“El riesgo político es aquel que afecta a los intereses y objetivos de las personas en un mundo de competencia política, esto como consecuencia de los cambios, la inestabilidad de los criterios de los juzgadores electorales ante la interpretación política de las leyes electorales.
Con base en lo anterior, podemos decir que se presenta un mayor o menor riesgo político dependiendo del escenario, la oportunidad, las circunstancias y el lado en el que se encuentre la persona.
A estas alturas de la semana que terminó, ya podemos tener muy claro el panorama del proceso interno de MORENA, y es cierto que el proceso interno del partido Morena es el más visto, el más vigilado y el más documentado como nunca antes se había hecho en el país.
Los aspirantes están movilizando y despertando, una vez más, el entusiasmo de las bases ciudadanas hacia la participación, incluso sin ser aún candidatos, lo están logrando con una apertura de participación democrática que ha despertado la envidia de los opositores.
En columnas anteriores, señalaba los ALTÍSIMOS RIESGOS que corre Morena con este proceso interno, ya que un desliz de cualquiera de los aspirantes podría costarles el registro como candidatos. Los cuatro aspirantes de Morena caminan por el filo de la navaja con toda la oposición envidiosa encima, buscando documentar los errores y presentar denuncias en busca de las medidas cautelares más drásticas.
En este momento, solo tres aspirantes (dos de Morena y uno de los invitados aliados) han movido a las bases ciudadanas con entusiasmo y entrega. Solo tres de los seis se han concentrado en conectar con el pueblo, en la base de la democracia, y han obtenido resultados exitosos. Los otros dos se mantienen en reserva estratégica, lo cual detallaremos más adelante.
Es impresionante cómo Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández y Gerardo Fernández Noroña han logrado la respuesta de sus conciudadanos simpatizantes a través de concentraciones, mítines, caminatas y contacto directo, cara a cara, en la calle. Es asombroso cómo el pueblo los recibe, los acoge y los apoya a los tres. Esto es algo sin precedentes en el país, ya que son tres aspirantes y ninguno de ellos es candidato.
El pueblo ha respondido a los tres: dos de ellos (Claudia y Adán Augusto) con mítines de excelente asistencia, y al tercero (Noroña) con concentraciones y un contacto abundante con el pueblo. Estos tres candidatos están despertando a los ciudadanos, están moviendo a México y están realmente bajo los reflectores. Tienen un contacto efectivo y directo con el pueblo, y están fortaleciendo la democracia.
Ya se ha retirado el verde Velazco de la contienda, y Monreal y Marcelo están agazapados. No se les ha visto absolutamente nada que indique claramente que están involucrados en la pelea. Ambos son políticos, ambos saben lo que significa moverse, pero ninguno de los dos se está moviendo. Prácticamente están paralizados, y esto no es casual ni gratuito. Tiene su razón de ser.
Marcelo Ebrard está totalmente ausente del contacto con el pueblo. Está llevando a cabo una campaña dirigida principalmente a un sector muy específico de la sociedad, a quienes les habla en su lenguaje y con su imagen, proyectada especialmente hacia ese segmento que, junto con Ricardo Monreal, está formando un equipo. Monreal se ha convertido en la sombra de Ebrard. Ebrard es el aspirante y Monreal es el político y conciliador de la misma causa. Ambos tienen un perfil muy bajo y no dejan de cometer errores graves que ya han afectado a Marcelo Ebrard.
En todo esto, los opositores encabezados por el perdedor Claudio X González están jugando tres cartas (frentes): una dirigida hacia el interior de Morena, otra desde la alianza “Va por México” para intentar desacreditar a Morena, y respaldando la estrategia con la tercera carta, que sería el Tribunal Federal Electoral y el PODER JUDICIAL.
Está más que probado que la tercera carta está completamente a favor del grupo derechista que está por encima y controla el Tribunal Federal Electoral. Intentarán frenar a los tres aspirantes más fuertes de Morena. Para lograrlo, los partidos PRI-PAN-PRD y todos los seguidores de Claudio X González presentarán denuncias que darán origen a las medidas cautelares en contra de los más destacados de la contienda interna de Morena, con el objetivo de evitar que ninguno de los tres pueda registrarse como candidato. Todos los opositores neoliberales están jugando a eso, porque sería su tabla de salvación ante la inminente derrota en 2024.
