Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados la noche del lunes en una iglesia de la comunidad de Cerocahui, del municipio de Urique, Chihuahua, junto a un guía turístico que buscaba refugio en el templo cuando era perseguido por un comando armado. Los cuerpos de los clérigos, identificados como Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como el de la tercera víctima Pedro Eliodoro fueron robados y más de 24 horas después, localizados.
Texto que está circulando desde el lunes, volviendo a poner a la sierra del estado grande Chihuahua en noticia internacional, ya hasta el Papa Francisco expresó lo lamentable de este suceso, entre sus palabras estuvo la frase. ¡Cuántos asesinatos en México!
Este suceso lamentablemente no es un caso aislado, la violencia está desatada en la sierra de Chihuahua, desde años atrás la sierra ha enfrentado violencia y olvido en donde todos los días son asesinados hombres y mujeres. Familias completas abandonan sus hogares por la guerra de grupos criminales. La dispersión del crimen organizado y la violencia estructural son algunos de los principales flagelos que aquejan lo que queda de la población indígena.
Pero cuando un criminal atenta contra un religioso pone en alerta al mundo entero, en un lugar donde no existe la justicia donde el trasiego de drogas, armas y la tala clandestina, es la vida diaria. Pero recordemos que es lo que nos está llevando este gobierno a volver casi héroes a los delincuentes, en donde nuestro mandatario se ha atrevido a decir que cuando un cartel esta verdaderamente organizado no pasa nada, al contrario estamos cuidados.
Lo que no dice nuestro presidentazo es la ausencia total que ha existido desde hace varios años de las fuerzas federales y cabe mencionar que la policía estatal no podría contener tal grado de violencia, entonces el crimen organizado ha logrado apoderarse de las poblaciones serranas
La ineficacia de la política del gobierno contra la violencia e inseguridad en todo el país demuestra una y otra vez que su estrategia y promesa de campaña de “abrazos no balazos” no funciona, lo cual obviamente vemos que solamente los abrazos se inclinan para un solo lado y no es del lado de la gente que ni la debe ni la teme, es bien sabido que los abrazos se disfrazan de impunidad. Mientras el gobierno del estado encabezado por la gobernadora Maru Campos anuncia mano dura, el gobierno federal se vuelve apapachador. El presidente sabe quien es el responsable y el fiscal del estado no sabe por dónde empezar la investigación.
A pero eso sí, el fiscal general del estado ofrece una recompensa de 5 MDP por la captura el presunto responsable del triple homicidio, pero me gustaría entender cuál es el criterio para ofrecer recompensa por unos y otros no, es el mismo criterio que utilizan para expresar sus condolencias? ¿Tuvo que asesinar a dos sacerdotes para entonces si voltear a verlo? ¿No hubiera sido mejor utilizar esos 5 MDP para combatir y prevenir la delincuencia?
La estrategia actual del gobierno federal en materia de seguridad se encuentra centrada casi exclusivamente en la conformación de la guardia nacional. En vez de crear medidas de protección inmediatas y efectivas, que permitan proteger la vida y la integridad de quienes habitan estas zonas aisladas y por ende vulnerables.
Creo que López obrador escupió al cielo, en una de sus últimas mañaneras, al decir que es el colmo del cinismo y la hipocresía que el expresidente Calderón se atreviera a culpar su gobierno por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas, pero ¿acaso no ha sido el (AMLO) quien se ha dedicado desde hace 3 años a responsabilizar de todo a los gobernantes anteriores? Es el colmo de la cerrazón, es intolerante escuchar su narrativa diaria el culpar a otros de su ineficacia.
Lo que ha sucedido en Chihuahua evidencia la gravedad de lo que ya sabíamos, ya no hay límites para nadie. Ningún homicidio es circunstancial ni aislado, mucho menos en territorio serrano. Nuestro presidente está más ocupado en el destape de sus corcholatas y la persecución de periodistas, mientras la descomposición del país avanza, el dolor de los mexicanos también.
Siento profunda pena e indignación por el asesinato de los jesuitas, pero cada asesinato en la sierra de nuestro estado tiene nombre, rostro y familia. Sabemos que no son los primeros, pero también estamos seguros de que no serán los últimos. Nuestro estado está en luto constante.
Chihuahua es una de las seis entidades que concentra la mitad de los homicidios del país. ¡Mientras el gobierno reparte más abrazos que en ningún otro sexenio!
Criminóloga y Empresaria Juarense
Actualmente Presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado de Chihuahua (ONMPRI) y Estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de la Rioja España.
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