La misión Shenzhou-20 tuvo un regreso aplazado por daños en la nave; tripulación está sana y salva tras el aterrizaje en Mongolia Interior.
China (ADN/AFP) – Tres astronautas chinos regresaron con éxito a la Tierra este viernes 14 de noviembre, luego de pasar más de seis meses a bordo de la estación espacial Tiangong.
Su retorno, inicialmente previsto para el 5 de noviembre, fue aplazado tras detectarse una fisura en la cápsula de reentrada, lo que representaba un riesgo crítico durante la reentrada atmosférica. Finalmente, el equipo regresó utilizando una nave alternativa, en un hecho que representa un reto inusual para el meticuloso programa espacial chino.
La cápsula que transportaba a los astronautas de la misión Shenzhou-20 descendió lentamente suspendida de un paracaídas rojo y blanco, hasta aterrizar en una zona desértica de Mongolia Interior, al norte del país. Las imágenes del canal estatal CCTV mostraron a los tripulantes siendo asistidos por personal de rescate minutos después del aterrizaje. La agencia espacial china de vuelos tripulados (CMSA) confirmó que los tres miembros de la misión se encuentran en buen estado de salud.
Los astronautas Chen Dong (46 años), Chen Zhongrui (41) y Wang Jie (36) permanecieron en órbita durante más de 180 días, como parte de la misión de relevo y mantenimiento de la estación Tiangong, el proyecto insignia de China en su búsqueda por posicionarse como potencia espacial. El capitán de la misión, Chen Dong, expresó en una entrevista televisada su agradecimiento al equipo técnico, al gobierno y a la población china por su apoyo durante los días de incertidumbre.
“En estos últimos días, sentimos que el Partido, el país, toda la población y el equipo de ingeniería estaban preocupados por nosotros”, declaró Chen desde el exterior de la cápsula, recostado en una camilla térmica. “Esto nos ayudó a entender por qué el programa espacial tripulado siempre debe priorizar la vida por encima de todo y la seguridad como prioridad”, enfatizó.
El problema técnico que pospuso su retorno fue una “fina grieta” detectada en la ventana de la cápsula original de la Shenzhou-20, lo que provocó que no cumpliera con los estándares de seguridad requeridos para reingresar a la atmósfera terrestre. Ante esta situación, la tripulación regresó a bordo de la Shenzhou-21, la misma nave que había transportado a los astronautas de reemplazo al inicio de noviembre.
Este episodio representa un contratiempo poco habitual en un programa espacial reconocido por su organización precisa. No obstante, la CMSA consideró la operación como un éxito, al haberse tomado decisiones rápidas y seguras que garantizaron el bienestar de los taikonautas. La misión Shenzhou-20 es parte del ambicioso plan de China para consolidar su presencia espacial, con el objetivo de enviar astronautas a la Luna antes del año 2030.
China, tercera nación en enviar humanos al espacio después de Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, ha desarrollado su propia estación espacial tras ser excluida de la Estación Espacial Internacional (EEI) desde 2011, debido a restricciones impuestas por Washington. Como parte de su estrategia de cooperación, Pekín firmó recientemente un acuerdo con Pakistán para incorporar a los primeros taikonautas extranjeros a futuras misiones.
El retorno exitoso de la tripulación de la Shenzhou-20 reafirma la capacidad técnica del programa espacial chino, que continúa ampliando su alcance tanto en la órbita terrestre como en el terreno de la diplomacia científica.

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