Del 14 al 19 de julio, Ciudad Juárez se convierte, (aunque sea por unos días) en una extensión de Oaxaca. El Festival Gastronómico Oaxaqueño llega con tlayudas, memelas, moles, tasajo y pan de yema. Aromas que te hacen cerrar los ojos, saborear despacito… y quizá, sin darte cuenta, abrir una ventana a la tradición.
Porque la cocina oaxaqueña no solo huele a maíz, chile y chocolate. También huele a historia. Como las de los pueblos afromexicanos, que durante siglos han aportado manos, fuego y alma a los fogones del sur del país.
¿Quién enseñó a preparar los tamales de barbacoa envueltos en hoja de plátano? ¿Quién trajo el plátano macho, el aceite de palma, los condimentos intensos, la técnica del pilón y la molienda a mano? ¿Quién baila y cocina al mismo tiempo en la Costa Chica? La respuesta tiene la piel oscura y el ritmo en el cuerpo.
Hablar de gastronomía oaxaqueña sin mencionar a los pueblos afrodescendientes es como servir un mole sin cacao: incompleto. Y sin embargo, sigue ahí, latente, sabroso, presente en cada bocado. En este buffet de tradición que llega a Juárez, se nos presenta una oportunidad deliciosa: la de mirar más allá del plato. Ver que detrás de una memela bien servida hay siglos de resistencia cultural, que en el mole negro hay una historia de mezcla forzada y creatividad culinaria como forma de sobrevivencia. Porque el mestizaje no fue una receta armónica, sino una olla de presión histórica. Y aun así, de ahí salió sabor.
En nuestra ciudad, donde cada vez son más los migrantes del sur que caminan nuestras calles y comparten su vida (y sus recetas), este tipo de festivales no deberían ser vistos como eventos lejanos. Deberían ser abrazados como parte de nuestra identidad en construcción. Porque la identidad no es estática ni homogénea; es mestiza, morena, y muchas veces afro.
Así que sí, ¡vámonos a comer! Con hambre, con gusto, con alegría y orgullo. Que se escuche la música, que el mole corra caliente, que las tlayudas crujan sabrosas y el pan de yema nos endulce la tarde.
Celebremos este festival con el corazón abierto, porque cada platillo es una fiesta de sabores, de historias, de herencias vivas.
Invito con mucho cariño a todas y todos los juarenses, y muy especialmente a nuestros paisanos afromexicanos del sur que ahora viven en esta frontera, a darse una vuelta por el Festival Gastronómico Oaxaqueño.
Gracias al Licenciado Víctor Espinoza, Director del Hotel Gamma cd Juarez, por hacer posible este encuentro de culturas a través de la comida, y a Eleazar del restaurante Mariola, por poner en cada platillo el amor por nuestras raíces.
La invitación está servida: de Oaxaca a Juárez, de la costa a la frontera, que este festival nos llene el estómago, pero también el alma. Porque en cada bocado hay más que sabor: hay identidad, hay orgullo, y hay comunidad.

Ángeles Gómez
Fundadora en 2014 de Ángeles Voluntarios Jrz A.C. dedicada al desarrollo de habilidades para la vida en la niñez y juventud del sur oriente de la ciudad. Impulsora del Movimiento Afromexicano, promoviendo la visibilización y sensibilización sobre la historia y los derechos de las personas afrodescendientes en Juárez.


