Hoy a las 4:30 de la madrugada dialogaba con Dios y pensaba en lo duro que es la vida para muchos y lo fácil que es para otros.
Me dedico, desde hace más de tres décadas, a ser facilitador de donaciones alimenticias y, a donar lo propio, a las personas de carencia extrema… Veo el mundo real y me indignan tantas cosas.
Me indigna los empresarios que se hermanan con los gobernantes para robar juntos y a pesar de ser unos ladrones explotan con sueldos raquíticos a sus empleados y se olvidan de los más pobres; me indignan los empresarios que tienen centros comerciales y que, hinchados de dinero, tiran o revenden la comida que ya no van a vender no obstante que pudieran regalarla a los desposeídos de ciudad; me indignan los empresarios que ‘donan’ a cambio de un recibo deducible de impuestos; me indignan los políticos que abren las arcas del gobierno para ‘ayudar’ a los pobres extremos y utilizan los fondos de la pobreza para robar los bienes públicos; esos miserables, cuando salen del poder, enriquecidos por el pueblo al que robaron, nunca regresan a darles un apoyo, una esperanza a redimirse con los que robaron un día.
Ahora, disfrutando cuentas bancarias abultadas, estarán contentos en casa, pensando que lo que tienen es el fruto de la bendición de Dios cuando en realidad lo ganaron imponiéndose altos sueldos y compensaciones, llegó a sus bolsillos producto de las comisiones que cobraron por obras públicas mal hechas y de proveedores que fueron sus cómplices, provienen de los sucios saqueos y de la protección que dieron a criminales, igual y peores que ellos.
Y ahora, previo a las elecciones, piensan que los pobres los estarán esperando para una elección más, para escuchar sus mentirosas promesas y para recibir de sus sucias manos un efímero regalo a cambio del voto. Lo recibirán por desesperación, por hambre, pero no por falta de dignidad…
¡Qué canallas son ustedes hombres de la política!
Antes de pensar en lo que sigue, ¡Ayuda, da testimonio de ti!, de otra forma serás un cínico político mentiroso que vives del pueblo y robas al pueblo, impunemente. Te lo digo porque en este momento de aguda crisis sanitaria el pueblo te necesita ¡Y claro que puedes!
Por años, muchos periodistas, hemos visto como te apropias de lo que no es tuyo, hemos visto tu cinismo. Y con tu taza de café, con tus pijamas puestas, con tus carros de lujo en la cochera, espero que tengas un feliz día… los pobres no lo tendrán
Periodista y Analista Político.
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