El intento por redactar un manual para la confección de campañas políticas ha sido para mí una fijación; me ha llevado poco más de cuatro años redactar varios borradores.
En los primeros años, se habían acomodado las cosas de tal manera que podríamos haber tenido un patrón de cómo confeccionar una campaña política ganadora, a partir de la conjugación de varios elementos.
Estábamos inmersos ya en el estudio de innovadoras tácticas y técnicas para la implementación de estrategias.
Eran momentos poco turbulentos. A pesar de haber pasado recientemente una guerra urbana terrible.
Mientras las calabazas se iban acomodando, hubimos de releer a varios autores del Marketing Político que nos dieron pauta, y aprendimos de algunos líderes mundiales, técnicas y secretos para la construcción de estrategias en campañas políticas.
Ya desde finales de los noventas, hablábamos de esta novedosa forma de gestión política. Ricardo Homs, fue para muchos, un referente importante del marketing político para los que nos dedicamos a la asesoría política. Y entrando el milenio, estábamos ya sumergidos y familiarizados con estos términos.
Mientras la frontera se convulsionaba con la violencia, incursionamos en el estudio de otro concepto que le daría más profesionalismo al quehacer político electoral, me refiero al POLITING.
El Politing es una alternativa político-electoral efectiva, para encontrar adeptos, conseguir electores y ganar votos.
En el caso del marketing político, la gestión de la imagen pública reside en gran parte en el peinado del candidato, su sonrisa, vestuario, calzado y demás arandelas.
Y en el campo del politing, se conjuga la imagen con el marketing de ideas. Y la comunicación política entra en juego como la punta del iceberg para la conexión entre candidato y elector.
Aprendimos, que siempre el Politing se hace “a la medida” de la oferta política, de acuerdo con las circunstancias de tiempo, modo y lugar. Nunca copiar o replicar técnicas de otra campaña, estrategias de otro candidato, o tácticas de otro partido.
No bien habíamos asimilado el concepto de politing, cuando surgen novedades.
Aparece el MARKETING EMOCIONAL o MARKETING SENSORIAL
Mercadólogos innovadores, aseguran que es fundamental generar un valor difícilmente alcanzable por la competencia para lo cual se utilizan trucos para crear un CANDIDATO MARCA, que logre un vínculo afectivo entre sí y su clientela, o sea sus seguidores y lograr un vínculo afectivo con ellos, y futuros electores.
Que sientan a su candidato-marca como algo propio y a la larga, necesiten ser parte de su proyecto.
Para conectar, se requiere otra herramienta; la de marketing de contenidos.
Porque no se puede andar por la calle diciendo ocurrencias sin un plan bien instrumentado. Sin conocer la psicología del elector de tu distrito, municipio o estado.
La presencia física con banderolas en los cruceros, pegando engomados en los autos y repartiendo volantes insulsos, representan tal vez un 15% del éxito de una campaña.
El electorado debe creer en su “político-marca”. Para lo cual su discurso debe ir acorde al sentimiento de sus electores.
Es importante comenzar a describir cómo se instrumenta una campaña política, a partir de la presencia pública del aspirante. Primero necesita construir una imagen, promoverla, y finalmente ubicarla en el espacio donde aspira obtener poder.
Todo esto, por supuesto con mucha anticipación al proceso electoral. Es fatal construir un proyecto faltando quince para las doce.
Se requiere forzosamente UN PLAN MAESTRO.
Ah… y dinero.
Los músicos profesionales, tocan “por nota”. Los políticos profesionales igual, no pueden andar improvisando.
Si usted requiere asesoría en estos rubros, aquí mi correo: [email protected]
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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