El escritor clásico de la antigua Grecia, Homero, escribió una de los mejores obras de la literatura universal, “la Odisea”, donde se narran las hazañas de Odiseo, rey de Ítaca, y tras leerlo, no puedo evitar comparar la obra de Homero con el oscuro año que el 1994 representó para México. El libro comienza con Odiseo que, tras diez años en guerra contra Troya, por fin puede volver a casa; 1994 comenzó con un México que, tras más de una década de haber atravesado una crisis económica, intentaba abrirse al desarrollo.
Ese desarrollo que tanto anhelaba México, lo lograría, según el presidente Carlos Salinas De Gortari, a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entraría en vigor el 1 de enero del año en cuestión. Era la primera vez que México firmaba un tratado de de ese tipo, antes de eso el país vivía una economía muy cerrada, basada en negocios locales y familiares. No era fácil encontrar siquiera electrodomésticos, se compraban en la “fayuca” o en tiendas departamentales a un alto precio.
Con el TLCAN, había una sensación de qué por fin íbamos a ser primer mundo, adiós a la pobreza; hola a la globalización. El tratado beneficiaba a Estados Unidos (EEUU) por las exportaciones que podía realizar nuestro país; a México por los nuevos empleos que traerían las empresas extranjeras. Además que la idea era que la riqueza de EEUU gotearía a nuestra nación, “Trickle-down economics” aclamaban aquellos jóvenes tecnócratas que ostentaban el poder en ese entonces.
Hoy se puede ver que no fue muy justo poner a competir a un país en vías de desarrollo, contra el imperio Yankee, en una época donde ellos tenían el control de todo. Hay que recordar que hacía poco de la caída del muro de Berlín, lo que marcó el fin de la Guerra Fría. Los gringos no tenían contrapeso, había una Rusia pobre y una China que en ese entonces ni figuraba en el panorama.
Llegaron las grandes cadenas y desplazaron a los comercios locales, fue medianamente bueno para el consumidor, pero los microempresarios se preguntaron, “¿cómo chingados vamos a competir?”. Entonces, ¿qué mexicanos se vieron beneficiados del TLCAN? basta con revisar que mexicanos aparecen en la lista de multimillonarios de Forbes para saber la respuesta.
Así como Odiseo se dirigía a Ítaca; México se dirigía al desarrollo. Pero hubo un obstáculo en el camino de Odiseo, y llegó a una isla con la ninfa Calipso, que no lo dejaba irse de ahí. Pues así mismo, México tuvo un gran obstáculo, pero éste se llamó Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los mexicanos recibieron el Año Nuevo del ’94 brindando y celebrando, se fueron a dormir, y en la mañana desayunaron mientras veían en el noticiero un ejército de indígenas encapuchados que se había levantado en armas.
Y como si se tratara de Poseidón castigando a Odiseo por dejar ciego a Polifemo, apareció la figura del “Subcomandante Marcos”, declarando la guerra al gobierno mexicano como protesta a la desigualdad y carencias que sufrían los pueblos indígenas. Tomaron varios municipios de Chiapas, y en su Primera Declaración de la Selva Lacandona anunciaron que vencerían al ejército mexicano, y que marcharían hasta el Distrito Federal (D.F.).
El presidente dijó que eran un grupo extranjero que quería desestabilizar el país, nadie lo creyó, ¿cuál fue su respuesta?, diez días de guerra. Aparecieron imágenes de palos tallados con forma de rifle, en manos de indígenas asesinados, era una guerrilla sumamente mediática, se volvió un fenómeno a nivel mundial.
Cuando Zeus negoció con Poseidón para que este dejara de atormentar a Odiseo, envió a Hermes para asegurarse de qué se cumpliera. El Hermes de esta historia es Manuel Camacho Solís, quien hasta ese entonces era Secretario de Relaciones Exteriores, y a quien Salinas mandó como coordinador para el Diálogo y la Reconciliación en Chiapas.
La historia de Camacho es muy interesante, un político hábil, con un gran equipo, integrado, entre otras figuras, por un joven Marcelo Ebrard, su aprendiz. Todo mundo asumía que Camacho era el tapado de Salinas para ser su sucesor, era Jefe del Departamento del D.F., y había sido Secretario General del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Por eso hizo un berrinche enorme cuando se enteró que Salinas había designado a Luis Donaldo Colosio como candidato del PRI a la presidencia.
