Históricamente, Ciudad Juárez ha sido un destino de aires generosos en el que los que llegan, no solo encuentran mejores oportunidades, sino también tierra fértil para echar raíces en el desierto, por irónico que esto parezca. Sin embargo, la antigua Paso del Norte no ha recibido una retribución justa por todo lo que siempre entrega.
En su reciente visita a esta frontera, Andrés Manuel López Obrador se refirió a ella como un lugar que “ha protegido a quienes han luchado en nuestro país por la justicia, por la democracia y por las libertades”. Sin duda, ésa y algunas otras alusiones hechas por el austero que vive en un palacio, exhiben memorias que no deben ser solamente un constante traslado al pasado, sino una reflexión en el presente, sobre la enorme deuda que se tiene con quienes a pesar de muchas caídas, han logrado levantarse por sí mismos: los juarenses. Pero a ellos, ¿quién los protege?
Tal como lo dice el eslogan local, los hechos hablan, y estos evidencian a una ciudad abandonada que, aunque no se trata de algo nuevo, vino a agravarse como consecuencia de la actual incompetencia municipal, el desorden estatal y la indiferencia federal. De este modo, parece insuficiente que solo en papel se le reconozca como heroica, pero en las acciones se le siga relegando a un segundo plano como efecto entre otras cosas, del centralismo.
Tal vez en el México de los otros datos es útil llegar a presumir remesas en vez de generar empleos en territorio nacional; suponer que un aumento en el salario mínimo es positivo cuando ya no alcanza porque todo subió de precio o alardear que se bajó la edad de las pensiones para adultos mayores, cuando se es el mismo que la aumentó. Pero en Ciudad Juárez, eso no basta, aquí ya no hay lugar para más simulación y cinismo.
Quienes de verdad conocemos a esta ciudad y nos la hemos jugado con todo por ella, sabemos de su gran potencial para ubicarse en el lugar que le corresponde y obtener el triunfo que tantas veces le ha sido negado, no por contar con malos jugadores, sino con técnicos de segunda que si se convierten en unos de cuarta, nos llevarán a un descenso seguro.
Los juarenses somos un equipo de primera y ya empezamos a creérnosla. Llegó el momento de salir victoriosos y por eso, “cruzazulearla” no es ni será una opción.
Licenciada en Relaciones Internacionales por la UACH. Juarense, apasionada por el servicio público, la lectura y la oratoria.
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