Escribo este artículo a tan solo unas horas de su publicación, ya que para ser sincera estaba buscando algo más de que hablar que no fuera el COVID-19. Sin embargo, me fue muy difícil, no porque no haya más temas de los cuales hablar, sino porque las preguntas sin respuesta sobre el tema son muchas y las cosas que decir al respecto, también.
En las noticias, COVID-19, los nuevos casos, la tendencia de la propagación, el número de muertos y las cifras que hacen que el sistema de salud de los países más avanzados del mundo colapse; en redes sociales como Facebook y WhatsApp no dejan de circular videos y memes que parecen burlarse de la situación, noticias falsas y verdaderas, cadenas de oración, así como “remedios” contra el coronavirus.
Algunas de los temas centrales son ¿Dónde se originó el virus?, ¿es un invento político?, ¿por qué se le da tanta importancia al virus si hay más muertos por otras enfermedades?, ¿será cierta la magnitud del problema?, ¿Qué pasará con la economía mundial?, ¿cuánto durará la cuarentena?, entre otras. Al final de cuentas muchas de esas preguntas se responden solas y otras tantas no tendrán respuesta hasta dentro de unos meses. Lo que sí nos debe quedar claro es que la pandemia es real y sus efectos en el entorno económico, social y especialmente de salud son y serán muchos.
Otros de los temas que ha evidenciado el COVID-19, es la eficiencia o ineptitud de los gobiernos ante la situación actual, así como el ver como la iniciativa privada o incluso la sociedad organizada a rebasado las capacidades del gobierno. En este sentido, quiero profundizar un poco en materia de cómo el populismo o bien los gobiernos populares están siendo los peores enemigos ante la lucha por el coronavirus, teniendo como ejemplos los casos de los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, e incluso, el gobierno Chino que por más de un mes oculto la magnitud del problema.
¿Por qué hablar es estos casos? Pues bien, estos países y sus respectivos gobiernos han premiado políticas populistas, basadas en mejorar sus índices de aprobación del gobierno, es decir, ser un presidente carismático impulsando presupuestos para becas y apoyos para grupos vulnerables, mientras se castiga el presupuesto de educación o el de ciencia y tecnología. Hoy, con una pandemia que tomo de sorpresa al mundo, nos damos cuenta que lo que nos podría salvar es un sistema de salud eficiente, ciencia y tecnología para equipos, medicinas, vacunas, así como para contar con expertos que permitan afrontar la crisis.
Lamentablemente, hasta hoy los gobiernos de estos países no se habían tomado enserio la pandemia y peor aún priorizaron la economía, antes que la salud, poniéndole costo a las vidas perdidas en otros países, al fin y al cabo, apenas representan el 1% de una población, considerando una cifra muy baja como para alarmarse o parar la economía.
Las cifras para el cierre de este martes fueron de más de 857 mil 487 casos positivos de coronavirus en el mundo y para el caso mexicano hay 1,215 contagios y 29 muertos, lo cual representa una alerta tanto para que gobiernos como sociedad nos pongamos las pilas.
En definitiva, hoy más que cifras o esquemas, quería dedicar unas líneas para que reflexionemos sobre la magnitud del problema que se avecina, como mexicanos vamos empezando con la pandemia, también quería aprovechar para exhortar a las autoridades a ser coherentes, a impulsar acciones efectivas y a entender que hoy por hoy se debe priorizar la salud y el bienestar, pero sin descuidar del todo la economía. Y finalmente, felicitar a aquellas iniciativas ciudadanas que promueven la conciencia, que impulsar la producción de cubrebocas o equipos útiles para atender esta situación extraordinaria.
Por favor, seamos conscientes, empáticos y solidarios, son tiempos difíciles así que, si tu trabajo y economía te lo permiten, quédate en casa.
Lic en Economía de la UACJ y Candidata al Grado de Maestra en Ingeniería Económica por la Universidad la Salle. Columna semanal sobre temas de economía, finanzas, política y sociedad.
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