Desprenderse del cordón umbilical es lo más difícil de hacer, cuando dependes de una línea política.
Los políticos no se mueven. Siguen las instrucciones de aquel que dijo… “el que se mueve, no sale en la foto”.
Palabras, del inefable Fidel Velázquez.
Lo digo porque por más que les insisto a los aspirantes a cargos de elección popular que ya van tarde en la gestión de su imagen pública, se retraen y dejan pasar lastimosamente el tiempo.
Ni siquiera echan a andar un poco el coco para estructurar una idea, tener una visión; para que, cuando reciban “luz verde”, no vayan a arrancar con torpezas. Resbalarse con la baba que les cuelga.
Crear imagen pública a partir de cero, es forzar la atención de los posibles electores.
Es, poner en duda la credibilidad de su discurso.
Confiar en las “tradicionales” estrategias de acercamiento popular como el obsequio de despensas, costales de yeso, cemento; la cobija, láminas para sus tejabanes, el pollo navideño o el clásico vestido de la quinceañera, es ilusionarse demasiado.
Ahora el elector toma lo que se le regala y va a votar como le place.
El aspirante al poder, debe ser más convincente.
Ganarse la confianza y el corazón de su elector.
Los que buscan una reelección, confían su proyecto en la visita semanal a “su gente”, y llevarles un obsequio.
A esto le llamaré: el truco de la tía que nos trae regalos de las segundas, cuando viene de Estados Unidos.
Todos los primos las rodean, le dan de besos, le dicen que la quieren mucho.
Y cuando se va, la critican, y hasta la maldicen.
– Pinche tía, siempre me trae zapatos y nunca son de mi número.
Cuando escucho a “los posibles”, detenerese en aras de un falso respeto a los tiempos legales, me doblo de la risa.
Pero, imposible hacerles ver que las campañas poscovidianas son etéreas, volátiles, impalpables, y al mismo tiempo contundentes.
Y requieren una fuerte dosis de planeación prospectiva estratégica.
Indispensable que traigan una alforja llena de información actualizada del distrito o municipio que pretenden, porque luego les preguntan cosas elementales y no alcanzan a responder.
Si manejan información, y tienen una idea sólida de su proyecto, tienen ya el 30% ganado.
Sobre la manera de hacerle llegar esto a sus posibles electores me puedo encargar con mucho gusto.
Yo les digo cómo, cuándo y con qué.
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Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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