México pierde una vez más a un referente de la fotografía que traspasó fronteras y dejó huella en la escena internacional del arte. Pepe Soho, con su visión única de la naturaleza y el paisaje, nos deja un vacío difícil de llenar. Su obra no solo capturaba la belleza de los rincones más remotos del planeta, sino que transformaba cada imagen en una reflexión sobre la conexión entre el hombre y la naturaleza. Hoy, al anunciar su partida, la comunidad artística y fotográfica mexicana lamenta la pérdida de otra estrella que brillaba con reconocimiento mundial.
La fotografía en México ha tenido históricamente un papel fundamental en la construcción de nuestra identidad cultural y en la documentación de nuestra historia. Desde el siglo XX, fotógrafos como Manuel Álvarez Bravo y Héctor García establecieron un lenguaje visual que trascendió lo meramente estético y se convirtió en un registro profundo de la sociedad, la tradición y la vida cotidiana mexicana. Álvarez Bravo, con su ojo poético, inmortalizó imágenes que hoy son iconos del país; mientras que Héctor García documentó la transformación urbana y social de la Ciudad de México con un compromiso ético y artístico que sigue inspirando a nuevas generaciones.
A nivel histórico, la fotografía mexicana ha funcionado como un testigo de la nación, desde los retratos del Porfiriato hasta las crónicas de la Revolución Mexicana con fotógrafos como Agustín Víctor Casasola. Estas imágenes cumplen una función documental y de memoria colectiva, permitiendo entender el desarrollo social, político y cultural de México. Cada fotografía es un fragmento de historia que ayuda a las futuras generaciones a conocer visualmente la transformación de nuestro país.
En la contemporaneidad, la fotografía mexicana continúa consolidando su presencia internacional, tanto en el arte como en la competencia profesional. Fotógrafos como Pepe Soho, Iván Durán y Eduardo Gómez, a través de sus triunfos en el World Photographic Cup, han demostrado que México no solo produce talento artístico, sino también profesionales capaces de competir al más alto nivel mundial. Las victorias del equipo mexicano y las medallas individuales obtenidas en distintas categorías son un testimonio de la calidad técnica, la creatividad y la sensibilidad estética de nuestros fotógrafos.
La importancia de la fotografía en México trasciende la fama individual; es un medio que articula nuestra identidad cultural, nuestra memoria histórica y nuestra proyección artística hacia el mundo. Es un puente entre lo documental y lo poético, entre lo cotidiano y lo extraordinario. La obra de Pepe Soho, al igual que la de Álvarez Bravo o Héctor García, muestra que la fotografía mexicana puede conmover, educar y generar diálogo sobre quiénes somos y cómo nos vemos en el espejo del mundo.
Perder a un artista de esta magnitud es también perder un punto de referencia para quienes exploran la fotografía como camino creativo o profesional. Cada imagen que deja Pepe Soho invita a observar con detenimiento, a conectar con la naturaleza, a valorar la luz, los colores y las formas que una fotografía puede transmitir. Su legado permanecerá en las imágenes que nos deja y en la influencia sobre fotógrafos de todas las generaciones.
En México, cada estrella del arte, la cultura y la ciencia tiene un valor incalculable para el desarrollo de la nación. No son solo nombres en libros de historia o exposiciones; son pilares que fortalecen nuestra identidad, creatividad y pensamiento crítico. Cada artista, científico o creador aporta herramientas para construir un país más reflexivo, innovador y conectado con su historia y con el mundo. Cuando una de estas figuras se va, no solo se pierde talento; se pierde una voz que iluminaba caminos y ayudaba a México a consolidarse como una nación con proyección global.
Hoy, más que nunca, es momento de reflexionar sobre la importancia de valorar y preservar la labor de quienes construyen la memoria y el futuro del país. México ha perdido otra estrella reconocida mundialmente, pero su luz seguirá brillando a través de sus obras y de la inspiración que deja en quienes continuarán su camino.
La partida de Pepe Soho nos recuerda que cada talento es un tesoro invaluable y que debemos celebrarlos y aprender de ellos. Que su memoria y su obra nos acompañen siempre, y que sigamos fomentando la grandeza de quienes hacen visible la belleza, el conocimiento y la creatividad de México al mundo.

Elias Ascencio
Diseñador gráfico, fotógrafo y docente con más de 30 años de trayectoria artística y educativa. Maestro en Administración Pública y doctorante en Semiótica, ha trabajado en Metro CDMX y marcas nacionales. Líder filantrópico y promotor cultural en México.


