Moscú, Rusia (Sputnik) — “Tenemos una preocupación conjunta por la amenaza de un aumento del flujo de refugiados de Afganistán al territorio de los Estados vecinos. Muchos de ellos intentarán penetrar en Europa, pero paralelamente crearán, por supuesto, serias dificultades para los países a los que pueden llegar sin ninguna invitación”, dijo el jefe de la diplomacia rusa.
Lavrov destacó la necesidad “de una solución rápida a ese problema”, insistiendo que para ello “resulta importante aprovechar las capacidades de todos los países involucrados, especialmente de aquellos cuyas políticas en Afganistán provocaron un desenlace tan triste”.
En la primera quincena de agosto, los combatientes del movimiento talibán (calificado de terrorista y proscrito en Rusia) se hicieron con el control de buena parte de Afganistán y el día 15 entraron en Kabul y tomaron el palacio presidencial. El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó del país.
El 6 de septiembre los talibanes anunciaron que tomaron bajo su control la provincia de Panshir, la última de las 34 que les oponía resistencia, y por segunda vez en las últimas tres semanas declararon el fin de la guerra.
Al día siguiente dieron a conocer la composición del gobierno provisional, que encabezará Mohammad Hassan Akhund, quien se desempeñó como canciller durante el primer gobierno del talibán y se encuentra bajo sanciones de la ONU.

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