Morir.
Morir por covid es lo de hoy.
Por el 19, por el Delta, por el Omicron, y sus variables.
Pero también podéis morir de hambre, por la falta de empleo, o porque no sabemos surfear sobre las crestas de la Cuarta Ola.
Morir en la calle a manos de los malandros que gozan de impunidad. O por los mismos “guardianes del orden”.
Morir de terror en el encierro.
Morir de frío en esta temporada. Sobre todo el próximo jueves que bajarán sensiblemente las temperaturas en el país, pero más en la frontera. Pronóstico de hasta -15°C.
Morir a manos de un histérico depredador cercano. Le llaman violencia intrafamiliar.
Morir a manos de una abusadora juvenil. La que desespera porque no se muere pronto su sugar daddy.
Morir de angustia, porque la necesidad ya es imposible de cubrir.
Morir, morir, morir.
FATALES DESTINOS.
No hay designios virtuosos. Al menos, no se vislumbran en corto plazo.
Todo parece indicar que viene otra rasurada a la humanidad. Hay que estar atentos, porque en una de esas nos carga la tía de las muchachas.
LAS CRESTAS DE LA CUARTA OLA.
Medio siglo atrás, allá por los 70’s del siglo XX. Alvin Toffler escribió “El Shock del Futuro”. Y ya hablaba de los cambios que se perfilaban en la humanidad.
Escribió luego, LA TERCERA OLA. En cuya obra nos decía que a lo largo de la historia, la humanidad había sufrido el arrastre de tres “olas”.
La primera OLA, la agrícola; la segunda, la ola industrial y la tercera… la ola de la información.
No me voy a detener a explicar cada una de ellas. Lo que sí diré, es que en la transición entre una y otra, murieron millones de seres humanos que no pudieron adaptarse a los cambios de estas convulsiones sociales.
Hoy, la pandemia covidiana, nos arrastra como un gigantesco tsunami invisible y nos mata con todas estas variables a las que se alude en el proemio de este trabajo.
Ojo. El covid es solo un filo de este maldito instrumento mortal. Una falange.
El desorden que provoca tras de sí, es igualmente mortal.
La cuarta ola, sería la era poscovidiana.
Y sólo los que puedan cabalgar sobre las crestas de la ola, se librarán de la muerte.
Para sobrevivir, necesitamos identificar los cambios, hacernos de nuevos conocimientos y desarrollar nuevas habilidades de supervivencia.
Esto lo he repetido varias veces desde hace 20 años.
Pero entonces, no veía el shock todavía. El shock que vislumbraba Alvin Toffler ¡cincuenta años atrás!… hoy sí.
En breve, veremos cómo será ese crash. Sólo observen.
Odiaré decir… ¡se los dije!
Por lo pronto, dejen salir ya a los niños, que vayan a la escuela presencial. Que se contagien.
De todos modos la muerte los acecha. Tienen que convivir o se volverán locos en el encierro.
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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