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Todas las grandes fortunas tienen una oscura historia tras de sí.
Las más de las veces, bañadas con sangre, o devanadas de injusticias, pillajes y despojos.
Una variable posmoderna, de acumulación de dinero mal habido ha sido la del saqueo a las arcas de gobierno bajo el delito de enriquecimiento ilícito.
Los botines obtenidos por saqueo, protegidos por triquiñuelas jurídicas, quedan un tiempo en reposo, ante la indiferencia de la gente; luego se llenan de prescripciones; de polvos de olvido, para luego sacudirse y brillar impolutas a los ojos de las siguientes generaciones.
Parafraseando al Peje, diríamos que la Mafia del Poder, opera a favor de los grandes defraudadores con la ayuda de jueces y ministros de la SCJN para planchar los procesos a su conveniencia y su provecho.
La primera devolución escandalosa fue la de Raúl, el llamado hermano incómodo del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari.
Estuvo 10 años en la cárcel, pero luego fue exonerado por un juez, y le devolvieron poco más de 300 millones de dólares, más el descongelamiento de sus cuentas en todo el mundo con más de 1200 millones de dólares y la devolución de sus 41 propiedades a su nombre.
¿Fue culpable? Seguramente sí, porque nadie hace tal fortuna en tan poco tiempo sin estar fuera de la ley. Sin embargo, a través de un largo litigio no se le pudo comprobar culpabilidad, ni por el homicidio de su cuñado, ni por el enriquecimiento ilícito.
Así que un juez ordenó la devolución de lo supuestamente robado.
Pues consideró, que si Raúl Salinas de Gortari acumuló miles de millones de pesos fue por su creatividad empresarial.
El juez, añadió:
“Las cuentas bancarias, casas, terrenos, joyas, inversiones y cuantas propiedades Raúl Salinas acumuló en nueve estados de la República –que suman 41 y que le fueron aseguradas en 1996– no las obtuvo mediante “prácticas corruptas, irregulares o deshonestas”. Quien piense lo contrario, que lo demuestre.”
Los chihuahuenses tenemos una historia similar.
La persecución y encarcelamiento del ex gobernador César Duarte Jáquez, hoy confinado en una cárcel de Miami, Florida, puede tener un fin similar.
El hermano incómodo de Carlos Salinas de Gortari tuvo que compurgar 10 años a la sombra, pero bien los valió para luego disfrutar impunemente su fortuna.
En el caso de César Duarte, aún mejor. Lleva 17 meses en prisión, y según noticias recientes, no sólo están a punto de devolverle todo lo que hasta ahora le fue asegurado, sino que, de decretarse su extradición, para ser juzgado en Chihuahua, seguramente recobrará su libertad.
Así funciona nuestra justicia todavía.
Debo aclarar que ni yo ni usted podemos asegurar su inocencia o culpabilidad pues no somos los que impartimos la justicia.
Pero todos pensamos que dos o tres años de prisión que fueran, bien valen los miles de millones, supuestamente embolsados en su mandato.
Las autoridades del gobierno de Javier Corral, dicen que está comprobado el desvío de cerca de mil doscientos millones de pesos en la administración de César Duarte en la entidad, pero la defensa dice lo contrario.
¿Será culpable?
Seguramente sí pues la lógica nos indica que nadie obtiene un rancho cuyas dimensiones igualan el tamaño de toda la mancha urbana de Chihuahua capital, repleta de ganado vacuno, con la venta de autos usados.
Ni una fortuna de miles de millones de pesos, y otras propiedades. El Oficio de venta de autos no deja tanto.
Vamos a ver en que topa este chismarajo.
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
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