Hemos llegado al octavo mes del año, los niños y adolescentes emocionados por el próximo retorno a clases, los padres un tanto estresados porque adicionalmente a los gastos ordinarios de casa se incrementa sustancialmente si consideramos los gastos de los útiles de nuestros hijos de todas las edades, casi siempre a considerar el pago de uniformes, zapatos, deportivo, tenis, suéter, chamarras de la escuela, libros de la escuela, etc.
Las autoridades de Educación y Cultura dada la poca supervisión a los planteles estos últimos a través de la “mesa directiva” imponen cuotas de inscripción onerosas a tal grado que no se distingue la diferencia de una institución privada que la pública más las aportaciones “voluntarias” de actividades que los hacen realizar, por ejemplo: la tradicional Abraham González y Nicolás Bravo; frisan los $1,700 pesos por alumno y existe penalidad de no inscripción en caso de no pagar dicha cantidad.
No siendo suficiente lo anterior aún existen ciertos acuerdos de directivos de escuela con los empresarios de venta de uniformes forzosos, caros y de mala calidad.
Creo que es momento de repensar la utilidad que tiene el uso de uniformes que tendrían el mismo costo de 5 prendas para uso diario de los niños, ¿qué el uniforme representa disciplina? ¿ordenanza? La verdad ya no lo creo tan necesario. Lo que en realidad a los niños y jóvenes impacta es orden y limpieza y proveeduría de las instalaciones pero al ver su realidad una buena parte ni siquiera genera el gusto por asistir mucho menos por aprender.
En conclusión, entre los gastos periféricos que genera el mes de agosto en los padres de familia alcanzan los $10,000 pesos y vaya que constitucionalmente la educación es laica y gratuita. ¿será?
Por lo pronto muchos padres de familia estiraremos hasta su máxima potencia los ingresos a fin de cumplir el deber que tenemos con ellos. No claudicaremos el porvenir de los hijos.
A las autoridades educativas una vez más se demanda la constante supervisión y cumplimiento de la ley en el sentido de no utilizar a manera de cheque en blanco los bolsillos de los padres de familia.
Norberto López Garza es abogado litigante en derecho laboral y cátedratico de la Universidad Cultural e Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez. Multi-galardonado por su desempeño profesional, recibiendo entre estos la Columna de Plata 2011 al Mérito Periodístico otorgada por la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.
