Un ejercicio democrático en el que participaron los aspirantes a la gubernatura. Sólo faltó Maru Baeza de Redes Sociales Progresistas.
Hay que decir que un debate político es un ejercicio verbal entre dos o más personas que confrontan ideas bajo un formato de equidad en tiempo y temas a discutir.
Particularmente, no creo que en un debate haya ganador y perdedores. Pienso que el ejercicio sirve para que los aspirantes tengan un espacio en el que puedan expresar sus ideas y plantear sus ofertas de campaña.
En esta ocasión, me parece que los mejores en expresarse y empujar sus ideas, fueron Maru y Loera, pues tienen muy definido su esquema de gobierno.
La experiencia y el colmillo de Chela Ortiz, fue evidente, sin embargo, gastó mucho tiempo en dar a conocer su trayectoria personal, que a la hora de plantear su proyecto, se le acababa el tiempo.
La revelación de la noche fue Brenda Ríos, pues traía un discurso muy bien estudiado, lástima que gastó su tiempo en el ataque personal a los dos punteros.
Para mí, el mejor articulado fue el doctor Alejandro Díaz, lástima que al final, declinó su aspiración para entregarse a Maru Campos. La gran sorpresa y al mismo tiempo, la gran decepción.
El Caballo Lozoya, relinchó mucho pero pienso que agarró un auditorio harto de su imagen sobreexpuesta por sus estridentes mensajes contra la candidata del PAN.
Y finalmente, el buen Capi Arrieta, quien ocupó el tiempo en cuestionar al gobierno en sus tres niveles, pero muy poca consistencia en los temas de gobierno.
Lo que pude apreciar es el trabajo de los equipos de Loera y Campos. Se nota cuando hay trabajo previo que los hace mantener presencia y estudio de sus respectivas frases matonas.
Todos los participantes salieron a gritar su triunfo a los cuatro vientos.
Nuevamente los equipos se ocuparon de cacarear su victoria. Incluso publicar las “apreciaciones” pagadas y desproporcionadas de algunos diarios de circulación nacional.
El debate no define la elección. A estas alturas del partido, la gente ya definió por quien va a votar.
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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