Temas para mordisquear.
Visita de la presidenta, Claudia Sheimbaum a la capital chihuahuense, la sierra, y Ciudad Juárez Juárez.
Desde la comunidad de Santa Tulita, Guadalupe y Calvo, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, firma el decreto para restituir más de tres mil hectáreas de tierras al pueblo ódami.
Para luego pernoctar en CJTOWN, supervisar la construcción de los Centros de Educación Infantil.
Visita al hospital Regional 2 del IMSS.
Pero lo mejor de todo… ¡Las señales!
- La gobernadora vestida de guinda. Simbólico.
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El discurso clásico: “definitivamente es tiempo de la mujer”, en inauguración del Centro Libre para las Mujeres en Juárez.
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La reaparición de Ariadna Montiel con el alcalde Cruz Pérez Cuéllar, ahora que él repunta en las recientes encuestas rumbo a la candidatura del 27.
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La foto de Andrea Chávez con la presidenta Sheimbaum en la que chapotea sobre miel para conseguir la nominación del 27, bajo la máxima: ES TIEMPO DE LA MUJER.
La presidenta Claudia Sheinbaum recorrió Chihuahua como quien despliega un mapa de símbolos: la capital, la sierra y la frontera.
En Santa Tulita, Guadalupe y Calvo, firmó el decreto que devuelve más de tres mil hectáreas al pueblo ódami, bautizando el acto como justicia social.
Luego, CJTOWN la recibió para supervisar la construcción de los Centros de Educación Infantil, y el Hospital Regional 2 del IMSS fue escenario de la inspección médica.
Pero lo verdaderamente jugoso no estuvo en la agenda oficial, sino en las señales que se filtraron entre discursos, atuendos y fotografías.
La primera señal: la gobernadora vestida de guinda. No es moda, es código.
El color que se adhiere como tatuaje partidista y que, en este contexto, se convierte en guiño de alineación.
La segunda: el discurso clásico, “definitivamente es tiempo de la mujer”, pronunciado en Juárez, pero con Cruz Pérez Cuéllar a un costado, inaugurando el Centro Libre para las Mujeres.
La frase se repite como mantra, pero la cercanía del alcalde la convierte en metáfora: el tiempo de la mujer se cruza con el tiempo de Cruz.
La tercera señal es aún más reveladora: Ariadna Montiel reaparece junto al alcalde, justo cuando las encuestas lo empujan hacia la candidatura del 27.
Y Cruz, con su ironía habitual, escribe al pie de la foto: “Abrán ustedes de disculpar… Sumando ando”.
La frase es confesión y estrategia: sumar es la consigna, y la disculpa es apenas un barniz para la osadía de mostrarse en plena repunte.
La cuarta señal: Andrea Chávez, sonriente, se fotografía con la presidenta, chapoteando en miel discursiva bajo la máxima “Es tiempo de la mujer”. Pero la miel, como todo exceso, empalaga.
Y mientras Andrea busca la nominación, Cruz se mantiene en la escena, acumulando presencias, alianzas y encuestas.
Así, la quinta visita de Sheinbaum a Chihuahua deja más que decretos y supervisiones, deja un tablero de símbolos donde Cruz Pérez Cuéllar aparece como el beneficiario silencioso.
Entre guindas, discursos y fotografías, las señales apuntan hacia él.
No es tiempo de la mujer, ni siquiera de la presidenta: es tiempo de leer entre líneas, y esas líneas dibujan el perfil de Cruz como protagonista inevitable del 27.

Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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