Dicen que los gestos hablan más fuerte que las palabras. Y esta vez, el gesto vino desde México… y la palabra, desde Viola Davis. Sí, la mismísima Viola, ganadora del Oscar, mujer negra, poderosa y con una voz que retumba más allá del cine. Usó sus redes no para promocionar una película, sino para reconocer el liderazgo de otra mujer igualmente poderosa: Claudia Sheinbaum, presidenta de México.
¿Qué hizo Sheinbaum para merecer ese aplauso internacional? Envió ayuda a Texas, Estados Unidos, tras las terribles inundaciones que dejaron más de cien personas muertas. Un acto de solidaridad transfronteriza que, aunque parezca lógico, no es nada común en estos tiempos de muros, discursos de odio y políticas antimigrantes.
Viola no se guardó nada:
“Después de todo el odio. Después de todas las políticas antiinmigrantes. Después de todo el racismo. Ella todavía ayudó. Hizo lo correcto. Eso es liderazgo. Eso es poder. Esa es una mujer.”
Y sí. Hay que detenernos ahí: eso es una mujer. Porque lo que estamos viendo es más que un intercambio de elogios. Es una conversación entre liderazgos femeninos que se reconocen, se respaldan y se elevan mutuamente. Dos mujeres racializadas, una afrodescendiente y otra descendiente de migrantes judíos, plantándose con firmeza ante un mundo que todavía cuestiona si las mujeres pueden liderar con fuerza y pasión.
Lo que ocurrió entre Davis y Sheinbaum es simbólico. Es poderoso. Es profundamente político. Porque México no solo mandó ayuda a un estado republicano de Estados Unidos; mandó un mensaje de humanidad en tiempos donde parece que la empatía es casi inexistente.
Viola Davis hizo lo que muchos no se atreven: reconocer el gesto, amplificarlo y ponerlo en el centro de una conversación global. Y la presidenta respondió con la dignidad que da saberse parte de un pueblo que, con todo y carencias, nunca ha sido indiferente ante el dolor ajeno.
Este encuentro de palabras y acciones nos recuerda que la diplomacia no solo ocurre en embajadas, sino también en los corazones. Que el liderazgo no siempre se mide en encuestas, sino en actos de valor. Y que las mujeres, cuando lideran con alma, inteligencia y corazón, pueden cambiar el rumbo de una historia… incluso si esa historia no fue escrita para ellas.
Y sí, tal vez para algunos esto solo fue una anécdota viral. Pero para quienes miramos el mundo desde la resistencia, la migración o la piel negra, ver a Viola alzar la voz por la presidenta de México es una forma de justicia. Una que nos recuerda que la solidaridad no tiene fronteras… ni techos de cristal. Una donde una líder reconoce a otra, y que en lo personal me llena de orgullo, ya que admiro profundamente la historia de esas dos grandes mujeres.

Ángeles Gómez
Fundadora en 2014 de Ángeles Voluntarios Jrz A.C. dedicada al desarrollo de habilidades para la vida en la niñez y juventud del sur oriente de la ciudad. Impulsora del Movimiento Afromexicano, promoviendo la visibilización y sensibilización sobre la historia y los derechos de las personas afrodescendientes en Juárez.


