La delincuencia organizada es un problema de actualidad y ha repercutido en el desarrollo educativo de México. Precisamente las ciencias sociales y las humanidades son quienes explican estos sucesos, entre ellas la historia porque no solo le concierne el pasado, sino también el futuro y entender a la gente. Por eso debemos saber que paso décadas atrás.
Específicamente en Ciudad Juárez, la delincuencia está relacionada con la crisis del año 2008 en Estados Unidos, el cierre de maquilas que provocó el crecimiento de pandillas peligrosas y el aumento de las filas en los carteles a falta de trabajos y oportunidades. En ese contexto, la presencia del Ejército y la Policía Federal desestabilizaron todo, ya que los federales estaban mezclados con los carteles y para cuando el Gobierno Federal despliega a los boinas rojas en Juárez, la violencia detonó porque la orden del alto mando militar era limpiar todo y por ello las ejecuciones fueron parejas.
Todo lo anterior influyo en el desarrollo educativo de los niños y adolescentes desde el 2008 a la actualidad en muchos estados del país. Pero las cuestiones a resolver de manera inmediata son ¿Qué se ha hecho con los niños y adolescentes huérfanos? ¿Con que mentalidad se están desarrollando?, es más, sin familia ¿Qué piensan hacer a futuro? ¿Cómo se les van a inculcar valores, ética, moral y educación sino tienen familia? En nuestra ciudad esto es una realidad que no puede seguir siendo ignorada, más porque sigue sucediendo y es un problema contundente.
El Gobierno Federal tiene leyes para los niños desde 1994, pero la realidad sigue siendo muy distante del marco jurídico. Por ello, siempre he estado en desacuerdo en los Consejos Técnicos Escolares (CTE), cuando a mis colegas y a mí, nos bombardean con un exceso de leyes y reglamentos de los tres niveles de gobierno; más el hincapié en la familia y el rol que los maestros deben tener en ello. La molestia aquí es que ¿Cómo pretende la SEP que sus ideas y proyectos se realicen, si la juventud mexicana está abandonada por los tres niveles de gobierno?
Entonces mientras la SEP y la federación continúan en su ambigüedad, en la primera línea de esta guerra, los maestros deben continuar profesionalizándose para arreglar las brechas educativas y donde se necesite. Aunado a ello, el tema económico sigue latente porque la violencia en nuestra ciudad y el país ya tienen un antecedente de desigualdad social y escolar. Hace una década uno de los problemas era el acceso a la tecnología, ahora es la sobresaturación de contenido en internet.
En conclusión, estamos viviendo una guerra que nos compete a todos, pero la ambigüedad de las instituciones y la negación del pasado, nos ha hecho caer en un punto muerto.
Marduk Silva
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.
