En palabras junto al ministro de relaciones exteriores catarí en una conferencia de prensa, Blinken dijo que “siempre es algo preocupante … cuando vemos restricciones a la libertad de expresión” y “más cuando tienen que ver con la diversidad y la inclusión”.
“A mi juicio, nadie en el fútbol debe ser obligado a escoger entre respaldar esos valores y jugar para su equipo”, añadió Blinken en el Club Diplomático de Doha.
La FIFA no había respondido aún a una solicitud de comentario sobre las declaraciones del secretario de Estado.
Pocas horas antes que los primeros jugadores con los brazaletes “One Love” se preparaban para salir al terreno, el organismo mundial del fútbol advirtió que recibirían inmediatamente tarjetas amarillas. Dos tarjetas amarillas expulsan a un futbolista de un partido y del siguiente.
Ningún jugador usó los brazaletes el lunes, aunque siete equipos europeos dijeron antes del torneo que planeaban usarlos. Harry Kane, del equipo de Inglaterra sí usó un brazalete de “No discriminación” aprobado por la FIFA, que fue ofrecido como compromiso, en el partido con Irán.
Blinken llegó a Qatar el lunes, visitó un programa de fútbol para jóvenes y observó el partido de EEUU con Gales en la noche.
A pesar de criticar abiertamente a la FIFA, Blinken usó un tono más moderado para referirse a Qatar, un rico país petrolero del Oriente Medio que fue duramente criticado antes del Mundial por su tratamiento a los obreros migratorios y sus leyes que criminalizan a los homosexuales.
“Sabemos que sin trabajadores, sin trabajadores migratorios, esta Copa Mundial no hubiera sido posible”, dijo Blinken. “Qatar ha hecho grandes adelantos en los últimos años en sus leyes laborales para expandir los derechos de los trabajadores”.
Sin embargo, apuntó que “aún queda por hacer en estos asuntos y Estados Unidos continuará trabajando con Qatar para fortalecer más los derechos laborales y los derechos humanos mucho después de la Copa Mundial”.
El canciller catarí, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, expresó en la conferencia de prensa que “muchos no tomaron en cuenta” las reformas en Qatar y “se dejaron llevar por nociones preconcebidas”.
“Está claro que no podemos hacer cambiar de opinión a esos que nos quieren atacar o distorsionar nuestra imagen”, añadió.
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