<<Observatorio del Azogue (12-3)
Los fundadores y pioneros, los individuos con el carácter y la valentía de crear e impulsar algo nuevo, enfrentan la terrible incertidumbre de un latente fracaso y de la desaprobación social, pero tienen al mismo tiempo una joya a su favor: proponen y moldean su proyecto a su entero gusto.
Principalmente en la década de 2010-2020, cuando el sueño de venir a Marte empezaba científica y tecnológicamente a tomar forma allá en la Tierra, las ideas y proyectos de Elon Musk eran severamente criticados por diversos actores de la comunidad científica internacional.
En el 2022 estuve presente como invitado por Pascal Lee en dos reuniones de carácter técnico entre NASA y SpaceX, cuando el Dr. Lee iniciaba sus funciones como coordinador entre ambos grupos de científicos espaciales. Las críticas y objeciones de algunos maduros especialistas de NASA agobiaban a los jóvenes técnicos de SpaceX, las que de paso fustigaban la filosofía planetaria de su líder Musk.
Desde aquellas reuniones comenté a Pascal y al grupo de NASA que, efectivamente, SpaceX no contaba aun con la experiencia, ni con la madurez y refinado sentido de cautela espacial de la histórica Agencia estadounidense, pero que Musk debía ser entendido como lo que era, como un pionero en el ramo con los respectivos privilegios que todo pionero en la historia merece.
Un pionero que por cierto venía haciendo las cosas muy bien…¡ a su gusto y manera ! Y ahí estaban como prueba sus exitosos cohetes Falcon, sus múltiples y eficientes vuelos de servicio a la Estación Espacial Internacional y sobre todo, sus primeros dos modelos Starship (BFR) terminados y probados en vuelos ida y vuelta a la Luna, y el aclamado aterrizaje de su sonda Radon en el cometa Encke.
Musk y su compañía se habían propuesto hacer historia y construir fantasía llevando a los primeros humanos al planeta rojo, trascendiendo cualquier interés puramente comercial o particular de SpaceX como empresa.
Algunos científicos veían claramente el potencial tecnológico a corto plazo de las propuestas espaciales de Musk. Fredrick Jenet de la Universidad de Texas RGV, por ejemplo, creó todo un proyecto (STARGATE) para aprender directamente de las innovaciones de SpaceX en su base de Boca Chica.
Era ya evidente para muchos que había una motivación mucho más profunda y humana impulsando al emprendedor Musk, quien empezó a recibir apoyo moral y material de diversos grupos de académicos y agencias espaciales internacionales (“Si él se ha propuesto llevarnos a Marte, que nos lleve con lo mejor de la ciencia espacial con la que contamos en la Tierra”, era el sentir generalizado).
NASA se hizo eco poco a poco de tal clamor, lo mismo que la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Rusa (ROSCOSMOS) y finalmente, con algunas reservas, la Agencia Espacial China (CNSA). Así se consolidaba el proyecto marciano.
Simultáneo a ese esfuerzo conjunto y loable por lograr concretar un ideal humano, un sueño propiedad de todos como especie, los intereses particulares de cada una de tales agencias competían entre sí lícitamente a través del agudo ojo del recién conformado Consejo de Exploración Marciana en 2025.
Fundamentalmente, el número de científicos y exploradores representantes de cada agencia espacial hacia Marte, sin excepción, estaba dado por el apoyo técnico y la calidad y cantidad de contribuciones de carácter científico-tecnológico para el éxito del viaje al planeta rojo, de las primeras actividades de exploración/investigación y de la construcción de la primera base marciana.
Lograr tales objetivos particulares era muy importante y deseable per se, y al mismo tiempo todos ellos contribuían también al éxito del proyecto personal de Musk, a más largo plazo, del establecimiento de la primera ciudad marciana.
En general, no hubo importantes conflictos de interés internacional cuando las propuestas y proyectos eran de carácter meramente científico, aunque sí hubieron debates locales por ejemplo al momento de elegir el modelo idóneo de traje espacial a ser usado en Marte (¿ el propuesto por NASA o por SpaceX ?), o el MOXIE óptimo para producir oxígeno a partir de dióxido de carbono, vital para la supervivencia de los humanos en el planeta rojo (¿ el modelo americano o el europeo ?).
No fue así el caso de los proyectos que involucraban intereses más lucrativos, como lo fue la construcción de los primeros hábitats permanentes en Marte por empresas ya convertidas en rivales comerciales en la Tierra.
El arquitecto planetario Walexander Bright, por ejemplo, vivió personalmente la feroz contienda entre las compañías AI SpaceFactory y Space Exploration Arquitecture, ambas interesadas en ganar concesiones para la construcción de hábitas por impresión 3D en Marte, particularmente sus modelos MARSHA y Casa de Hielo Marciana, respectivamente.
Hoy en día compañías trasnacionales ya también convertidas en biplanetarias compiten aquí por establecer sus firmas y marcas, desde la industria automotriz como Honda (haciendo competencia a Tesla en la construcción de mejores rovers y vehículos de alta resistencia) hasta Coca-Cola.
Debo decir, sin embargo, que el proceso de selección de los científicos, exploradores y terraformadores para venir a Marte ha seguido un camino ejemplar y expedito, carente de controversias internacionales principalmente por estar basado en la calidad profesional, solvencia moral, talento y entusiasmo de los elegidos para venir a este mundo.
Hoy me es difícil pensar en un mejor médico en Marte que Barnard, en un mejor químico que Tremaine o dos mejores genetistas que Turín y van der Blad. Soy afortunado de sobrevivir los vientos marcianos al lado a estos generosos y enormes individuos. Juntos pasamos de la supervivencia a la vivencia de nuestro propio sueño marciano, día a día.
A punto de recibir el nuevo año 2039 terrestre, el nuevo año 11 en Marte, nuestro más importante proyecto actual se encuentra en marcha en el Casquete Polar Norte: el establecimiento de la Base Huygens y la potencial explotación de las capas inferiores del casquete para la extracción de agua.
Simultáneamente, realizamos las últimas pruebas a distintas latitudes para el aprovechamiento de la energía eólica marciana, complementando nuestras nunca sobradas reservas de energía solar disponibles hasta el momento. La Estación Antoniadi y la colonia humana continúan en expansión, y el RECOM sigue siendo punto de reunión y discusión para Canis, Ramsey y un servidor.
Nuestros químicos y biólogos no han encontrado aun aquí evidencia de vida como la conocemos a escala mínimamente mesoscópica a nivel superficial, pero seguimos optimistas en relación al subsuelo marciano y vida microscópica más allá de los 50 centímetros de profundidad.
La fundación de SpaceX por Elon Musk en la Tierra en 2002 parece hoy distante en tiempo y distancia desde este mundo de dunas frías y volcanes dormidos, pero el visionario ingeniero sudafricano- estadounidense continúa recibiendo las regalías históricas de un sueño personal y global hecho realidad.
Dr. Argos Vallefranco Sanmillán
Astrofísico y cronista de los Nuevos Territorios Planetarios
Planeta Marte
Ponente. Investigador.
Maestría en Astronomía (UNAM | NMSU) y Doctor en Astronomía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Fundador de la Sociedad Astronómica Juarense, Cofundador del Proyecto Abel, Miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, Miembro de la American Astronomical Society y Profesor de tiempo completo de Astronomía en UTEP.
