La explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, que dejó más de medio centenar de heridos, no es un accidente aislado ni un hecho fortuito. Es el reflejo de un problema estructural que se repite en todo el país: la normalización del peligro que representan los materiales peligrosos circulando por zonas densamente pobladas.
Las pipas de gas, gasolina y otros químicos son indispensables para la vida moderna. Transportan la energía que mueve a nuestras ciudades y a nuestras casas. Pero en cada viaje se convierten en bombas rodantes, cuya seguridad depende de factores que no siempre se cumplen: mantenimiento adecuado de las unidades, capacitación de los choferes, rutas seguras, supervisión de las autoridades.
En México, cada año se registran decenas de accidentes similares: volcaduras, fugas, incendios. Chihuahua lo vivió recientemente con la volcadura de una pipa de gasolina en la carretera a Juárez; en otras entidades se repite el patrón. Las consecuencias van desde cierres carreteros hasta tragedias humanas irreparables.
Lo alarmante es que seguimos actuando como si fueran casos aislados. No existe un plan nacional serio para reducir estos riesgos. Las rutas urbanas continúan siendo paso obligado, la vigilancia es esporádica y la ciudadanía desconoce cómo reaccionar ante un accidente de este tipo.
La pregunta es incómoda pero necesaria: ¿debe seguir siendo normal que vehículos cargados con 40 o 50 mil litros de gas atraviesen nuestras colonias y avenidas centrales? ¿Cuántos muertos necesitamos para replantear la forma en que se transportan estos materiales?
Es momento de exigir a las autoridades federales y locales una estrategia integral que incluya:
Rutas exclusivas para materiales peligrosos.
Controles estrictos de unidades y operadores.
Protocolos de emergencia conocidos por la población.
Cada tragedia nos recuerda que no estamos frente a hechos aislados, sino ante un riesgo permanente. No basta con llorar a las víctimas; urge pasar del accidente a la prevención.

Nora Sevilla
Comunicadora y periodista experimentada, actualmente Jefa de Comunicación en Cd. Juárez del Instituto Estatal Electoral y Tesorera en la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez. Experta en marketing político y estrategias de relaciones públicas, con sólida carrera en medios de comunicación.


