“La represión política es sinónimo de discriminación e intolerancia política, ideológica, religiosa y social. Esta intolerancia se manifiesta mediante políticas discriminatorias, violación de los derechos humanos, brutalidad policial, prisión, exterminio, exilio, extorsión, depuración, terrorismo, asesinato extrajudicial, ejecución sumaria, tortura, desaparición forzada y otros castigos contra activistas políticos disidentes y población en general”.
Ya cualquier sinvergüenza, ladrón, pedófilo así como cualquier delincuente de cuello blanco podrá decir que es un “perseguido político” cuando le descubren sus raterías y sinvergüenzadas, y se les imputan por los delitos que cometieron, iniciando un proceso en su contra.- Es la moda gritar y berrear que son “perseguidos políticos” sin mostrar alguna prueba de que efectivamente así lo sean, mas sin embargo las pruebas de haber cometido los delitos que les señala están sustentadas y documentadas en las investigaciones y los juicios que se les inician.
Se les inicia una investigación y de inmediato denuncian “persecución política”, se les imputan delitos en un juicio en su contra y gritonean que el “dictador” los persigue y que hay consigna en contra de su persona, familia y amigos, asegurando los sinvergüenzas descubiertos en raterías, ratas y políticos de profesión, que son perseguidos por ser opositores y por luchar a favor de México… cinismo total, malandrines perversos y corruptos descubiertos en su actuar delincuencial.
Todo lo buscan cubrir con el papel de víctimas cuando la realidad es que traen encubierta una cola inmensa de ratas y mañosos que ya no la pueden cubrir con su ropaje y su actuar de cínicos y santurrones.
La represión o persecución política es la acción por parte de una entidad estatal de controlar a la ciudadanía mediante la fuerza por razones políticas, particularmente con el propósito de restringir o prevenir su capacidad de tomar parte en la vida política de una sociedad y reducir así su posición respecto de sus conciudadanos.
Reprimir es contener, detener o castigar, por lo general desde el poder y con el uso de la violencia, actuaciones políticas o sociales; la represión política niega e impide el ejercicio de los derechos civiles y de libertad política: expresión, reunión, manifestación, asociación, sindicación que suelen considerarse propias de los sistemas democráticos.
Ninguna de las anteriores condiciones se han dado, o ejecutado, en contra de quienes han sido señalados en actividades delincuenciales y que son políticos ejerciendo la política con total libertad y absoluta capacidad personal para hacerlo, nada, absolutamente nada hay para que pudieran esgrimir PERSECUCIÓN POLÍTICA O REPRESIÓN.
¿O cuál ha sido la acción del gobierno, o de la autoridad, para que los afectados opositores señalen que son perseguidos políticos? ¿En dónde, y con qué, lo sustentan?… ¿alguien puede sustentar que es persecución política?
Claro que no lo pueden hacer porque la “persecución política” solo está en sus cabezas para ser utilizada como estrategia política y mediática para intentar salvarse de las acusaciones formales que les esta fincando.
Cuando la represión política es sancionada y organizada por el estado, se puede llegar a situaciones de terrorismo de Estado, genocidio y crimen contra la humanidad.
La represión política sistemática y violenta es una característica típica de las dictaduras, totalitarismos y regímenes similares, en estos regímenes los actos de represión política pueden ser llevados a cabo por la policía y la policía secreta, el ejército, los grupos paramilitares y los escuadrones de la muerte.
Ninguno de los que hoy se han declarado “PERSEGUIDOS POLITICOS” por sus sinvergüenzas actitudes podrán aducir que han sido afectados como lo señalo en párrafos anteriores, ninguno puede argumentar siquiera que el zumbido de una mosca los ha perturbado.
¿Qué es ser una persona perseguida?
Perseguido es una persona que va huyendo siendo perseguido con ánimo de alcanzarle y ninguno de los “perseguidos políticos” se encuentra huyendo ni aún Ricardo Anaya que sin ser molestado en su persona él mismo decidió auto exiliarse para no enfrentar a la autoridad que tiene todo un expediente completo y sustentado para imputarle delitos que los pueden llevar a la cárcel, nadie lo persigue solo él, y su conciencia, son sus perseguidores.
Los “perseguidos políticos” se nombran así por conveniencia mediática y política y que acaban cayendo en la paranoia de sus propios fantasmas y delitos, ellos mismos desarrollan el delirio persecutorio siendo esto una convicción delirante en el que la persona cree que conspiran en su contra, le engañan, lo siguen, lo quieren envenenar, le acosan, o se proponen que no consiga sus objetivos, son ellos mismos los que se creen ese cuento porque nadie los sujeta, los reprime y los persigue, solo los persigue la ley y la justicia para que enfrenten las consecuencias de sus delitos cometidos o que demuestre en juicio su inocencia y esto, el jucio, le tienen terror por todo lo que saldrá a la opinión publica y el pánico al castigo merecido.
Los “perseguidos políticos” asumen una actitud mentirosa con desfachatez porque practican la mentira de forma descarada, impúdica y deshonesta y es algo que merece, en general, la desaprobación social derivada de sus conductas malhechoras y corruptas.
Los “perseguidos políticos” son descarados, manifiestan desfachatez, desvergüenza e impudicia que manejan el arte del engaño y la mentira a la perfección con tal de salir delante de sus problemas, una tras otra será la mentira, una tras otra para cubrir la anterior hasta que quedan en total y absoluta evidencia.
En MEXICO no hay, ni existen, perseguidos políticos porque gozamos de un régimen político y democrático con absoluta libertad comprobable y vivida por todos, y todos los días.
La divergencia de pensamiento político es otra cosa y de eso si hay en México, ya que es lo que sustenta nuestra democracia.
Hacerse los perseguidos políticos no es más que rezar, y apostarle, para que se detone la cultura de la IMPUNIDAD y el chantaje , pensaron que sus delitos quedarían impunes y SE EQUIVOCARON.
Vivieron, robaron y se corrompieron los “perseguidos políticos” bajo un sistema de justicia anquilosado, de corrupción y complicidad institucional que aún no termina de irse, y de falta de voluntad política para garantizar, por un lado, sanciones justas para las personas responsables de la comisión de delitos y, por el otro, la restitución patrimonial de los delitos que cometieron.
Por ello los opositores “perseguidos políticos” anhelan la IMPUNIDAD y odian el avance de la moral en la política y en consecuencia del derecho así como la aplicación correcta y justa de la ley, al victimizarse buscan la compasión de los ciudadanos y la benevolencia para la aplicación de la ley, además de mantener en lo oscurito sus actos sinvergüenzas y todo latrocinio cometido con plenitud de intención y voluntad.
La justicia los alcanza y buscan protegerse bajo el manto de la persecución política, siempre se consideraron IMPUNES hasta que llegaron los tiempos de sacar a la luz la verdad y las actuaciones.
Anhelan la impunidad y están descontrolados porque no entienden que el mismo sistema judicial que los protegió hoy los este señalando y persiguiendo.
México cambió y habrá que entenderlo.
Raúl Sabido
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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