La tercera carta de los opositores de la derecha neoliberal también busca frenar las amplias posibilidades de que Morena y sus aliados logren las mayorías calificadas en las Cámaras.
Pero, ¿qué sucede con la primera carta que describimos anteriormente?
El jueves, hacia el mediodía, recibí una llamada en mi celular desde la Ciudad de México. Me invitaron, junto con quien me llamó, a escuchar a un personaje morenista. Nos instaron a prestar mucha atención para formar nuestro propio criterio y opinión, ya que lo que íbamos a escuchar era un asunto hasta cierto punto delicado que él había constatado a través de la investigación de tiempos, movimientos y reuniones con los involucrados, a quienes incluso había escuchado hablar sobre la estrategia a seguir con su gente cercana (Ebrard), donde también había gente de Monreal.
De todo lo que escuché en la conversación telefónica, puedo formular una hipótesis propia, pero no estoy obligado a difundir los nombres ni los cargos de las personas con las que tuve esa conversación. Mi hipótesis fue compartida y coincidente con la de los demás, 36 horas después de la llamada. Cada uno concluyó su investigación para respaldar su hipótesis sobre el tema.
Aquí viene lo delicado del asunto:
Todas las fuerzas opositoras están alineadas para descarrilar a tres de los aspirantes, y aunque las reglas del INE son claras para evitar incurrir en un delito electoral, las interpretaciones que se pueden hacer de los actos de los aspirantes de Morena pueden marcar la diferencia entre no constituir un acto anticipado o ser considerado un acto anticipado de campaña. El Tribunal Federal Electoral es contrario a Morena.
Claudia, Adán Augusto y Gerardo están caminando sobre el filo de una navaja extremadamente afilada. La cantidad de espectaculares de Claudia y Adán Augusto en todo el país es una parte muy importante de las pruebas que los opositores están documentando y calculando la inversión, además de los souvenirs, las comitivas, la alimentación, los pasajes, etc. Esto los pondrá en una situación muy delicada a corto plazo durante este proceso.
¿Qué sucedería si las autoridades electorales aplicaran medidas cautelares severas, como la no autorización del registro ante el INE como candidatos?
Morena tendría que nombrar un substituto de inmediato. ¿Quién podría ser nombrado como sustituto? Cualquier persona que no haya sido sancionada de entre los 5 que participaron en la contienda interna de Morena.
Y para no correr el riesgo de ser sancionados por las autoridades electorales, hay quienes hoy en día juegan el papel de aspirantes con un perfil muy bajo: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
¿Cuál es la estrategia y de quién?
Cada uno de los cinco aspirantes tiene el legítimo derecho de jugar el juego con sus estrategias, ya sea jugando activamente para obtener un resultado o esperando pasivamente un resultado por acciones de terceros.
Las tres cartas descritas en esta columna están dirigidas, todas ellas, a sacar del camino a los aspirantes más fuertes del proceso interno de Morena.
Si usted observa, verá que Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández y Gerardo Fernández Noroña están participando activamente y con éxito. Pero también podrá observar, porque es sumamente notorio, que Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal no están siendo participativos de manera activa para buscar el apoyo popular. Se les vio esta semana muy apagados y agazapados, o dando mensajes que no son compatibles con el mercado electoral, que es la meta de Morena. Marcelo Ebrard ha dirigido claramente su mensaje al segmento medio alto y alto del electorado mexicano.
Marcelo y Monreal se han apartado de los ALTÍSIMOS RIESGOS de este proceso de Morena.
Sus conclusiones, estimado lector, por la observancia del proceso, harán que coincidamos con esta hipótesis que aquí presento.
“La administración del control de las derrotas es la aplicación de los conocimientos, sustentados y reales, del entorno político, aplicando estrategias para minimizarlas con aquellos métodos y procedimientos de trabajo político que tienen por objetivo específico disminuir las pérdidas relacionadas con los acontecimientos no deseados”.
Raúl Sabido
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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