El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado una postura firme en cuanto a las negociaciones comerciales con varios países.
Washington, D.C. (ADN/Staff) .- En declaraciones recientes, anunció que enviará cartas a algunos de sus socios comerciales, advirtiendo que, si no se logran avances significativos, los aranceles volverán a su nivel anterior a partir del 1 de agosto. Esta medida busca presionar a las naciones involucradas para que lleguen a acuerdos más favorables para Estados Unidos.
Trump confirmó que el 9 de julio se anunciarán nuevos gravámenes, aunque estos no entrarán en vigor hasta el próximo mes. Esta estrategia forma parte de su enfoque más agresivo en política comercial, que ha incluido la imposición de aranceles a las importaciones de México y Canadá, así como aumentos en los aranceles a productos provenientes de China. La administración Trump ha estado utilizando los aranceles como una herramienta para equilibrar la balanza comercial y proteger la industria estadounidense.
El 2 de abril, el presidente firmó una orden ejecutiva que estableció aranceles a las importaciones de otros países, comenzando con una tasa base del 10%. Sin embargo, las tasas se incrementan para 57 países, dependiendo de sus déficits comerciales con Estados Unidos. Esta medida ha generado preocupación entre los socios comerciales, quienes temen que la escalada de tensiones comerciales pueda afectar negativamente a sus economías.
Una semana después de la firma de la orden ejecutiva, Trump anunció que los aranceles a las exportaciones de más de 75 países que no habían respondido con represalias se reducirían al 10% durante un período de 90 días. Este plazo se acerca a su fin, ya que expira el próximo 8 de julio. La incertidumbre sobre el futuro de estas tarifas ha llevado a muchos analistas a especular sobre el impacto que tendrán en el comercio internacional.
Además, la suspensión de 90 días de los aranceles sobre China, que también forma parte de este acuerdo, expirará el 12 de agosto. Esto significa que, si no se logra un acuerdo antes de esa fecha, las tarifas podrían reactivarse, lo que complicaría aún más las relaciones comerciales entre las dos potencias. La situación actual pone de relieve la fragilidad del comercio global y la necesidad de negociaciones efectivas.
En resumen, la administración Trump continúa utilizando los aranceles como una herramienta clave en su política comercial, y la presión sobre los socios comerciales parece aumentar. Con el anuncio de nuevos gravámenes en el horizonte, el mundo estará atento a cómo se desarrollan estas negociaciones y qué impacto tendrán en la economía global.

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