En cambio, Colosio era un político relativamente desconocido, y la rivalidad entre el y Camacho provocó envidias y traiciones en el PRI. En Chiapas, Camacho intento demostrar que él era mejor opción como candidato; en cambio, la campaña de Colosio nomas no prendía. Manuel Camacho acaparaba las primeras planas de los periódicos nacionales, y a quien más le enojaba que el destacara era a Ernesto Zedillo, que en aquel entonces era coordinador de la campaña de Colosio.
A algún asesor se le habrá ocurrido dar un discurso, el 6 de marzo, donde Colosio se desmarcaba del gobierno federal, para levantar la campaña. Cabe recalcar que ese discurso, “veo un México con hambre y sed de justicia” ahora tan famoso, tuvo que ser revisado y aprobado por los “dinosaurios” del PRI, y por el presidente Salinas. El discurso se dió en el monumento a la revolución, seguramente porque ni Colosio, ni el ya decadente PRI de aquel entonces llenaban el Zócalo. En ese momento, el discurso pasó sin pena ni gloria, en los periódicos se volvió hablar del trabajo de Camacho en Chiapas.
Por un momento se creyó que el PRI podría cambiar de candidato, tanto, que Camacho empezó a operar, hasta que el presidente Salinas lo frenó en seco. Recordando aquella ocasión en la que Eolo le dio a Odiseo una bolsa con vientos que lo podían llevar a cualquier parte, y que al verla sus hombres sintieron envidia, y la abrieron pensando que era oro, soltando los vientos y dejando Odiseo sin llegar a su meta. Así mismo, Camacho descubrió que su oportunidad de ser candidato era puro aire, y se quedó sin llegar a su meta.
El 22 de marzo, Camacho renuncia a sus intentos de ser candidato, declara que prefiere la pacificación del país y, en un acto de total humildad y modestia, sugiere que le deberían de dar el Premio Nobel de La Paz por su trabajo en Chiapas.
Odiseo bajó al inframundo; México experimentó algo similar el 23 de marzo de aquel año. Mario Aburto Martínez asesinó a Colosio en la colonia Lomas Taurinas, Tijuana. Entre la población hubo angustia e incertidumbre. El homicidio martirizó a un candidato desconocido. Ahora si se empezó hablar de Colosio, ahora si se volteó a ver su discurso en el que se desmarcaba del gobierno federal, y al verlo, los mexicanos dijeron “fue Salinas”. Los priístas, en cambio, acusaron a Camacho, quien por cierto, no asistió al funeral.
Diana Laura Riojas, esposa de Colosio, propuso a Miguel Monte como fiscal del caso, y fue designado el 28 de marzo. Habían sido detenidos Mario Aburto, Vicente Mayoral y su hijo Rodolfo, estos dos últimos eran miembros del grupo TUCAN (Todos Unidos Contra Acción Nacional) del PRI, después fueron liberados.
El PRI designó a Zedillo como candidato tras el homicidio de Colosio. Burócrata de élite, de carrera y de formación, Zedillo jamás había ganado una elección de nada. El 12 de mayo de ese año, sucedió el primer debate presidencial en la historia de México, donde al candidato del PRI se le vio nervioso frente a su contrincante del Partido Acción Nacional (PAN), un joven Diego Fernández De Ceballos, imponente y carismático, que ganó el debate, y de quién la población civil pensaba que ganaría la elección.
Un decreto en materia de reforma electoral fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de mayo. Fue impulsado por el Grupo San Ángel, una asociación de diversos políticos e intelectuales que querían evitar que se repitiera un evento como el de las elecciones del ’88, cuando “se cayó el sistema”. Se logró que hubiera ciudadanos en el Instituto Federal Electoral (IFE), que en aquel entonces era controlado por la Secretaría de Gobernación, y se integraron observadores electorales.
La Copa Mundial De Fútbol comenzó el 17 de junio en EEUU, y México llevó, a la que muchos consideran, su mejor selección. Y jugando casi como local, México perdió contra Bulgaria, jugamos como nunca y perdimos como siempre. Eso si fue una tragedia, ¿a quién le importa que hayan asesinado al candidato presidencial o que haya una guerrilla en el país?, el fútbol es lo que importa.
