Creían que era el momento, que había llegado la añorada oportunidad ante la esperada reacción, desde su óptica, del gobierno de México en referencia al momento que se estaba viviendo en la Ciudad de Culiacán, se desataron en las redes primero con lo de la violencia que estaba rebasando al gobierno y después que porque había sido una derrota a las fuerzas armadas la liberación de uno de los hijos de un narcotraficante, tenían suficiente espacio para desahogar sus rencores, era la oportunidad, tenían tema de descarga cualquiera que fuera la acción y el resultado, le mesa estaba puesta…
Y en efecto, estaba puesta pero faltaba el plato fuerte: el momento y el elemento que detonara la violencia en contra de la población civil como medida de chantaje, le apostaban a que se desataría la violencia al consignar al hijo del narcotraficante hacia una población indefensa y en estatus de rehén y. sobre todo, ante un ejército rebasado en ese momento por la capacidad de fuego y gente, dejaron a la deriva el operativo desde el centro de mando local… Ni los drones para supervisar salieron.
Un día normal en Culiacán ese día de los hechos, un día como cualquier otro sin ninguna amenaza de ningún tipo que afectará la vida normal o el medio ambiente de los Culichis, más sin embargo había una alerta de tormenta y lluvias que el gobierno del estado decretó suspender las clases por lo que amas de casa, niños y jovencitos están en casa, lejos del mundanal ruido y trajín de la ciudad… raro que en un día soleado a medio nublado se decretaría suspensión de clases, no había nada que indicara esa drástica medida tomada más que la necesidad de bajar la densidad poblacional en las calles, ni ese día ni los días subsecuentes hubo nada que justificara esa medida de suspensión de clases por lluvia y tormentas.
Un operativo que no contaba con la orden de aprehensión físicamente en poder de los que iban al mando, como tampoco la orden con extradición del inculpado, un operativo sin el consentimiento y autorización de los altos mandos del Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, de Gobernación y de la Presidencia de la República, un operativo supuestamente “sorpresa” como lo son en esos casos y la sorpresa fue para los efectivos que participan en el operativo al saberse de inmediato rebasados, abandonados, un operativo fallido lo declaró el Secretario de Seguridad Alfonso Durazo.
¿Quién firmó la orden de aprehensión y de extradición?
Según fuentes, y pocas por cierto con claridad, la orden fue dictada por un juez desde los Estados Unidos para ser ejecutada por la DEA acompañada por efectivos nacionales denotando ya esto una situación delicada y grave de soberanía y de instituciones, de ahí la plática ipso facto entre Donald Trump y el Presidente López Obrador.
En las declaraciones del Presidente de la República, incluso en la rueda de prensa del Secretario Durazo se da manifiesto que el Gabinete de Seguridad no estaba enterado del operativo, como tampoco el Presidente de la República tenía conocimiento de ello, siendo esto un asunto gravísimo porque entonces ¿de dónde salió la orden de hacer el operativo?, se dice que de mandos intermedios de las fuerzas de la ley mexicanas involucradas… Y del gobernador del Estado de Sinaloa quizá,… una traición contundente a la seguridad nacional, a México, un intento también fallido desestabilizador para un golpe de estado por parte de la extrema derecha nacional, los radicales neoliberales afectados por las políticas del gobierno de la 4T.
Había todo un cóctel de situaciones detonantes en ese operativo que por donde saliera el asunto había algo que golpearía y desestabilizaria severamente al gobierno federal, pero faltaba un ingrediente definitivo: la instrucción del presidente.
Cuando la decisión del presidente llega, se desbarata toda la situación, de cuajo deja de existir la mecha explosiva encendida para actuar por parte de los narcotraficantes en contra de la población, pero llega la orden de no seguir adelante con el operativo y todo concluye…
No lo esperaban así los conspiradores.
Obvio, se desencadena toda una logística publicitaria en contra del Presidente, incluso de aquellos que una vez ostentaron el cargo y que saben de estos menesteres, manifiestan su clara conformidad con la muerte por daños colaterales, los muertos los hubiera puesto la sociedad civil.
En internet circula un meme que dice así:
“Que atrapen al Chapito aunque maten a mis hijos”… nadie en este pinche mundo ¿verdad hocicones?
“La vida de los ciudadanos sobre cualquier cosa que los ponga en peligro”… La decisión Presidencial.
Esa decisión causó machismo enojo en los neoliberales y la extrema derecha porque sencillamente no detonó la situación y el estado de inseguridad que se buscaba.
Cada quien en el lugar que les corresponde, más lo que conoceremos de estos acontecimientos más adelante porque sin duda alguna hay mucho fondo enraizado en el Caso Culiacán, la prudencia del gobierno en todo este asunto nos lleva a entender que hay cosas muy graves de control dentro de las estructuras de mando y además, la intervención de la DEA en asuntos de competencia nacional, una autorización a la DEA para operar en el país ex profeso dada desde el Gobierno de Felipe Calderón que no había regularizado el gobierno de la 4T.
Si existe la orden de aprehensión por un juez mexicano y la autorización de la extradición a posteriori del operativo, esas estarán vivas y vigentes hasta que el gobierno de México capture al delincuente, ni siquiera la SRE sabía de la solicitud de extradición.
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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