos en el abandono y para invertir en infraestructura deportiva en otros lugares del municipio. Nuevamente las fotografías daban cuenta de esa buena relación.
El priismo juarense, los especuladores profesionales, advertían que en cualquier momento la senadora Merodio podría brincar a las filas independentistas, lo que no ocurrió.
Eran los días de la indignación política de la senadora juarense. Poco a poco se tomaban decisiones en relación con los candidatos y ella no era convocada, ni su voz se escuchaba. El PRI de Omar Bazán y Reyes Baeza en Chihuahua; de Enrique Serrano en Juárez, estaba literalmente secuestrado por estos tres personajes que se habían repartido los espacios políticos y no dejaban nada a los rebeldes; otros activos de ese partido político ya se habían brincado a otras instituciones por la misma causa. Morena, el PRD, el Verde Ecologista y los independientes, recibían a los damnificados del tricolor.
La senadora Merodio se mantuvo en la posición de “trabajar por Juárez”, de traer recursos y fortalecer al independiente del que decía “es mi amigo”.
La referencia al día, es la denuncia de la legisladora y candidata a diputada federal, al advertir que en Juárez se está constituyendo un “nuevo partido político que es el Independiente” y que refleja una peligrosa posición del alcalde con quien “no se puede diferir, porque inmediatamente amenaza, no únicamente a los periodistas, sino a los líderes políticos”.
Como una aplanadora, el alcalde ha aplastado a todo lo que no esté con él, dice la senadora Merodio. No tiene límite en la acción de aplastar a todo el que difiera de su posición política, de sus ideas.
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La lista de ‘recomendados’ se había guardado en algún escritorio de la presidencia municipal y fue utilizada por el área de Recursos Humanos el día en que se rompieron las amarras entre la senadora y el alcalde por aquella lacerante frase hacia el presidente municipal que la senadora señala que nunca dijo.
“¡Pues claro que no le dije analfabeta!”, insiste la senadora. Pero en el programa de noticias de Televisa, donde fue entrevistada, refirió que “quien dirige la presidencia municipal es un ignorante… de la ley”; y remató al señalar que “es lo malo de los gobiernos improvisados”, al hablar de Cabada y del programa Juárez Iluminado.
Le refirió un artículo de la ley del Senado en donde se faculta a ese órgano legislativo a intervenir en cualquier figura pública legalmente instituida, como es el caso de los municipios.
“El problema, es la ignorancia”, señala la legisladora mientras cita el artículo de la referida ley que los avala a dar “vista” a otros organismos para que investiguen las presunciones, como lo hicieron ante la Fepade 94 senadores de la república que exigen se audite el gobierno de Cabada.
Un día después de la entrevista en Televisa, el Canal 44 de Televisión, propiedad de los Cabada, utilizó los servicios de Juan Manuel Martínez, uno de los conductores del programa matutino, para aludir a Héctor González como un periodista corrupto (sin que lo dijera así Martínez), porque cobraba en la administración municipal un contrato de publicidad que se pactó para una página de Internet que ya no está operando. El contrato salió a nombre de la esposa de Héctor González.
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El viernes por la mañana, en el mismo noticiero de televisión, en el 44, con los mismos personajes de la mañana, el reportero de campo, Fernando Quintana realizaba un enlace desde la plaza de San Lorenzo.
La nota era intrascendente. Lo que trascendió es que el candidato Iván Pérez, un perfecto desconocido, sin trayectoria política y sin ninguna vinculación con grupos sociales que lo avalen, que en ese preciso momento llegó a comer gorditas a un negocio que se llama ‘Burritos Lupita’. Una enorme coincidencia.
En cuanto apareció ‘a cuadro’, el departamento de edición del canal 44 colocó en la pantalla el nombre del candidato y su distrito.
Y luego, Fernando Quintana, como un experto en el tema político, empezó a preguntar al candidato independiente puntos específicos, como es la denuncia en su contra por la entrega de despensas.
Pérez dijo que “no necesitaba las despensas para llegar a la gente…la gente nos recibe bien” y recordó que siete de cada 10 personas estaban en contra de los partidos políticos.
Y frente a la capilla en honor de San Lorenzo como escenario, el candidato que compite contra Lilia Merodio, empeñó su palabra de caballero y anunció que cada lunes, cuando ya sea diputado, va a repartir 10 mil pesos de su salario entre la población.
Luego vinieron los datos duros en torno al candidato, esgrimidos por Fernando Quintana quien preguntó a Iván la epopeya de haber conseguido la recolección de firmas en forma rápida y efectiva que mereció el reconocimiento a nivel nacional.
Pérez explicó que en la actividad de recolección utilizó 20 personas con las que obtuvo el triple de rúbricas. Se cubrió el 99.9 por ciento del distrito en la búsqueda del apoyo social.
El contrincante de Merodio refirió que cuando la gente escucha que eres independiente te atienden. Siete de cada 10 están en contra de los partidos políticos.
Es justamente, por este personaje independiente, que la senadora Merodio mencionó el tema de “la improvisación” y la escasez de “negociación y vocación” lo que a corto plazo pueda provocar un problema en las políticas públicas, en la actividad legislativa.
Merodio advirtió que se quedaría en Juárez para trabajar en su campaña política y que estará preparada para responder a lo que “sus adversarios gusten”.
Periodista y Analista Político.
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