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    diciembre 2, 2025 | 21:42

    Pobre secretaria: Romanticismo que esconde abuso

    Publicado el

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    Hay canciones que se te quedan en la memoria por su melodía, pero otras se te clavan por lo que dicen… y por lo que callan. En la obra musical Mentiras, basada en los grandes éxitos de los años 80, hay un momento que ha causado risas, nostalgia y hasta ternura en algunos: la interpretación de “Pobre secretaria”. Pero si miramos con atención, detrás del ritmo pegajoso se esconde una narrativa que merece ser cuestionada.

    La canción habla de una mujer joven, una secretaria, que trabaja duro, que se arregla cada mañana con ilusión… porque está enamorada de su jefe. Lo espera. Lo idealiza. Le soporta indiferencias. Él la ve como “una niña más” y juega con su atención, mientras ella suspira por unas migajas de afecto. “Pobre secretaria, tú te conformas con poco”, dice la letra. Y sí, muy pobre. No por falta de dinero, sino por la resignación emocional a la que ha sido empujada.

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    Este tipo de historias eran muy comunes en los años 70 y 80. No solo en canciones, sino en telenovelas, películas y revistas de la época. Eran décadas donde el amor romántico se tejía con hilos de sumisión, poder y dependencia emocional. Donde el acoso disfrazado de galantería era una práctica común en oficinas. Donde la figura del jefe poderoso y la secretaria bonita y silenciosa se volvió arquetipo. Donde el detalle, ese “detallito” de soportar el desprecio, se convirtió en una expectativa social para las mujeres.

    Y ese es el problema: nos enseñaron a normalizar el abuso emocional como una forma de amor. Nos hicieron creer que si alguien no nos elige, tenemos que seguir esperando. Que si el jefe no nos ve, es porque tenemos que arreglarnos más. Que si alguien juega con nosotras, es mejor callar que incomodar. Nos programaron para aceptar menos de lo que merecemos.

    Lo más alarmante es que esto sigue ocurriendo hoy, incluso en plena era de la información y el empoderamiento. Aún hay jovencitas que caen en las garras de jefes o figuras de poder narcisistas, que no buscan guiarlas ni impulsarlas, sino usarlas como adornos sexuales. Las esconden. No se casan con ellas, no construyen una vida, no las validan públicamente. Solo las hacen creer que las apoyan profesionalmente, cuando en realidad lo que buscan es neutralizar su brillo.

    No les permiten sobresalir más que ellos. Y cuando lo hacen, se los cobran con indiferencia, celos o control. Les absorben la juventud, las hacen esperar sin promesas reales, y cuando su fertilidad llega a su fin, su carrera se estanca y su vida personal se limita a estar disponibles para ese hombre que se disfrazó de mentor, cuando en realidad fue un predador emocional. Es perverso, pero real.

    Increíble pero cierto: algunos hombres siguen cazando mujeres jóvenes para enfermarlas con su mente, manipularlas emocionalmente y vaciarles el futuro mientras ellas creen que están construyendo uno.

    Y en ese mismo contexto, es urgente decirlo con claridad:

    Tampoco debemos prestar nuestro cuerpo como moneda de cambio para ascender o conseguir un empleo.

    Aceptar ese tipo de “intercambios” disfrazados de oportunidades, aunque a veces se presenten como inevitables, solo perpetúa la lógica de que somos objetos disponibles al poder masculino.

    No lo somos.

    Y solo cuando dejemos de normalizar esa práctica, los hombres dejarán de imponerla como condición encubierta.

    Por eso, a todas las mujeres que me leen, hoy les digo: no eres “pobre secretaria” de nadie. No estás obligada a aceptar detallitos que te disminuyen, ni a endulzar mentiras disfrazadas de amor o impulso profesional. No estás para esconderte ni para brillar a medias.

    Tú no estás para decorar el poder de nadie. Estás para ejercer el tuyo.

    Cuestiona lo que te incomoda, aunque venga disfrazado de afecto.

    Porque lo verdaderamente revolucionario… es dejar de aceptar lo que nunca debimos normalizar.

    Mayra Sugey Machaca
    Mayra Machuca

    Abogada, Activista, Columnista, Podcaster.

    Especializada en análisis y asesoría jurídica, cuenta con experiencia administrativa y jurídica con habilidades destacadas en la resolución de problemas y coordinación de tareas. Experta toma de decisiones estratégicas. Activa en Toastmasters y Renace y Vive Mujer.


    Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.

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