Histórico el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. No solo por el hecho de ser la primera mujer que conduce los destinos de México, sino porque las cuentas que entrega a un año, son contundentes, son hechos, no palabras porque ella es una mujer de números, de estadísticas, es decir, de resultados comprobables. Y eso, como al presidente López Obrador, los distingue del resto de los gobiernos.
Si hay algo que ni la oposición puede refutar, es la disminución de la pobreza y todos los beneficios que ha traído el aumento al salario. La población en pobreza se redujo del 45 por ciento en 2008, al 29 por ciento actualmente, es decir, 13.5 millones de personas salieron de la pobreza en 6 años. En cuanto a la desigualdad, la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre, se redujo de 27 a 14 veces.
En cuanto al tema del salario mínimo este aumentó en un 135 por ciento en términos reales entre 2018 y 2025, alcanzando los 279 pesos diarios y en 420 pesos en la zona general de la frontera norte. Gobiernos priistas y panistas vinieron, todos diciendo que si se aumentaba el salario mínimo, la inflación sería terrible y que la economía sería un caos. Nada más lejano de la realidad. Hoy no solo la macroeconomía, esa que sólo entendían los tecnócratas, va bien, las inversiones siguen sucediendo, pero lo que es más importante, las y los mexicanos tienen dinero, recursos para salir adelante y esa es una de las mayores fortalezas de la Cuarta Transformación.
La seguridad, esa que dejó tan lastimada el sexenio de Felipe Calderón y con la que no hizo nada el ex presidente Peña, hoy tiene un rostro muy distinto. Apenas en la semana se daba a conocer la reducción de homicidios dolosos en un 32 por ciento, lo cual ocurrió en apenas 12 meses, pero que no podemos negar que se trata de un resultado en el cual se atendieron las causas, es decir, se dio un enfoque preventivo, y eso, junto con la estrategia de la presidenta, ha hecho que lleguemos hasta este momento.
Entre otras de las cosas que sí le importan a la gente, está la vivienda, rubro en el cual se le quitó el enfoque de negocios para regresarle su enfoque original, el social, ese donde realmente importa construir casas para que viva la gente, no pies de casa que más tardaron en construirse que en abandonarse. En este primer año, se han iniciado 300 mil viviendas como parte de un objetivo mayor: 1.8 millones de viviendas.
Esto es apenas una parte que explica los niveles de aprobación de la presidenta, los cuales llegan al 78 por ciento, superando incluso los del presidente López Obrador. Pero no solo eso, desde que inició su gobierno, esos niveles no solo se han mantenido, persisten a pesar de adversidades como los bandazos del presidente Trump, con quien la mandataria mexicana ha sabido librar y con ello, ganarse el respeto de la comunidad internacional. El primer año ha sido exitoso, los siguientes cinco, serán iguales y mejores.
Lilia Aguilar Gil
Política y académica.
Maestra en Administración Pública por la Universidad de Harvard y en Gestión Pública por el Tecnológico de Monterrey. Ha contribuido en foros internacionales y enseñado en la Universidad de Harvard. Fundadora de la asociación civil LIBRE, se enfoca en el empoderamiento juvenil. Imparte clases en la UNAM y actualmente es Secretaria Técnica en la SSPC, habiendo sido titular en la Secretaría de Gobernación. Su carrera en el Congreso refleja su compromiso con la seguridad y las políticas sociales.
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