El 14 de julio, Miguel Monte declaró ante los medios que llegó a la conclusión de que Aburto fue asesino solitario en el caso Colosio, lo que lo llenó de críticas por parecer poco creíble, ese mismo día renunció a la investigación. El 18 de julio Olga Islas tomó el caso, llegó la misma conclusión que Miguel Monte, logró que Aburto fuera sentenciado a 42 años de prisión.
Zedillo logró ganar la presidencia de México en las elecciones del 21 de agosto. A pesar de ser un pésimo candidato, el poder de bases que aún mantenía el PRI lo llevó a la victoria. Esta vez no hubo reclamos, ni señalamientos de fraude electoral.
Cuándo Odiseo y sus hombres llegaron a la isla de Elios, hambrientos, se comieron las vacas especiales de Elios, y como respuesta los mató a todos, menos a Odiseo. El 28 de septiembre, José Francisco Ruiz Massieu, Secretario General del PRI, fue asesinado. Cabe mencionar que también fue cuñado de Carlos Salinas de Gortari, pues había estado casado con su hermana Claudia Salinas, de la que se había divorciado recientemente.
Para este caso nombraron fiscal a Mario Ruiz Massieu, hermano de la víctima. Se detuvo al autor material del asesinato, y el denunció a un compadre del diputado Manuel Muñoz Rocha del PRI, quien supuestamente repartió el dinero a los sicarios. Muñoz Rocha desapareció. Se habla de una reunión de la familia Salinas, en la que se decidió que asesinarían a Ruiz Massieu por interferir con sus planes, también se habla de un berrinche de Claudia Salinas, y otros dicen que Raúl Salinas (el otro hermano del presidente) y José Francisco Ruiz Massieu, eran amantes.
El 20 de noviembre de aquel año, en el estado de Tabasco, un joven del Partido de la Revolución Democrática (PRD) perdía por segunda ocasión las elecciones a gobernador del estado. ¿El ganador? Roberto Madrazo Pintado del PRI, acusado de fraude. Y uno no puede evitar preguntarse, ¿qué hubiera pasado si aquel joven Andrés Manuel López Obrador hubiera ganado esa elección?
Zedillo asumió la presidencia de México el 1 de diciembre. Nombró fiscal del caso Colosio, y del caso Ruiz Massieu a Pablo Chapa Bezanilla, que venía del PAN. Chapa Bezanilla tenía la hipótesis de qué habían participado dos tiradores en el asesinato de Colosio, y detuvo a Othón Cortez. Al final volvió a llegar a la conclusión de asesino solitario. Nadie puede confiar plenamente en las declaraciones de Aburto porque se contradice y escribe locuras, entonces, ¿quién mató a Colosio?, ¿fue Salinas?, ¿fue Camacho?, ¿fue Zedillo? o, ¿fue locura de Aburto?. Exhorto al lector a sacar sus propias conclusiones.
Así como la Odisea concluye con Odiseo volviendo a Ítaca como mendigo, 1994 concluyó con un México que buscaba el desarrollo y terminó en crisis. El 21 de diciembre, sucedió lo que los gringos llamaron el “efecto tequila”, en México se conoce como el “error de diciembre”, y ha sido la peor crisis que ha atravesado el país. Fue producto de las obras y programas sociales del presidente Salinas, que provocaron que durante su sexenio los ingresos fueran menores que la deuda contraída.
Sumado a eso, había incertidumbre en los mercados por los magnicidios y por el EZLN, provocando que los empresarios sacaran su dinero de los Tesobonos. Se habla de qué el equipo de Salinas le dijo al equipo de Zedillo que debían devaluar la moneda, cosa que no hicieron durante el sexenio de Salinas para mantener su imagen, y cuando Zedillo se enteró de qué devaluarían la moneda, le dio el “pitazo” a sus compadres empresarios para que cambiaran sus pesos por dólares, lo que devaluó aún más el peso, y ese fue el famoso “error de diciembre”.
Al final, Odiseo se reúne con su amada Penélope, y Atenea hace un tratado de paz con todas las familias de los pretendientes de Penélope que Odiseo asesinó, un final feliz.
México terminó el ‘94 con una crisis económica, social y política. La Odisea es una épica griega; 1994 fue, más bien, una tragedia.
Regidor en el Cabildo Juvenil 2022 de Cd. Juárez. Estudió administración pública y ciencia política en la UACH
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