Feligreses se reúnen en la plaza principal tras hechos violentos que dejaron siete muertos y siete heridos.
Guachochi, Chih. (ADN/Arturo Hernández) – Cientos de habitantes del municipio de Guachochi, en la Sierra Tarahumara, se congregaron este fin de semana en la plaza principal para participar en una jornada de oración por la paz, convocada por el párroco Enrique Urzúa, ante el recrudecimiento de la violencia en la región, atribuido a enfrentamientos entre grupos delictivos por el control del territorio.
La homilía, celebrada al aire libre, fue un llamado colectivo a la esperanza, la reconciliación y la restauración del tejido social. El sacerdote pidió por el retorno de la tranquilidad y la seguridad en la vida cotidiana de las familias serranas, afectadas en los últimos meses por la presencia del crimen organizado y una creciente percepción de inseguridad.
La convocatoria ocurrió días después de un hecho violento registrado la madrugada del pasado domingo, en el que siete personas fueron asesinadas y otras siete resultaron heridas por arma de fuego, lo que generó consternación entre la población y motivó la organización de esta manifestación pacífica.
Durante su mensaje, el padre Urzúa habló de la vida, la libertad y la plenitud como los objetivos fundamentales de todos los pueblos. Subrayó que la comunidad enfrenta tiempos difíciles, y que el miedo ha limitado las actividades cotidianas de muchas personas. “Hoy, nuestra comunidad de Guachochi está limitada porque no podemos movernos con libertad, porque no podemos ir de un lado a otro sin temor”, expresó.
Asimismo, el sacerdote puntualizó que denunciar la violencia no es un acto político, sino un imperativo moral. “Estamos frente a una violencia que no tiene límites, y hablar de estas cosas no es hablar mal del gobierno o de la política, es eco del evangelio”, dijo al reflexionar sobre el papel de la iglesia como acompañante del dolor comunitario.
La ceremonia concluyó con rezos en silencio, encendido de veladoras y cánticos religiosos, en un ambiente de recogimiento y unidad, con la presencia de familias completas, jóvenes y adultos mayores, que respondieron al llamado con respeto y fe.
La región de Guachochi, enclavada en la Sierra Tarahumara, ha sido escenario de múltiples enfrentamientos entre grupos armados durante los últimos años. A pesar de los esfuerzos de autoridades estatales y federales para contener la violencia, la situación ha generado desplazamientos, temor y afectaciones a la vida comunitaria en diversos municipios serranos.
Organizaciones religiosas y sociales han insistido en la necesidad de una respuesta integral que incluya seguridad, atención social y desarrollo comunitario, en un contexto donde el crimen organizado continúa impactando las dinámicas cotidianas de la población indígena y mestiza de la zona.

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